Asociarse con el PRI, el peor negocio del PAN; Va por México se va a pique

El balance de la coalición PRI-PAN-PRD es negativo: pierde 13 gubernaturas de 15. Los escándalos de corrupción ponen en la picota a Alejandro Moreno. El exlíder panista Gustavo Madero propone cambiar de aliado y volver a unir fuerzas con Movimiento Ciudadano. Claudio X. González celebra como triunfo el fracaso del 5 de junio

Ni borrón ni cuenta nueva: Ricardo Mejía

Jiménez nada a sus anchas; las aguas se agitan

Entre la fundación del PRI y la del PAN median 10 años. Un militar (Plutarco Elías Calles) acaudilló al primero y un civil (Manuel Gómez Morín) inspiró al segundo para democratizar el sistema y plantar cara al generalato. Organización de ciudadanos y no de masas, Acción Nacional, cuyas siglas son las mismas desde 1939, fue el partido de oposición por antonomasia. Su mística y espíritu de lucha le permitieron ganar la primera gubernatura en 1989 y la presidencia en 2000, después de múltiples fraudes y de violencia contra sus candidatos y simpatizantes. Sin embargo, su adhesión al presidente Enrique Peña Nieto lo mimetizó con el antiguo Partido Nacional Revolucionario, abuelo del PRI, cuyo engendro fue el «prianato».

La desaparición de fronteras ideológicas entre las oposiciones de derecha e izquierda le franqueó las puertas de Palacio Nacional a Morena. De otra manera no se explica que un movimiento popular se hiciera con la presidencia en su primera elección. El frente «Va por México», capitaneado por el empresario Claudio X. González (fundador de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad) para enfrentar al presidente López Obrador, es una extensión del Pacto por México. PRI, PAN y PRD se aliaron para empujar las reformas del presidente Enrique Peña Nieto en negociaciones cupulares no exentas de corrupción. El Congreso se limitó a validarlas.

«Numéricamente (la coalición) no te da. (…) estamos viendo una descomposición, una pérdida de referente. ¿Qué atributos te trae uno u otro (PRI o MC)? ¿Qué montos de voto aporta uno y otro?

Gustavo Madero, senador del PAN, Reforma, 11.06.22

Asociarse con el PRI ha sido un mal negocio para el PAN. En 2021 perdieron 11 gubernaturas con Morena. Acción Nacional salvó Querétaro, donde compitió en solitario, y Chihuahua donde hizo tándem con el PRD. La historia se repitió este año: de los seis estados que acudieron a las urnas, «Va por México» fue derrotada en cuatro. El movimiento del presidente López Obrador venció al PRI, PAN y PRD —juntos o separados— en Hidalgo, Tamaulipas, Oaxaca y Quintana Roo. La alianza ganó en Aguascalientes y Durango. En dos años, el frente opositor perdió 13 gubernaturas.

«El PAN se ha basado en luchar contra el sistema que ha implementado y aún implementa el PRI. No se nos puede olvidar el uso político de la justicia (…).»

Damián Zepeda, expresidente del PAN, El País, 09.12.20

En medio de la debacle, Claudio X. González, cerebro y motor de la coalición perdedora, echa las campanas al vuelo y mira la elección presidencial con triunfalismo. El diputado Gerardo Fernández Noroña (PT) lo regresó a la realidad y desde la tribuna del Congreso le dio clases de «aritmética básica». El periodista y escritor Jesús Silva Márquez ironiza en su columna «El tapete de la alianza»: «El espacio de la opinión se convirtió, de pronto, en sesión de autoayuda. La tonada se repite por todos lados: hay que ser optimistas después de la elección reciente. Nada de derrotismo. (…) Los porristas de la prensa y las redes sociales piden a la oposición que se vea en el espejo y que, ante su imagen, repita la verdadera esperanza, que no le fue tan mal, que las cosas pudieron haber sido peores, que el camino es insistir en el mismo camino. ¡Sí se puede! (Reforma, 13.06.22).

«Los porristas de la prensa y las redes sociales piden a la oposición que se vea en el espejo y que, ante su imagen, repita la verdadera esperanza, que no le fue tan mal, que las cosas pudieron haber sido peores, que el camino es insistir en el mismo camino. ¡Sí se puede!».

«Había también que hacer las cuentas de tal manera que las sumas fueran alentadoras. (…) Con la magia de esos números, ¡estamos al tú por tú con el régimen! (…) La oposición, dicen los porristas, va bien y lo único que debe hacer es persistir en el rumbo que se ha trazado».

Jesús Silva Herzog Márquez, Reforma, 13.06.22

»Había también que hacer las cuentas de tal manera que las sumas fueran alentadoras. Ganamos la mitad de las elecciones donde competimos juntos, lo cual significa que hay un 50% de efectividad en la estrategia de la unión opositora. Con la magia de esos números, ¡estamos al tú por tú con el régimen! No les pareció relevante a estos aritméticos del siquitibum el registrar que en todas las elecciones donde se impuso, el oficialismo ganó con más de la mitad de los votos. La crítica se convirtió en porra. La oposición, dicen los porristas, va bien y lo único que debe hacer es persistir en el rumbo que se ha trazado», dice el autor de La casa de la contradicción (Editorial Taurus, 2021), crítico implacable y pertinaz del presidente López Obrador y del embeleco de la 4T.

El coletazo del dinosaurio

La resaca poselectoral despertó a Alejandro Moreno de su sueño presidencialista y lo puso en la picota. Alito tiene los días contados en el CEN por el fracaso en Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas. Los dinosaurios dieron un coletazo para exigir la renuncia de quienes causaron la derrota del 5 de junio (Moreno y Rubén Moreira en primer lugar) antes de que terminen de hundir por completo el barco carcomido por la corrupción. Alito está en riesgo de perder no solo la presidencia de su partido, sino también la libertad. La Fiscalía General de la República y la de Campeche lo investigan por irregularidades en su gestión como gobernador y líder priista. Moreno se echó la soga al cuello. Los audios difundidos por su sucesora Layda Sansores (Morena), en el programa «Martes del Jaguar», lo inculpan de cabo a cabo.

Mientras siete expresidentes del CEN —entre ellos tres mujeres— sentaban a Moreno en el banquillo el 14 de junio, agentes estatales cateaban su residencia en Villahermosa. La situación del político que aconseja «matar de hambre a los periodistas», de acuerdo con una de las filtraciones, es insostenible. Los escándalos del jerarca tricolor ponen en duda la viabilidad del frente «Va por México» y su composición actual. El exlíder del PAN, Gustavo Madero, propone revisar la estrategia de alianzas electorales y buscar nuevos aliados.

El senador chihuahuense propone revisar «cuáles son las sumas que suman y cuáles las sumas que restan», cancelar la alianza con el partido de Alejandro Moreno y volver a tender puentes con Dante Delgado. Sopesar, su suma, «si es mejor la opción PAN-MC que (la de) PAN-PRI». La coalición «Por México al Frente» (PAN-MC-PRD) fue la segunda más votada en las presidenciales de 2018. Obtuvo 12.6 millones de papeletas contra 30.1 millones de «Juntos Haremos Historia» (Morena-PT-PES). Por el bloque «Todos por México» (PRI-Verde-Panal) solo votaron 9.2 millones de electores.

Gustavo Madero sabe de derrotas y de la importancia de las alianzas. Como líder del PAN perdió la presidencia de la República en 2012 con el PRI y su partido cayó al tercer lugar. El Movimiento Progresista (PRD-PT-MC) lo superó por tres millones de votos. Acerca de la sociedad con el PRI en «Va por México», Madero difiere de los triunfalistas que ven en el fracaso del 5 de junio la «clave» para vencer a Morena en la sucesión de 2024. «Numéricamente no te da. (…) Yo quisiera que se analizara con apertura porque estamos viendo una descomposición, una pérdida de referente. ¿Qué atributos te trae uno u otro (PRI o MC)? ¿Qué montos de voto aporta uno y otro? Esa es la reflexión que se debe hacer con total desapego y libertad» (Reforma, 11.06.22).

Por historia y como segunda fuerza electoral del país (después de Morena, tiene más gobernadores, diputados y senadores), el partido fundado por Gómez Morín está obligado a corregir errores y replantear prioridades. La alianza con el PRI, su rival por antonomasia, confunde y divide a sus militantes, cuadros y simpatizantes. El sentimiento lo refleja Damián Zepeda, senador y predecesor de Ricardo Anaya en la presidencia de Acción Nacional: «El PAN se ha basado en luchar contra el sistema que ha implementado y aún implementa el PRI. No se nos puede olvidar el uso político de la justicia, como maniobraron hace dos años para atacar a nuestro candidato [con relación a la investigación abierta por la entonces PGR en contra de Ricardo Anaya en plena campaña], la encarcelación de opositores en Hidalgo. No puedes ir de la mano con quien te ha atacado toda la vida» (El País, 09.12.20).

La red de Alito Moreno

Forbes no ha actualizado la lista de los «10 mexicanos más corruptos de 2013» como anualmente lo hace con los multimillonarios del mundo, pero, de volver a elaborarla, con toda seguridad incluiría al exmandatario de Campeche y líder del PRI, Alejandro Moreno. Del catálogo de políticos venales de la revista, fundada hace 115 años por B. C. Forbes, la mitad habían sido gobernadores. Dos de ellos estuvieron entre rejas: Andrés Granier (Tabasco) y Humberto Moreira (Coahuila), y un tercero, Tomás Yarrington (Tamaulipas), espera sentencia en Texas. Posteriormente fueron encarcelados Javier Duarte (Veracruz) y Roberto Borge (Quintana Roo). César Duarte (Chihuahua) fue extraditado de Estados Unidos el 2 de junio.

Los gobernadores empezaron a ser intocables en el Gobierno del presidente Ernesto Zedillo. Prófugo desde 1999, Mario Villanueva (Quintana Roo) fue capturado en México y entregado a Estados Unidos, donde se declaró culpable de lavar dinero del narcotráfico. La mayoría de las detenciones tienen un denominador común: la alternancia política en los estados. Alejandro Moreno lo sabe y por esa razón intentó heredarle el cargo a su sobrino Christian Castro Bello. De haberlo conseguido, como sucedió con los Moreira en Coahuila, Alito no estaría hoy en el ojo del huracán. Pero los campechanos dijeron otra cosa y eligieron a Layda Sansores, de Morena. Es la primera mujer gobernadora que denuncia a su predecesor por enriquecimiento ilícito, defraudación fiscal y lavado de dinero.

Moreno niega los cargos y llega al absurdo de la victimización. Se dice «perseguido político» por haber votado en contra de la Reforma eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador. Pero él mismo se delata. Los audios divulgados en redes sociales y en la prensa del país no dejan lugar a dudas sobre su culpabilidad. Una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), publicada el 7 de junio, dos días después de las elecciones de gobernador en seis estados, terminó de hundirlo y de sepultar sus aspiraciones presidenciales: «El líder nacional del PRI conformó una red de amigos y familiares para comprar propiedades a precios muy bajos, donarlos a sus cercanos y luego revenderlos mucho más caros; en algunos casos el precio por metro cuadrado fue de unos pocos centavos o pesos que luego multiplicó su valor de reventa».

Eduardo Buendía, autor del reportaje, cita un caso: «11 meses después de haber tomado posesión como gobernador de Campeche [impuesto por Enrique Peña Nieto], compró 39 mil metros cuadrados a un precio de 4 pesos el metro y en poco tiempo se multiplicó 500 veces y actualmente es de dos mil pesos el metro». De acuerdo con el Registro Público de la Propiedad de Campeche, el líder del PRI, «su hermano Emigdio Gabriel Moreno Cárdenas, su madre Yolanda Mercedes Cárdenas Moreno y Juan José Salazar Ferrer —identificado como su arquitecto de cabecera— son propietarios de 35 casas y terrenos en el estado», denuncia MCCI en «La red de Alito Moreno para triangular dinero con la compra-venta de inmuebles».

Moreno atribuye la investigación a una «celada periodística» y amaga con denunciar a Claudio X. González, promotor de la coalición «Va por México» (PRI-PAN-PRD), pero quien preside la organización es María Amparo Casar. Moreno puede ser el segundo presidente del PRI en ser arrestado. Humberto Moreira fue el primero. El 15 de enero de 2016 la policía española lo detuvo en el aeropuerto de Madrid bajo los cargos de «blanqueo de dinero y malversación de fondos durante su etapa como gobernador del Estado de Coahuila [2005-2011] (El País, 15.01.16). El frente opositor ha pasado a mejor vida. Moreno fue su enterrador. E4

Crónica de una debacle anunciada

Partidos20212022Total
Morena11415
PAN22
MC11
PVEM11
Va por México22

2021

Morena (11)PAN (2)MC (1)PVEM (1)Va por México (0)
Baja California, Baja California Sur, Sonora, Zacatecas, Sinaloa, Nayarit, Colima, Campeche, Guerrero, Michoacán, TlaxcalaQuerétaro, ChihuahuaNuevo LeónSan Luis Potosí 

2022

Morena (4)Va por México (2)
Hidalgo, Tamaulipas, Oaxaca, QuintanaAguascalientes, Durango

Ni borrón ni cuenta nueva: Ricardo Mejía

La alternancia en cinco estados y el desplome de la votación del PRI abre la puerta al primer cambio de partido en el Gobierno de Coahuila

El proceso para nombrar al sucesor de Miguel Riquelme se aceleró aún más tras los comicios del 5 de junio en seis estados, de los cuales cinco votaron por la alternancia. Los triunfos en Aguascalientes y Durango —únicos donde los candidatos de la coalición «Va por México» pudieron ganar— se repetirán en Coahuila, dice Manolo Jiménez, delfín del gobernador. Ricardo Mejía (Morena), el aspirante opositor más visible, subió el tono de su discurso. «Tenemos que empezar a concienciar y a trabajar por el cambio que queremos para Coahuila (…), desde hoy les digo: no habrá borrón y cuenta nueva. Cero impunidad, no vamos a permitir que se burlen de los coahuilenses, (el cambio) lo tenemos que construir con todo el apoyo social».

El PRI es un partido desfondado. En Quintana Roo, Oaxaca, Hidalgo, Tamaulipas, Durango y Aguascalientes perdió más del 60% de los votos obtenidos en las elecciones previas. La votación del partido tricolor pasó de 2.1 millones de sufragios en 2016 a 822 mil en 2018 de acuerdo con el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) (Animal Político, 07.06.22). El desplome es consistente con el rechazo a las siglas. Seis de cada diez mexicanos encuestados dicen que «nunca» votarían por el PRI. Las acusaciones de corrupción contra su presidente, Alejandro Moreno, atizan el encono.

«Tenemos que salvar a Coahuila del imperio de corrupción que ha edificado la familia Moreira y sus cómplices del actual Gobierno».

Ricardo Mejía, aspirante a la gubernatura de Coahuila

La aureola de partido «invencible» le permitió al PRI monopolizar el poder por décadas. Hoy, sin líderes ni credibilidad, es un espectro. Salvar el registro en Quintana Roo, donde su candidata al Gobierno, Leslie Hendricks, captó el 2.96% de los votos, da una idea del tamaño de la crisis. El PRI cayó al último lugar de las preferencias, incluso por debajo del partido local Movimiento Auténtico Social, por el cual votó el 7.1%. Mara Lezama, de Morena, obtuvo el 56.4% y Laura Fernández, de «Va por México», el 16.1%. El PRD está en fase terminal. Perdió el registro en cuatro estados y lo conservó en Oaxaca y Aguascalientes.

El rechazo de Movimiento Ciudadano a la alianza con el PRI, PAN y PRD y la búsqueda de candidatos competitivos para afrontar a Morena y a la vieja clase política, le abre un resquicio al diputado Jericó Abramo en el partido naranja. El exalcalde de Saltillo acusa al PRI de demorar la convocatoria para nombrar a su candidato al Gobierno en consulta abierta. «Está claro: quieren que el tiempo siga avanzando para seguir promocionando a Manolo Jiménez como el elegido de la cúpula, como la imposición de la cúpula. No quieren entrarle al debate claro, no quieren entrar a las propuestas, a lo que tenemos que hacer para que le vaya mejor al estado. Solo piensan en ellos y en su futuro inmediato», denuncia en un video publicado el 30 de mayo en redes sociales.

Jericó está en el limbo. El PRI local no lo quiere y en Morena ha perdido puntos por su indecisión y su voto contra la reforma eléctrica. Sin embargo, su discurso rupturista es eficaz. «Coahuila merece más que decidir por una imposición», advierte. Abramo afirma que sus simpatizantes son amenazados. «Les hablan y les dicen: “Si te reúnes con Jericó estás fuera del partido (PRI)». «No se dejen amedrentar —aconseja a los liderazgos afines a su causa—, la cúpula podrá amenazar a algunos, pero no pude amenazarlos a todos». Pide trabajar por un Coahuila libre de amenazas, con «menos pobreza, más empleo, y sobre todo (…) respeto franco (hacia) todas las expresiones políticas». E4


Jiménez nada a sus anchas; las aguas se agitan

Morena encabeza la intención de voto para la gubernatura, pero la alianza PRI-PAN podría revertir la tendencia. Guadiana se decanta por Mejía

La estrategia de Manolo Jiménez, el aspirante del PRI a la gubernatura mejor posicionado, consiste en no distraerse en fuegos artificiales. Montado en el programa «Mejora Coahuila», que ostenta la «M» de su nombre, el delfín de Miguel Riquelme nada a sus anchas, pero las aguas se empiezan a agitar. Ricardo Mejía, su competidor más fuerte, tiene claro su objetivo: poner fin al «moreirato». La réplica del subsecretario de Seguridad Pública Federal a un video amenazante «del cacique sindical Carlos Moreira» es indubitable: «Tenemos que salvar a Coahuila del imperio de corrupción que ha edificado la familia Moreira y sus cómplices del actual Gobierno. (…) Vamos hacia adelante, no habrá impunidad, cero corrupción y cero impunidad».

Mejía regresó a Coahuila el 11 de junio para encabezar asambleas informativas «en defensa de la 4T» en Ramos Arizpe y Parras de la Fuente. Su activismo se empieza a reflejar en las encuestas. La preferencia por el subsecretario de Seguridad Pública para representar a Morena en la sucesión del gobernador subió al 17.2% en mayo, cinco puntos porcentuales más con respecto a abril, de acuerdo con Massive Caller. El apoyo a Luis Fernando Salazar y Armando Guadiana se conserva estable (23% y 21%, respectivamente). Morena y el PRI se mantienen en empate técnico. El 39% de la muestra votaría por el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador y el 36.7% por el del gobernador Miguel Riquelme, dice el sondeo. El PAN captaría el 7.6% de los sufragios, lo que le daría ventaja al PRI si concretan una alianza.

Manolo Jiménez amplía su ventaja para ser el candidato del PRI. En mayo creció 10 puntos porcentuales para llegar al 56%. La intención por el alcalde de Saltillo, José María Fraustro, bajó al 9.3% y la del diputado Jericó Abramo al 6.7%. Consciente de esa situación, Abramo apremia al PRI a definir el método y el calendario de la consulta abierta, pues mientras más tarde la distancia entre él y Jiménez será mayor. El líder estatal del PRI, Rigo Fuentes, se comprometió a abrir el proceso para ganar tiempo, y así lo denuncia el presidente de la Comisión de Turismo de la Cámara baja.

Guillermo Anaya también creció en las preferencias. Para el 35% de los encuestados, el exsenador debería ser el candidato de Acción Nacional. Le siguen Marcelo Torres y Jorge Zermeño con el 16.5% y el 12%, respectivamente. La coalición con el PRI para las elecciones del 4 de junio de 2023 es mal vista por el sector duro del PAN y por los votantes de ese partido. «Es preferible perder antes que pactar con el partido de los Moreira, causantes de la quiebra financiera de Coahuila», dice un exalcalde de Torreón.

En Morena la competencia por la candidatura se ha cerrado. La diferencia entre los tres primeros lugares es del dos y el cuatro por ciento. Empero, la participación del senador Armando Guadiana en la mayoría de los actos de Ricardo Mejía y su alejamiento del expanista Luis Fernando Salazar, vinculado al gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, envía una señal inobjetable. Mejía es un político avezado y el coahuilense más cercano al presidente Andrés Manuel López Obrador. Salazar, en su momento, será neutralizado. En 2024 podría volver a ser candidato a alcaldía de Torreón. Si los laguneros forman tándem, Morena podría hacerse también con la capital lagunera. En caso contrario, se repetiría la historia de 2017, cuando un berrinche de Salazar contribuyó a la derrota de Guillermo Anaya. E4

Torreón, 1955. Se inició en los talleres de La Opinión y después recorrió el escalafón en la redacción del mismo diario. Corresponsal de Televisa y del periódico Uno más Uno (1974-81). Dirigió el programa “Última hora” en el Canal 2 de Torreón. Director del diario Noticias (1983-1988). De 1988 a 1993 fue director de Comunicación Social del gobierno del estado. Cofundador del catorcenario Espacio 4, en 1995. Ha publicado en Vanguardia y El Sol del Norte de Saltillo, La Opinión Milenio y Zócalo; y participa en el Canal 9 y en el Grupo Radio Estéreo Mayrán de Torreón. Es director de Espacio 4 desde 1998.

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