Acuerdo entre Grupo Acerero del Norte y Alianza Minerometalúrgica Internacional busca salvar a la mayor siderúrgica de México y, de paso, más de 20 mil empleos directos. López Obrador anuncia que el holding resarcirá 200 mdd, pero voceros de la siderúrgica lo desmienten
Agro Nitrogenados y la sombra de Odebrecht
Declarada en suspensión de pagos desde 1999 en la Bolsa Mexicana de Valores, el futuro de AHMSA, la mayor siderúrgica del país, depende ahora de que la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) apruebe el contrato de compraventa recién firmado entre el Grupo Acerero del Norte (GAN) y la empresa Alianza Minerometalúrgica Internacional, donde se barajan mucho más que factores económicos.
La negociación estuvo enrarecida por visos políticos y no faltó quien insinuara el fantasma de la expropiación en el traspaso de poderes. La relación de Alonso Ancira Elizondo (expresidente de AHMSA) con el salinismo se contraponen a la afinidad de Julio Villarreal (líder de Villacero y Alianza Minerometalúrgica Internacional) con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador a quien, supuestamente, apoyó con 50 millones de pesos en la elección de 2012 y, de ser cierto, debió aumentar el aporte durante la causa morenista de 2018. La acusación que pende sobre Ancira por la venta irregular de Agro Nitrogenados a Pemex en 2013 y la exigencia del gobierno federal para que se devuelvan al erario 200 millones de dólares derivados del sobrecosto de dicha operación, sin duda dificultaron la rapidez del acuerdo.
AHMSA tuvo un impacto negativo de 350 millones de dólares en el último año, en buena medida por las cuentas que le congeló la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda. Además, debe 300 millones de pesos a proveedores locales que esperan recuperar progresivamente sus inversiones. Para solventar estos problemas y recibir la tan necesitada inyección financiera, los Ancira aceptaron renunciar a sus acciones en la empresa y no interponerse en las negociaciones entre GAN y posibles aliados. Quizás con la esperanza de que, si se llega a completar un acuerdo en buenos términos, la Fiscalía General de la República retire las demandas y acciones punitivas en contra de Alonso Ancira Elizondo.
Las negociaciones, aunque lentos, lograron un paso importante tras la firma de un contrato de compraventa con la empresa Alianza Minerometalúrgica Internacional. Hecho confirmado el 9 de diciembre por AHMSA vía comunicado a la Bolsa Mexicana de Valores. «Un grupo de accionistas de Grupo Acerero del Norte, sociedad controladora de Altos Hornos de México, celebraron un contrato de compraventa con la empresa Alianza Minerometalúrgica Internacional, S.A. de C.V., para la venta del 55% de las acciones de GAN, quedando la operación sujeta al cumplimiento de diversas condiciones, entre ellas la obtención de las autorizaciones correspondientes por parte de las instancias competentes, incluyendo la de la Comisión Federal de Competencia Económica».
De más a menos
Empresario exitoso y hombre de extensa visión para reconocer oportunidades de negocio, Harold Robert Pape entendió, en 1942, que la Segunda Guerra Mundial emitía más de un mensaje al mundo, y no todos eran bélicos. La necesidad de acero en grandes cantidades apremiaba en las naciones. Ese mismo año fundó Altos Hornos de México.
Escogió Monclova, en Coahuila, por los enormes recursos que se podían encontrar en las minas de hierro y carbón de la región, además de su cercanía con Estados Unidos, constante acaparador de minerales.
En sus inicios no pudo irle mejor, en cuatro años (de 1944 a 1948) la producción pasó de 40 mil a 100 mil toneladas anuales de acero líquido. En 1960 ya ascendía a dos millones. En la década siguiente tocaron récord de 3.75 millones. Luego, llegaron los problemas.
A finales de los 70 se comenzaban a gestar las condiciones que derivarían en la crisis económica nacional de 1982. Las huelgas obreras pululaban y la empresa siderúrgica líder de México también fue escenario de algunas de las más severas. En medio de su proceso de modernización —ya se había inaugurado una segunda planta— el presidente Luis Echeverría Álvarez consideró ideal dar un golpe mediático y populista. En 1978 AHMSA pasó a formar parte del grupo siderúrgico paraestatal Sidermex, con lo cual, el gobierno tomaba el control de la acería.
El cambio no resultó para bien y durante más de una década la empresa sufrió vaivenes productivos, entonces afectada por la baja demanda nacional de acero que obligó a buscar nuevos mercados allende las fronteras. Muy pronto los despidos aumentaron y los números se pintaron de rojo. El gobierno no tuvo más remedio que asumir los pasivos de AHMSA, algo que no hizo con Fundidora de Monterrey —también parte de Sidermex— que dio paso a su liquidación. La diferencia de actitud con relación a una y otra compañía se justificaba por la cantidad de municipios que afectaría su cierre y, no menos importante, porque el sindicato de AHMSA era más manipulable que el regiomontano.
De todas formas, cargar con dos mil 500 millones de dólares de pasivos no era fácil para el gobierno, menos aún lidiar con una entidad improductiva, así que, en 1991, otro presidente, Carlos Salinas de Gortari, buscó la salida fácil. Vender AHMSA. Y lo hizo al Grupo Acerero del Norte —en el que participaban las familias Ancira y Autrey— que obtuvo la empresa por el ridículo precio de 145 millones de dólares. Una ganga en comparación con el pasivo a compensar. La justificación oficial de ese acuerdo tan desequilibrado, dio a entender que los precios del acero estaban deprimidos y no había mejor comprador.
A la postre, la privatización del holding prometía más de lo que logró. A pesar de ajustarse a los nuevos estándares de calidad e invertir en la mejora e incorporación de plantas, no pudo sortear la crisis financiera mundial y en 1999 se acoge a la protección de la ley mexicana de quiebras y suspensión de pagos e inicia negociación de pasivos con los acreedores. Desde entonces su situación no ha mejorado y ha llegado, incluso, a trabajar al 30% de su capacidad. Muy pronto los accionistas del GAN notaron que les urgía capitalizar la empresa o terminarían por cerrarla.
Entonces apareció Julio Villarreal a la cabeza de la empresa Alianza Minerometalúrgica Internacional.
«Nosotros nos salimos»
La negociación no fue inmediata ni estuvo exenta de especulaciones y recelo entre ambos bandos. La aprehensión de Alonso Ancira en España, acusado de corrupción tras la venta de la planta de Agro Nitrogenados a Pemex, y la supuesta cercanía de Julio Villarreal López Obrador dificultaban el desenlace.
Tras varios sondeos, encuentros y desencuentros, finalmente el 9 de diciembre el Grupo Acerero del Norte hizo público el contrato de compraventa con Alianza Minerometalúrgica Internacional —integrada por empresarios mexicanos de la Ciudad de México, Michoacán, Nuevo León, Sinaloa, Yucatán y Texas, — y así proceder con el traspaso del 55% de las acciones de AHMSA una vez que lo apruebe la Cofece. El movimiento deberá incluir el paquete correspondiente a los Ancira y a Carlyle Technologies Corporation, controlada por la misma familia —45% y 10% respectivamente— el resto seguirá en manos de otra familia: la de Xavier Autrey Maza.
La asamblea de accionistas del GAN acordó trasladar ese 55% de títulos a un fideicomiso mientras se completa el pago. La fecha límite para el depósito el 14 de diciembre. Al concluir el movimiento, la participación de Alonso Ancira como máximo representante de la siderúrgica pasaría a manos de Julio Villarreal. La entrega apareja la salida de Ancira tanto del GAN como de AHMSA.
El vocero de la empresa, Francisco Orduña, explica que los Ancira se mostraron dispuestos a cooperar en todo lo posible con tal de revitalizar la empresa.
Acorde con sus declaraciones, la posición de la familia fue «si nosotros somos obstáculo para recapitalizar Altos Hornos de México y volverla a la normalidad, nos salimos».
Hoy, tan solo a la proveeduría local le deben más de 300 millones de pesos y se especula inyección financiera no menor a mil 500 millones de dólares a cargo de Alianza Minerometalúrgica Internacional. La mayor parte de ese recurso se orientará al rescate de la compañía, y gradualmente se irá aportando a las deudas locales y foráneas.
Se espera que, con esta compra, Alianza Minerometalúrgica Internacional aproveche la sinergia entre AHMSA y la empresa Lámina y Placa Comercial (de Grupo Villacero). La primera aportaría experiencia en producción y comercialización de acero; la segunda sus expertiz técnico en distribución, comercialización, transportación y logística acerera.
Money back
Otro problema a resolver es la devolución de 200 millones de dólares al gobierno federal por parte de AHMSA, por el sobreprecio detectado en la compra de Agro Nitrogenados que Pemex hizo a la siderúrgica. Las contradicciones se multiplican y el discurso del presidente no entra en sintonía con la de los voceros de la compañía acerera.
López Obrador anunció en una de sus mañaneras que sí regresaría ese importe a las arcas, según comentarios de un «nuevo accionista» no identificado. De concretarse, sería tomado como resarcimiento del daño patrimonial al Estado mexicano y una victoria política sobre la pasada administración, encabezada por Enrique Peña Nieto.
No obstante, como respuesta, AHMSA publicó un desplegado para desmentir las palabras del mandatario. «Señor presidente, hemos escuchado en repetidas ocasiones el señalamiento de un sobrecosto de 200 millones de dólares. Sin embargo, no encontramos en la empresa ningún documento, demanda o solicitud legal o extrajudicial de sustento a dicho señalamiento», señaló.
Además, lejos de acoplarse a las declaraciones del presidente, AHMSA indicó que el supuesto sobreprecio no cuenta con una base legal pues la valuación del complejo petroquímico de Agro Nitrogenados se fijó en 293 millones de dólares al momento de prepararse la transacción y que esa valuación la llevó a cabo el propio gobierno pues otros estudios privados estimaban montos mayores.
«Señor presidente, no está en el ánimo de Altos Hornos de México polemizar sobre un tema que ha generado grave inestabilidad en la empresa, en la cadena industrial que de ella depende y un fuerte impacto económico negativo en numerosas comunidades ligadas a la actividad minera y siderúrgica. Por el contrario, nuestra actitud es resolver esta situación en forma positiva y regresar a la brevedad a la normalidad», destacó la empresa.
Delitos comunes
Mientras se decide el destino de AHMSA, el expresidente de la compañía, Alonso Ancira Elizondo, no ha tenido suerte con los múltiples y variados artilugios legales presentados por sus abogados para librarlo, tanto de la orden de aprehensión que pesa en su contra en la causa penal 211/2019, por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita, relacionado con el caso de la planta de Agro Nitrogenados, como para zafarse de la orden de extradición que pretende sacarlo de España, donde fue detenido por la Interpol en mayo de 2019, y traerlo de vuelta a México para ser juzgado.
En este juego, la más reciente movida la hizo el Juzgado Octavo de Distrito de Amparo en materia Penal del primer circuito, que le negó a Ancira la suspensión definitiva de su orden de aprehensión, así como la elaboración, suscripción y publicación de la búsqueda internacional con fines de detención —ficha roja— relacionada con el expediente A-5897/5-2019.
Antes, el 11 de agosto de 2020, un juez le había otorgado dicho amparo y protección contra esa misma orden de aprehensión, debido a la prescripción del delito por el que se le acusaba y, posteriormente, el 9 de octubre el Tercer Tribunal Colegiado en materia Penal concedió otro amparo similar.
A raíz de tales resoluciones, el 6 de noviembre, el empresario solicitó a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) cancelar el procedimiento de extradición pues quedaba insubsistente la orden de aprehensión librada en su contra. Sin embargo, el recurso quedó anulado tras este nuevo dictamen de Luz María Ortega Tlapa, titular del Juzgado Octavo, que lo sujeta a la condición de acusado por su probable responsabilidad en el delito de lavado de dinero.
No es la primera vez que el rey del acero busca librarse de las acusaciones en su contra. En marzo rechazó ser extraditado a México, «un país que no tiene leyes» según sus palabras, argumentando que se trataba de un linchamiento con fines políticos y denunció al presidente Andrés Manuel López Obrador de estar moviendo los hilos del proceso. Su defensa lo respaldó al declarar que las acusaciones relacionadas con la manipulación de recursos de procedencia ilícita no tenían sustento legal.
Sin embargo, las autoridades españolas no mordieron el anzuelo. La Audiencia Nacional de España descartó que Ancira pueda ser considerado perseguido político pues los hechos imputados se relacionan con delitos comunes, así que el Pleno de la Sala de lo Penal desestimó el recurso de súplica y confirmó su entrega a las autoridades mexicanas al considerar que los hechos por los que se le persigue también son delito en España y concurre por ello el principio de doble incriminación.
Empleos en riesgo
El mayor peligro dentro de la complicada trama de esta historia no amenaza a los accionarios, políticos, funcionarios y corporativos que intentan llevar a feliz término —según sus intereses— la reactivación de AHMSA, sino a los más de 20 mil empleados que la hacen trabajar a diario, de la mano con otros 70 mil que, de forma indirecta, se mantienen ligados al gigante acerero.
Toda la región carbonífera de Coahuila depende, de un modo u otro, de este complejo siderúrgico, cuyo desplome impactaría directamente en la vida de los pobladores de, al menos, cinco municipios de la región centro del estado.
Legisladores locales y alcaldes siguen de cerca el curso de las negociaciones entre el Grupo Acerero del Norte y Grupo Villacero, y abogan por evitar a toda costa un cierre del complejo. Ya en varias ocasiones han recurrido al gobierno federal para equilibrar la producción de la compañía.
«Necesitamos el apoyo del gobierno federal para estabilizar la producción. Necesitamos que AHMSA no se apague; estamos haciendo un gran esfuerzo para que siga operando, con el dueño que la quiera comprar o con el que se quiera asociar», expresó Gerardo Bortoni, presidente de la Unión de Organismos Empresariales.
En marzo, el senador Armando Guadiana (Morena) anunció un acuerdo con la CFE para la compra de 735 mil toneladas de carbón, que serviría de bálsamo a la deplorable situación en que se encuentra la siderúrgica desde hace casi dos décadas. Apenas tres meses después era la CFE quien notificaba a Minera del Norte, filial de AHMSA, sobre la cancelación de los contratos de suministro de carbón para las centrales termoeléctricas José López Portillo y Carbón II, localizadas en Nava, Coahuila. La empresa federal justificó su decisión por la existencia de un sobrecosto que limitaba las posibilidades de competir en el Mercado Eléctrico Mayorista.
Dicho y hecho. La cancelación provocó la liquidación de dos mil obreros, empleados en México, y 400 en Texas, junto con cinco mil trabajadores de empresas proveedoras.
El alcalde de Monclova, Alfredo Paredes López, advierte que más de 167 mil personas están en la incertidumbre. El futuro de cada uno de ellas, hoy, depende de la suerte de AHMSA. El gigante que todos, al norte de México, desean ver despertar. E4
Agro Nitrogenados y la sombra de Odebrecht
Negocios entre Pemex y AHMSA afectaron al país, en beneficio propio y de la constructora brasileña ligada a sobornos de políticos
La Fiscalía General de la República (FGR) investiga actualmente cuatro transferencias realizadas en 2012 por un monto de 3.4 millones de dólares que Altos Hornos de México destinó a las cuentas de Tochos Holding, empresa ligada al exdirector general de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya, quien fuera detenido en España por su presunta implicación en los sobornos de la constructora brasileña Odebrecht y, más tarde, extraditado a México.
Este movimiento se relaciona con la posterior compra que Pemex llevó a cabo para hacerse con la planta de fertilizantes Agro Nitrogenados —entonces propiedad de AHMSA— y también adquirir Grupo Fertinal, por un total de 11 mil millones de pesos aun cuando todos los especialistas, en esa fecha, advirtieron que se trataba de un negocio poco rentable.
En efecto, años después, investigaciones revelaron que durante la adquisición de Agro Nitrogenados —bajo el pretexto de reactivar la industria nacional de fertilizantes— se incurrió en un supuesto sobreprecio de poco más de 200 millones de dólares que fueron a parar a las arcas de AHMSA y que ahora intenta recuperar el gobierno federal, pero que la acerera se niega a reconocer. De acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación, la transacción se efectuó «en condiciones desfavorables, con costos de reparación irrecuperables y bajo supuestas sinergias que no se han alcanzado».
Pero eso no es todo. Se demostró que la compra de Agro Nitrogenados formaba parte de un combinado de transferencias de recursos a empresas offshore, utilizadas por Odebrecht para financiar su esquema de sobornos. El dato adquiere relevancia luego que se diera a conocer que AHMSA transfirió más de tres millones 700 mil dólares a las cuentas de Grangemouth Trading Company, una firma offshore propiedad de la constructora brasileña y desde la cual se distribuyeron millones de dólares para sobornar a políticos en distintos países, México incluido. E4
La vie en noir
Alejandro Dávilay Miriam Valdés
Las vicisitudes económicas y políticas de Altos Hornos de México (AHMSA), sidwerúrgica y empresa ancla de la Región Centro de Coahuila, así como los vaivenes de las carboeléctricas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en Nava, Coahuila, tienen a la minería de carbón en México contra la pared. Y el 99% de la oferta nacional de este combustible fósil se genera en el noreste de Coahuila, en los cinco municipios de su región carbonífera (Sabinas, San Juan de Sabinas, Múzquiz, Juárez y Progreso) y en Piedras Negras, municipio fronterizo que debe su nombre a ese mineral.
En solo cinco años (entre 2014 y 2019), se perdieron tres mil 065 empleos de nueve mil 487 que había al inicio del quinquenio (-32.7%). Y el valor de su producción, cuyo monto en pesos constantes fue de 20 mil 199 millones en 2014, a partir de entonces se contrajo cada año a tasas reales del -6.1%, perdiendo el 27% de su valor, para ubicarse en 14 mil 740 millones de 2019 (Inegi).
En una comunidad más grande y económicamente diversificada, como Piedras Negras, la contracción de esta industria la compensaría el dinamismo en otros sectores, pero en los cinco municipios de la carbonífera, donde el último censo de población reportó que había 52 mil 379 viviendas con 180 mil 734 habitantes, con el 44% de la población ocupada laboraba en el sector industrial, una caída de esta magnitud arrastra al resto de la economía.
Sin variaciones de sus inventarios, el 45.2% del valor del carbón mexicano se destinó a generar electricidad; el 43.2%, a la fabricación de coque para producción de acero en AHMSA; el 10.2%, a la industria petroquímica; y el 1% restante se consumió al interior de la propia actividad.
Durante los últimos cinco años, se observa una clara tendencia a la baja en generación de electricidad con carbón [Observatorio de Transición Energética, https://obtrenmx.org/, portal de datos que pone a disposición de la sociedad, la información pública disponible sobre la operación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN)].
Lo mismo ocurre en producción de carbón de coque, insumo indispensable para fabricar acero primario. En México hay dos siderúrgicas que se ocupan de esta actividad: AHMSA en Monclova, y ArcelorMittal en Lázaro Cárdenas, Michoacán. Esta última lo importa de Colombia y Estados Unidos, principalmente. Desde 2017 toda la producción nacional se realiza en Coahuila, donde se pasó de un millón 824 mil 028 toneladas en 2014, a 990 mil 979 en 2019 (-45.7%).
En comunicado a la Bolsa Mexicana de Valores, AHMSA informó que la asamblea de accionistas del Grupo Acerero del Norte (GAN, holding que controla AHMSA) autorizó, en reunión del 26 de noviembre del año en curso, las negociación para vender el paquete accionario de los Ancira en GAN a accionistas encabezados por Julio Villareal, presidente del Grupo Villacero. La aprobación de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), se allanaría el camino a una eventual recapitalización de AHMSA, que le permita recuperar sus niveles históricos de producción.
Las perspectivas para las carboeléctricas de Nava son aún más inciertas. Entre los compromisos firmados por México en la COP21 de París, nuestro país se obligó a elevar la participación de energías limpias en generación eléctrica al 25% en 2018, 30% en 2021, 35% en 2024 y 43% en 2030. Este porcentaje alcanzó el 23.2% en 2018 y, pese a una gran caída del consumo eléctrico en 2020, las tendencias anticipan que tampoco se alcanzará la meta intermedia de 2021. En el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen 2018-2032), publicado el último año de la administración de Peña Nieto, se develó un programa indicativo para la construcción y retiro de plantas eléctricas. En el caso del carbón, y específicamente para Nava, se contempló incorporar en 2019 otra planta con capacidad de 129 MWh (Megawatts hora) y el retiro, en el 2029, de las cuatro unidades de Carbón II, que generan mil 400 MWh.
Al margen de la historia, el progreso técnico y el cambio climático, el gobierno de la 4T no deja de manifestar su inclinación ideologizada por los combustibles fósiles. Y, sin embargo, la generación de electricidad con carbón coahuilense aún disminuye. Puede ser que las convicciones ideológicas atemperen sus fiebres cuando la CFE recibe las facturas por los costos de las energías para su despacho a sus clientes. Resulta que los costos nivelados (valor actual del precio de producción de electricidad durante la vida útil de una planta, incluida la construcción, operación, mantenimiento y costos de combustible) de las plantas de gran escala con energía solar y eólica, son más bajos que las operadas con los combustibles fósiles más económicos (carbón y gas natural para las centrales de ciclo combinado).
Y Coahuila es un claro ejemplo del gran potencial de las energías solar y eólica. Como resultado de las tres subastas de largo plazo realizadas entre 2015 y 2017, en solo cinco años se han desarrollado plantas eléctricas con una capacidad instalada de mil 877 MWh, es decir, casi tres cuartas partes de la capacidad de generación de las carboeléctricas de Nava.
Pero en lugar de fincar políticas claras, escenarios y metas transparentes, el destino de esas tres industrias (minería carbón, generación eléctrica y producción de acero básico) en Coahuila y en México, se juega tras bambalinas, en donde las fuerzas políticas y económicas que «parten el queso del poder» se disputan, de espaldas a los ciudadanos, su futuro. Tomando prestado el título del libro del padre de la microhistoria, don Luis González; tienen al pueblo en vilo. E4