8-M: Las mujeres no celebran, inundan las calles y reclaman

Las principales arterias de Saltillo se pintaron de morado, entre consignas e himnos feministas; el respaldo a una misma causa fue mundial: no más feminicidios, no más violencia

Presiones de ONG resultan insuficientes

El 8 de marzo dejó de ser fecha de celebración para convertirse en una jornada de lucha y manifestaciones a favor de los derechos de la mujer, así como de un reclamo a las autoridades —laxas cuando no incompetentes ante las problemáticas que sufren diariamente las féminas— para exigirles que pongan freno a los feminicidios, las agresiones físicas, económicas y psicológicas que, en México, se han convertido en un flagelo constante contra ellas.

Así lo demostraron alrededor de 20 mil mujeres —entre las que no faltaron menores de edad y embarazadas— que salieron a protestar en las calles de Saltillo el Día Internacional de la Mujer. Las pancartas y consignas resultaron explícitas: «Tranquila hermana, aquí está es tu manada», «¡Vivas se la llevaron, vivas las queremos!», «¡La policía no me cuida, me cuidan mis amigas!», «Mujer, escucha, esta es tu lucha», «No estás sola», se dejaban leer o escuchar.

«Tenemos derechos gracias a las mujeres que nos antecedieron, pero todavía nos falta mucho para la conquista (…). Las colectivas feministas en Saltillo trabajando todo el año, no nada más es el 8M, es el día en el que más se visibiliza, que la gente lo tiene más presente; sin embargo, todo el año estamos con el activismo por los derechos de las mujeres».

María Casas, manifestante

Las principales arterias de la capital coahuilense se tiñeron de morado, color representativo de su causa, y sirvieron de escenario para miles de brazos que se alzaban con los puños cerrados a la par que se entonaban himnos y se repetían coros.

«Tenemos derechos gracias a las mujeres que nos antecedieron, pero todavía nos falta mucho para la conquista (…). Las colectivas feministas en Saltillo trabajando todo el año, no nada más es el 8M, es el día en el que más se visibiliza, que la gente lo tiene más presente; sin embargo, todo el año estamos con el activismo por los derechos de las mujeres», declaró María Casas, una de las participantes.

Otra de las manifestantes, Berenice Hernández, agregó: «Desde mi perspectiva, para mí es un día en el que todos podemos conectar con el mismo dolor que aquí nos une a todas. Es importante seguir conectando, seguir apoyando y dándole voz a muchas personas que ya no están. No olvidarnos de todas las personas que siguen padeciendo, que siguen sufriendo. Es un placer ser mujer, de verdad estoy muy orgullosa».

Números rojos

Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), México sigue perdiendo la pelea contra la violencia de género. A pesar de una pequeña disminución en la cantidad de feminicidios en 2022, el país registró 947 casos, lo que lo sitúa en el segundo año con más casos, solo por debajo del sombrío 2021, donde se registraron 980 muertes por razones de género.

La estadística es desalentadora, sobre todo en los estados más afectados por la violencia contra las mujeres. El Estado de México lidera la lista con 138 casos, seguido de cerca por Nuevo León con 102 y la Ciudad de México con 73. Juárez, Nuevo León, encabeza la lista de municipios con 20 casos de feminicidio, seguido de cerca por Ciudad Juárez, Chihuahua, con 15 casos.

Por otro lado, los homicidios dolosos contra mujeres también siguen siendo una preocupación. En 2022 se contabilizaron 2 mil 808 casos en todo el país, siendo Guanajuato el estado con la cifra más alta, registrando 413 casos, seguido de Baja California con 276 y el Estado de México con 269. Diciembre presentó un repunte preocupante de 21 casos en comparación con noviembre, donde se registraron 212 delitos.

Respaldo internacional

No fue solo en México donde las mujeres salieron a protestar. La lucha por la equidad de género es mundial, las une a toda, por lo que en otras naciones también se hicieron sentir.

En una movilización que abarcó las principales ciudades de Alemania, las manifestantes se unieron con un objetivo claro: luchar por pensiones igualitarias para las mujeres. Según los datos recopilados por la Oficina Federal de Estadística (Destatis), en la nación germana las mujeres reciben en promedio casi un tercio menos de ingresos por jubilación que los hombres.

El movimiento Non Una di Meno (Ni una menos) lideró marchas por las principales ciudades de Italia para denunciar la precariedad en la vida y el trabajo, un cáncer que afecta tanto a la sociedad como a las mujeres, según afirmaron sus organizadores. La movilización también protestó contra los casos de abuso sexual, violación y feminicidio que aún ocurren en el país.

En Colombia, otras centenares se concentraron en Bogotá y organizaron una manifestación multitudinaria. Se trata de un país donde, hace poco más de un año, se logró una conquista inédita: la despenalización del aborto hasta la semana 24, un hito que puso a la nación en la vanguardia de la lucha por los derechos de las mujeres en el continente.

En Argentina —donde en lo que va del año se han confirmado 51 feminicidios— miles de mujeres ocuparon las calles de Buenos Aires protestando contra la violencia de que suelen ser víctimas. En el desglose del año pasado, el 58% de los ataques fueron actos domésticos y el 64% tuvo como victimario a sus ex o actuales parejas. Solamente cinco consiguieron elevar una denuncia previa hacia su agresor.

Medio Oriente, el peor escenario

Los derechos de las mujeres representan una asignatura pendiente en Medio Oriente. Desde que retomaron el poder, el 15 de agosto de 2021, los talibanes en Afganistán han estado emitiendo una serie de leyes, decretos y directrices que vulneran los derechos humanos de las mujeres y las niñas en áreas como la educación, el trabajo, la libertad de expresión, la movilidad y la vestimenta. Entre estas medidas se encuentra la prohibición de que las niñas asistan a la escuela bajo el pretexto de no contar con uniformes escolares que se ajusten a la ideología talibán.

En Irán la situación de las mujeres ha sido pésima desde el triunfo de la Revolución Islámica del Ayatolá Jomeini en 1979, sin embargo, en el último año ha empeorado sustancialmente. El asesinato de Mahsa Amini por la Policía de la moral, por no llevar el velo puesto «correctamente» significó un parteaguas en la sociedad femenina de esa nación. Durante semanas varias protestas fueron organizadas contra el régimen, que respondió de forma contundente.

En Arabia Saudita las mujeres abogan por poner fin a la polémica ley aprobada un año atrás que consagró la tutela masculina sobre la mujer para realizar cualquier tipo de actividad: desde casarse, viajar, vivir solas, salir de prisión o incluso acogerse a un refugio por haber sufrido violencia sexual o abuso doméstico.

Yemen, un país que lleva muchos años de conflictos continuados, no trata mejor a sus mujeres, quienes padecen prácticas discriminatorias extremas bajo control masculino.

«Me encarcelaron por ser víctima de violación. Me transfirieron al albergue porque mi marido se divorció de mí y mis familiares no me permitieron regresar con ellos. Me siento oprimida y profundamente triste. Perdí a mis hijos y a mi marido, y mi familia me abandonó. Estoy deprimida. No tenía adónde ir salvo al albergue. Espero poder labrarme una nueva vida y encontrar trabajo cuando salga del albergue», comenta una víctima de violencia doméstica. E4


Presiones de ONG resultan insuficientes

Organizaciones no gubernamentales se suman a la lucha y muestran su apoyo a la causa feminista. Amnistía Internacional (AI) pide una actuación audaz para contrarrestar la erosión de los derechos humanos para las mujeres y las niñas.

«Las crisis del mundo no afectan por igual a toda la población. El desproporcionado impacto para los derechos humanos de las mujeres y las niñas está bien documentado y, aun así, es desatendido cuando no directamente ignorado»

Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional

«Los Gobiernos saben bien qué hace falta para defender los derechos humanos de las mujeres y de las niñas. Quienes los respaldan, incluidos donantes e inversores, deben insistir en que las autoridades pertinentes actúen ya y de forma resuelta: deben derogar las leyes regresivas. Deben proporcionar servicios esenciales. Las niñas y las mujeres deben tener igualdad de acceso a la educación y al empleo. La violencia de género debe ser condenada y las protecciones frente a ella deben reforzarse, no debilitarse. Deben cesar los ataques contra defensoras de los derechos humanos. Ninguna sociedad puede permitirse ni debe tolerar nunca esta erosión de la dignidad de más de la mitad de su población. No puede haber excusas para no gobernar con justicia e imparcialidad para las mujeres y las niñas», asegura Agnès Callamard, secretaria general de AI.

ONU mujeres apunta a un dilema poco discutido: la exclusión de las mujeres en el mundo digital. Advierte la organización que «la brecha de género en el acceso digital impide a las mujeres disfrutar plenamente del potencial de la tecnología. Su infrarrepresentación profesional y académica en las disciplinas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (science, technology, engineering, math, STEM) sigue siendo un importante obstáculo para su participación en la gobernanza y el diseño de la tecnología. Y la omnipresente amenaza de la violencia de género en línea —combinada con la falta de amparo legal— las obliga demasiado a menudo a abandonar los espacios digitales que ocupan». E4

La Habana, 1975. Escritor, editor y periodista. Es autor de los libros El nieto del lobo, (Pen)últimas palabras, A escondidas de la memoria e Historias de la corte sana. Textos suyos han aparecido en diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales. Actualmente es columnista de Espacio 4 y de la revista hispanoamericana de cultura Otrolunes.

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