Partidos, atrapados en el laberinto de una coalición sin respaldo social

Va por México ha perdido la mayoría de las elecciones frente a Morena, pero disolverla o reducirla equivaldría a entregar la presidencia desde ahora. Gobernadores de Coahuila y Estado de México negocian alianzas locales para evitar derrotas en las elecciones de 2023. Sin embargo, hay visos de alternancia

Coahuila y Edomex solo se ganan con alianza: González

Sí por México, prédicas en el desierto; PRI, oídos sordos

Felipe Calderón inició la militarización de la seguridad pública y ahora el PAN pretende sacar astilla de la reforma para continuar la estrategia hasta 2028. El propósito consiste en posicionarse como la primera fuerza opositora —en alianza con la sociedad, ya no con el PRI— y ser más competitivo para la elección presidencial de 2024. Sin embargo, las preferencias se inclinan por Morena y por la continuidad del proyecto social de Andrés Manuel López Orador. Acción Nacional es el segundo partido en importancia del país, aún muy por debajo del primero, con más gobernadores y asientos en el Congreso. La intención de voto por sus siglas y sus aspirantes es baja, pero todavía faltan 22 meses para los comicios. Tampoco favorece que los pretendientes a la presidencia sean los mismos y hayan sido derrotados en procesos previos: Ricardo Anaya, Margarita Zavala y Santiago Creel.

En ese contexto, Genaro García Luna es un lastre para el PAN. El director de la Agencia Federal de Investigación en el Gobierno de Vicente Fox y secretario de Seguridad Pública en el de Felipe Calderón está bajo proceso en Estados Unidos por los delitos de conspiración internacional para distribuir e importar cocaína y recibir sobornos del cartel de Sinaloa. En México, la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda lo acusa de lavado de dinero y desvío de recursos. La detención del exfuncionario, a finales de 2019, fue una bomba. «García Luna es acusado de tomar millones de dólares en sobornos del Cartel de Sinaloa de “El Chapo” Guzmán mientras controlaba la Policía Federal mexicana y era responsable de asegurar la seguridad pública de México», dijo Richard P. Donoghue, fiscal federal del Distrito Este de Nueva York (BBC News, 10.12.19).

«Le hemos salvado la vida al PRI cuatro veces»

Senador Gustavo Madero

El presidente del PAN, Marko Cortés, busca erigirse en el líder de la oposición, sin dar la talla. En ese afán capitaliza la animadversión ciudadana contra el PRI por el voto de sus legisladores para extender las funciones de las fuerzas armadas en asuntos de seguridad pública. El político michoacano asumió el cargo tras las elecciones presidenciales de 2018 y fue nombrado para un segundo periodo el cual terminará en 2024. Bajo la presidencia de Cortés, Acción Nacional ha perdido las gubernaturas de Baja California Sur, Nayarit, Quintana Roo y Tamaulipas, todas con Morena. El PAN ocupa 114 asientos en la Cámara de Diputados y 21 en el Senado. La falta de carisma y liderazgo de Cortés le ha impedido atraer a los votantes y unificar a su partido. El exgobernador de Chihuahua, Javier Corral, figura entre sus principales detractores.

La sociedad con el PRI y el PRD en la alianza Va por México, impulsada por la ultraderecha, no ha sido tan redituable para el PAN. En cambio, para el Revolucionario Institucional representa la tabla de salvación. Antes de que el PRI votara por la permanencia de las fuerzas armadas en las ciudades, el senador Demián Zepeda demandó la cancelación del frente. «Qué fregados hace el PAN abrazado de algo tan claramente dañino para este país? Se requiere determinación, ya no llamados a misa. (La coalición) es una incongruencia histórica porque nosotros nacimos como un partido que buscaba cambiar un sistema que consideramos dañino, que implementó en México el PRI», declaró en rueda de prensa.

Sin embargo, Cortés y el líder del PRD, Jesús Zambrano, se aferran a la alianza con el PRI, pues sus partidos, solos, estarían aún más lejos de ganar la presidencia. El futuro de la coalición depende de la renuncia de Alejandro Moreno, la cual parecía inminente después de dar su aval al plan de seguridad del presidente López Obrador. La base de apoyo de Moreno se reduce a los diputados del PRI. En el Senado afronta oposición y el respaldo de los gobernadores Miguel Riquelme (Coahuila) y Alfredo del Mazo (Estado de México) no es suficientemente firme.

Los orígenes del PRIAN

El senador Gustavo Madero se jacta de que el PAN «le ha salvado al PRI la vida cuatro veces», sin embargo, el intercambio de favores ha sido beneficioso para uno y otro. La fusión de los partidos más antiguos del país —génesis del PRIAN— inició cuando Acción Nacional reconoció el triunfo ilegítimo de Carlos Salinas de Gortari en las elecciones de 1988. Desde entonces ambas fuerzas conjuraron para cerrarle el paso a las izquierdas representadas por Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador. El PRI salvó al PAN en 2006, pues toleró las irregularidades para imponer en la presidencia a Felipe Calderón. El Instituto Federal Electoral suspendió el cómputo de votos cuando AMLO aventajaba, y al final le dio la victoria al panista por un margen de medio punto porcentual.

Seis años después, el PAN postuló a una candidata débil, Josefina Vázquez Mota, para allanarle a Enrique Peña Nieto el camino a la presidencia. Las televisoras y los grupos de presión también estuvieron de su parte. López Obrador volvió a quedar en segundo lugar. La competencia fue inequitativa, pues el candidato del PRI excedió el tope de gastos de campaña en más de cuatro mil millones de pesos. Cuando una comisión plural de la Cámara de Diputados presentó el informe respectivo, Peña ya había tomado posesión. Previamente, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación desechó las denuncias e impugnaciones del PRD, PT y Movimiento Ciudadano.

El tercer salvamento del PRI, de acuerdo con Madero, fue la firma del Pacto por México el cual legitimó la presidencia de Peña Nieto. El acuerdo incorporó al PRD para aislar a López Obrador, pero el tiro les salió por la culata, pues propició la formación del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) cuyo registro aprobó el INE en 2014. El pacto, celebrado a bombo y platillo por la prensa internacional, colocó a Peña en la portada de Time bajo el título de «salvador de México». Las cúpulas políticas y económicas del país negociaron las reformas con cabilderos extranjeros. Al Congreso, controlado por el PRI y por el PAN, se recurrió para cambiar la Constitución. Reformas como la energética se lograron a cambio de sobornos, según ha denunciado el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, uno de los funcionarios peñistas en prisión.

A los partidos del Pacto por México —suscrito por Madero (PAN), Jesús Zambrano (PRD) y Cristina Díaz (PRI)— se les premió con mayor financiamiento público, sinecuras, impunidad y otros privilegios. La ciudadanía castigó en las urnas la complicidad de las principales fuerzas políticas con el Gobierno, su falta de compromiso y la corrupción generalizada en el sexenio de Peña Nieto. Sin identidad, desaparecidos como oposición y arrollados por Morena en las elecciones de 2018, el PRI, PAN y PRD no tuvieron más remedio que abrazar una nueva alianza, esta vez denominada Va por México, auspiciada por sectores de la derecha adversos al presidente López Obrador.

La cuarta vez que el PAN le salvó la vida al PRI, según Madero, fue con la coalición Va por México. Sin embargo, no parece, pues fuera de haber recuperado posiciones en la actual legislatura federal, el PRI perdió 10 gubernaturas con Morena entre 2021 y 2022. Madero incluye entre los salvamentos el acuerdo de Vicente Fox con los gobernadores del PRI después de ganar la presidencia, a cambio de votos en el Congreso. El arreglo devino en error. Los ejecutivos locales obtuvieron recursos de la federación como nunca antes, pero al cabo se convirtieron en caciques y terminaron por imponerle condiciones al presidente. El control sobre los estados se perdió, y en el sexenio de Felipe Calderón se desbordaron la violencia y la corrupción. El PRI y el PAN se salvaron, a un alto costo para el país, pero finalmente perdieron el poder.

Pulso de Marko y Alito

Si el PAN y el PRD no han roto con el PRI es porque lo necesitan para las elecciones de 2023 y 2024 en las cuales se nombrará a los sucesores de Miguel Riquelme y Alfredo del Mazo, gobernadores de Coahuila y Estado de México, y del presidente Andrés Manuel López Obrador. Violar la moratoria legislativa como los diputados y senadores del PRI lo hicieron al votar con Morena la reforma para que las fuerzas armadas ejerzan tareas de seguridad pública hasta 2028, ameritaba la cancelación inmediata de la alianza Va por México. Al cierre de esta edición, la renuncia del líder priista Alejandro Moreno, requisito para mantener viva la coalición, no se había cumplido.

Riquelme y Del Mazo se han deslindado del conflicto entre las cúpulas para no entorpecer la alianza que negocia su partido con las jefaturas estatales del PAN y el PRD. Ambos estuvieron a punto de perder en 2017, el primero con Guillermo Anaya (PAN) y el segundo con Delfina Gómez (Morena), quien volverá a ser candidata en las elecciones del año próximo. Los triunfos de Riquelme y Del Mazo estuvieron a punto de anularse por lo cerrado de las votaciones y las irregularidades denunciadas ante el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

El escenario para 2023 luce todavía más complejo, pues Morena, nuevo partido hegemónico, domina ya la mayoría de los estados (22). Riquelme y Del Mazo no se han visto envueltos en escándalos de corrupción como sus predecesores, pero las condiciones son propicias para la alternancia. Coahuila y Estado de México son las únicas entidades gobernadas por el PRI desde su fundación en 1929. A menos de nueve meses para los comicios, la coalición PRI-PAN-PRD y Morena están en empate técnico, de acuerdo con las últimas mediciones de Massive Caller.

Para la elección presidencial, las tendencias favorecen ampliamente a Morena. El triunfo del partido fundado por Andrés Manuel López Obrador sería demoledor para las oposiciones. Por esa razón, Santiago Creel, presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados y asesor del presidente del PAN, Marko Cortés, es cauto con respecto al futuro de la alianza Va por México. Pues ninguno de los partidos que la integran ganaría solo la presidencia, incluso ni en bloque como ha sucedido en la renovación de las gubernaturas. Morena no tenía ninguna hace cuatro años y ahora suma 22, el triple que el PAN (cinco) y el PRI (dos) juntos.

El líder panista Marko Cortés se mantiene en sus trece. En la toma de protesta Esteban Villegas, gobernador de Durango, uno de dos pocos estados ganados por la coalición Va por México, dio por terminada la relación con el presidente del PRI, Alejandro Moreno. «Se perdió la confianza con la dirigencia nacional (…) porque se deshonró la palabra y se incumplieron los acuerdos». El rompimiento —dice— es con Moreno, no con el PRI. En la misma línea está Jesús Zambrano, jefe del PRD, partido cuya fuerza depende de la alianza, sin la cual ya habría perdido su registro.

Alejandro Moreno se ha crecido y retado a Cortés y a Zambrano a romper la coalición. Su argumento es que el PRI puede ganar las gubernaturas de Coahuila y Estado de México sin el apoyo de otras fuerzas. La afirmación carece de sustento, pues bajo la presidencia de Moreno el PRI ha perdido todas las elecciones estatales en las que ha participado solo y bajo el paraguas de Va por México, excepto Durango. La posición del líder priista no la comparten los gobernadores Riquelme y Del Mazo. Saben, por experiencia propia, que sin los votos del PAN y el PRD difícilmente conservarían el poder. E4


Coahuila y Edomex solo se ganan con alianza: González

Organizaciones civiles piden a partidos mantenerse unidos para «evitar la destrucción del país» y que Morena se haga de nuevo con la presidencia

La condición para ganar las gubernaturas de Coahuila y Estado de México el año próximo y «lograr la alternancia en 2024» es que el frente Va por México se mantenga unido «por encima de cualquier interés personal o partidista». Así reaccionaron organizaciones civiles a la suspensión de la alianza opositora luego de que el PRI quebrantó la moratoria legislativa acordada con el PAN y el PRD. La iniciativa priista para que las fuerzas armadas prolonguen su participación en la seguridad pública, base de la estrategia del presidente Andrés Manuel López Obrador, desató la tormenta.

En un intento desesperado por salvar el bloque PAN-PRI-PRD, Sí por México, cuyo presidente Claudio X. González es antagonista de AMLO, y cinco agrupaciones más hicieron «un llamado enérgico» a líderes partidistas, diputados y senadores «para generar los consensos que mantengan unida la coalición legislativa y electoral en beneficio de México». El mensaje se publicó el 12 de septiembre en un desplegado a página completa. Los demás firmantes son el Frente Cívico Nacional, Poder Ciudadano, Sociedad Civil México, UNE México y Unidos por México.

«La Coalición Va por México ha sido fundamental para resistir las aspiraciones del Gobierno actual de destruir al INE, estatizar la industria eléctrica y militarizar la Guardia Nacional»

Claudio X. González, presidente de Sí por México

El Frente Cívico Nacional, cuyo consejo se instaló apenas el 10 de septiembre, pugna por una candidatura de unidad para las elecciones presidenciales de 2024. Entre sus integrantes figuran Gustavo Madero y Carlos Navarrete, exlíderes del PAN y el PRD, respectivamente; la excandidata presidencial del PT, Cecilia Soto, y el senador Emilio Álvarez. Va por México surgió hace cuatro años a iniciativa de 30 escritores, políticos, académicos y activistas como Enrique Krauze, Héctor Aguilar, Jorge Castañeda, Soledad Loaeza, Consuelo Saizar y Javier Sicilia.

El 15 de julio de 2020, el grupo publicó un desplegado titulado «Contra la deriva autoritaria y por la defensa de la democracia». Frente al imperativo de «corregir el rumbo y recuperar el pluralismo político y el equilibrio de poderes que caracterizan a la democracia constitucional», dictaminan: «La única manera de lograrlo es mediante una amplia alianza ciudadana que, junto con los partidos de oposición, construya un bloque que, a través del voto popular, restablezca el verdadero rostro de la pluralidad ciudadana en las elecciones parlamentarias de 2021».

Cinco meses después, los líderes del PAN, PRI y PRD formalizaron la coalición Va por México, pero no lograron la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados. El fracaso en los estados fue mayor: perdieron las 13 gubernaturas por las cuales compitieron juntos. Hoy que el futuro es incierto, Claudio X. González pondera las virtudes de un frente vencido en las urnas por Morena. «La Coalición Va por México ha sido fundamental para resistir las aspiraciones del Gobierno actual de destruir al INE, estatizar la industria eléctrica y militarizar la Guardia Nacional».

El desplegado del 12 de septiembre también es un llamado de atención para las oposiciones. «La unidad que pedimos no solo la están construyendo los ciudadanos que queremos evitar la destrucción del país y que anhelamos darle a nuestra patria certeza hacia el futuro». El acercamiento del PRI con el presidente López Obrador y Morena desgastó a Va por México y generó corrientes de opinión contrarias. Los partidos se pueden arreglar, pero el enfado popular se manifestará en las urnas. El PAN, PRI y PRD avanzaron en las elecciones intermedias porque una parte de la ciudadanía creyó en la coalición, traicionada desde dentro. E4


Sí por México, prédicas en el desierto; PRI, oídos sordos

La agrupación de Claudio X. González falla en su intento de disuadir a los legisladores del PRI de reforzar la seguridad pública con militares

«No nos fallen… No le fallen a la coalición… No le fallen a México». Bajo estas exhortaciones aparecen 69 fotografías a color: son los diputados del PRI (36 hombres y 33 mujeres). Las de Yolanda de la Torre, Alejandro Moreno y Rubén Moreira encabezan la página y ocupan mayor tamaño. La primera, por su propuesta para que, mientras la Guardia Nacional se consolida, el presidente de la república pueda disponer del Ejército y la Marina labores de seguridad pública hasta 2028. El segundo y el tercero, por haber puesto en jaque a la coalición Va por México. El mensaje implícito era no darle a Morena votos para conseguir la mayoría calificada. Sin embargo, la reforma la aprobaron 200 diputados del partido de AMLO, 64 del PRI, 41 del PVEM y 30 del PT.

Claudio X. González, impulsor del bloque opositor, fracasó en su intento de frenar la iniciativa de Yolanda de la Torre, presentada, según el líder del PRI, «a título personal». La diputada por Durango respondió a las presiones: «puedo retirar (la propuesta) cuando los 31 gobernadores (de Morena, PAN, PRI y Movimiento Ciudadano) y la jefa de Gobierno (de Ciudad de México) me digan que en 2024 no necesitan a las fuerzas armadas. Porque si ellos lo dicen, quiere decir que mi iniciativa ya no tiene razón de ser». Sin embargo, la mayoría de los ejecutivos locales hicieron mutis, y quienes se refirieron al tema lo hicieron para apoyar el desempeño del Ejército.

Las fotografías de los diputados priistas se publicaron en los diarios del Grupo Reforma —el mismo día que aprobaron los cambios a la Constitución— en una inserción de una página, pagada por las asociaciones Poder Ciudadano, Sí por México, Sociedad Civil México y Unidos por México. Los únicos legisladores del PRI que votaron en contra fueron Sue Ellen Bernal (Estado de México), excoordinadora distrital de la campaña presidencial de Roberto Madrazo, y José Francisco Yunes, candidato al Gobierno de Veracruz en 2018. Ana Lilia Herrera, aspirante a la gubernatura de Estado de México, se abstuvo. Laura Barrera y Feinné Aauzara prefirieron faltar a la sesión.

Para Alejandro Moreno, limitar la participación de las fuerzas armadas en materia de seguridad habría significado dar un salto al vacío. «No podemos dar pasos en falso (ni) regatear al pueblo de México la seguridad que les aporta la presencia del Ejército en sus ciudades». El PAN y el PRD ven las cosas desde otra perspectiva: «La dirigencia del PRI y sus diputados han faltado a la palabra, a los compromisos firmados y le han dado la espalda a los ciudadanos que votaron por ellos en 2021, precisamente para que impidieran este tipo de reformas antidemocráticas, atentatorias contra las libertades y los derechos humanos», dicen en un comunicado.

En el caso de los diputados del PRI de Coahuila, todos votaron en favor de la reforma: Jericó Abramo, Cristina Amezcua, Jaime Bueno, Rodrigo Fuentes, José Antonio Gutiérrez, Tereso Medina y Rubén Moreira. «En mi estado —declaró el exgobernador en entrevista— la tranquilidad llegó cuando nos pusimos a trabajar con el Ejército. No creo que en este país, en 18 meses, se pueda prescindir del Ejército» (Reforma, 20.09.22). Coahuila vivió sus años más cruentos en la parte media del «moreirato» (2005 y 2017) cuando se registraron las masacres en Allende, Piedras Negras y miles de desapariciones.

El 19 de septiembre, Sí por México y las organizaciones paralelas publicaron otro desplegado, esta vez con las fotografías de los 53 senadores de oposición, titulado «#NoALaMilitarización. Confiamos en ustedes. ¡Es por México!». Si bien faltó un voto para aprobarla, la iniciativa de reforma volvió a comisiones. Si el PAN y el PRD son congruentes y cumplen su palabra, la coalición Va por México ya pasó a mejor vida. E4

Torreón, 1955. Se inició en los talleres de La Opinión y después recorrió el escalafón en la redacción del mismo diario. Corresponsal de Televisa y del periódico Uno más Uno (1974-81). Dirigió el programa “Última hora” en el Canal 2 de Torreón. Director del diario Noticias (1983-1988). De 1988 a 1993 fue director de Comunicación Social del gobierno del estado. Cofundador del catorcenario Espacio 4, en 1995. Ha publicado en Vanguardia y El Sol del Norte de Saltillo, La Opinión Milenio y Zócalo; y participa en el Canal 9 y en el Grupo Radio Estéreo Mayrán de Torreón. Es director de Espacio 4 desde 1998.

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