Sin ningún tipo de vergüenza,
con la intención previamente intencionada,
no pienses cuatro veces al decirlo.
Dos veces antes, son con las que actuamos,
dos veces después, son con las que nos arrepentimos.
Planeado o no, cerebro te dé el verde o no,
no te ahogues en la frase, tósela.
No la puedes escupir, no está en tu boca,
esta atorada en el pecho.
De nuevo ves, qué alivio es anunciar un te amo.