115 años de tradiciones culinarias

Una ciudad muy joven a la que llegaron miles de inmigrantes de otros estados del país y del mundo.

Un pequeño rancho que se llamaba El Torreón que pertenecía a Leonardo Zuloaga.

Con la llegada del ferrocarril se construyó la estación y bodegas para almacenar las mercancías que se producían en la región: algodón, minerales, semillas, guayule, entre otros.

De pronto el rancho se convirtió en Villa y sus habitantes, muchos de ellos llegados del otro lado del mar, empezaron a cocinar sus recetas ancestrales que después esas raíces se volvieron laguneras.

Los españoles con las paellas y tortillas, había varios restaurantes y tiendas de ultramarinos; los palestinos y libaneses sus kipes, hojas de parra, jocoque, el pan árabe; los chinos su arroz, carnes con salsas de soya o de ostión, verduras y pollo, no faltaba en la estación un restaurante chino donde además del café y pan servían su comida; no podían faltar el sello griego que primero se llamó la Copa de leche y después el Apolo Palacio.

También tuvimos El Casino Alemán con su restaurante donde servían su pan negro y toda clase de carnes frías, El Sternau era restaurante francés.

«Una manera de propiciar el turismo gastronómico en nuestra región lagunera es hacer festivales, catas de vinos, promocionar los productos endémicos de la región y sus productos secundarios».

Las influencias de otros estados o ciudades se hicieron presentes en la Laguna. De Zacatecas nos regalaron el asado de puerco, de Parras los dulces de leche, de higo y sus vinos; de Durango las gorditas de horno, los quesos enchilados y de Cuencamé los asaderos. De Nuevo León el Cabrito, la Fritada, las tortillas de harina.

En la presentación del libro Recuerdos y sabores de la Comarca Lagunera, de María Isabel Saldaña Villarreal y de Francisco Durán Martínez en la Feria del libro de Saltillo, mi amigo el historiador Javier Villarreal Lozano (en paz descanse) comentó que La Laguna había entrado a la globalización desde el último cuarto del siglo XIX y era verdad.

Nuestra gastronomía lagunera tiene una gran variedad de comida mexicana como las gorditas de harina, los lonches de carne de puerco, la discada, la carne asada y al igual que platillos de comida internacional, hay que abonar a los nuevos restaurantes con cocina de autor que es la nueva tendencia.

La Vinícola Cuatro Ángeles durante varios años ha llevado a cabo encuentros gastronómicos abiertos al público, a universidades, a chefs y para los amantes del buen comer.

Este año el tema es: Torreón, tierra de vino y quesos. Y para este encuentro se hizo un concurso en donde habrá tres premios.

Los platillos pueden ser dulces o salados. Chilchota es el patrocinador de los quesos, Simsa con el agua, la Secretaría de Turismo, y otros más.

Hasta ahora se han inscrito 22 chefs, algunas universidades y escuelas de gastronomía y los amantes de la cocina que son también chefs de corazón.

El evento se va a llevar a cabo el 19 y 20 de agosto de 8:30 p.m. a 12.30 a.m. Estos festivales gastronómicos ayudan a conservar nuestro patrimonio culinario y a conocer nuevas propuestas con recetas de autor en donde usan ingredientes endémicos, otro de los propósitos es dar a conocer el maridaje entre la comida y el vino.

Por cierto, la Vinícola Cuatro Ángeles ha ganado cuatro medallas internacionales en Bruselas y dos en Baja California. La comida se amenizará con música de artistas laguneros: las Karrum, Bernardo Fierros, y el cubano José Alejandro.

Una manera de propiciar el turismo gastronómico en nuestra región lagunera es hacer festivales, catas de vinos, promocionar los productos endémicos de la región y sus productos secundarios.

Calificar la comida y servicios de los restaurantes para que el cliente vaya a lo seguro. Parras y Saltillo lo están haciendo muy bien, han cuidado los servicios tanto de hoteles, de restaurantes y demás. Saltillo con su slogan: «Tierra de vinos y dinos».

Y Parras con su primera vinícola en América: Casa Madero y las otras excelentes casas.

Los torreonenses tenemos que empezar a cuidar nuestra imagen gastronómica.

Existe una gran variedad de restaurantes de diferentes tipos que son un gancho para los turistas. Además el Mercado Juárez se tiene que remodelar.

La Secretaría de Turismo y el Instituto de Cultura tienen que poner en su agenda a la comida lagunera y empezar a armar las cocineras tradicionales y empezar a promocionar tanto la cocina tradicional como la de autor al igual que sus productos endémicos e industriales.

Una felicitación a la Vinícola Cuatro Ángeles y a todos sus patrocinadores por esta iniciativa que promueve la gastronomía lagunera: la tradicional, la de autor y su vino.

¡Salud!

Colaboradora de Espacio 4.

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