Beriain y Fraile, periodismo bajo fuego

El asalto mortal contra el convoy donde viajaban los reporteros españoles, perpetrado por un supuesto grupo yihadista en Burkina Faso, pone de relieve el alto riesgo de ejercer el periodismo

México agrega otra víctima a la lista

El asesinato de los reporteros españoles David Beriain y Roberto Fraile, en Burkina Faso, confirma que el periodismo no ha dejado de ser una de las profesiones más peligrosas. El hecho conmovió al gremio y causó indignación a escala global. La reacción se repite cada vez que un comunicador es ejecutado mientras cumple su tarea, sin importar el número de víctimas. Múltiples agencias noticiosas unieron sus voces para recriminar el suceso y exigir justicia, algo que rara vez ocurre en este tipo de homicidios. La demanda para que los gobiernos tomen cartas en el asunto y demuestren interés por la seguridad de los profesionistas de la información es ignorada por la mayoría de los países.

El 26 de abril, Beriain y Fraile, acompañados por el conservacionista irlandés Rory Young, fueron reportados como desaparecidos mientras filmaban un documental sobre la caza furtiva en la nación africana. Al día siguiente se confirmaban sus muertes.

De acuerdo con el diario El País, el convoy donde viajaban los reporteros salió de Natiaboani por la mañana y se detuvo a unos 60 kilómetros, en un parque natural situado en la frontera entre Burkina Faso y Benín, para operar un dron y tomar fotografías aéreas del lugar. En ese momento fueron atacados por un comando armado sin que todavía se puedan precisar las razones específicas de la agresión. Mientras algunas fuentes apuntan a un ataque terrorista, otras se inclinan por la sustracción de recursos al convoy y la patrulla que los escoltaba. Ningún grupo extremista se ha adjudicado oficialmente la autoría del atentado, aunque en las redes sociales circula un audio en el que un supuesto portavoz del Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), filial de Al Qaeda en el Sahel, asegura ser el responsable.

«Esperamos que las autoridades de Burkina Faso investiguen lo ocurrido, porque una tendencia muy lamentable en todo el mundo es que los crímenes de periodistas salen muy baratos»

Alfonso Armada, presidente de RSF

Sin embargo, esta versión no convence a los expertos del equipo de investigación porque, a partir de experiencias previas, los yihadistas prefieren solicitar rescates por los extranjeros que apresan en aras de obtener una fuente de financiamiento para sus actividades delictivas y, a menos que las negociaciones no prosperen, evitan asesinarlos. Aunque una negociación exitosa no siempre es garantía de que los secuestrados permanezcan con vida.

Ambos periodistas contaban con una larga trayectoria de trabajo en territorios hostiles. Beriain fue enviado especial de La Voz de Galicia a la segunda guerra de Irak y a Afganistán. Era reportero especializado en conflictos armados y también estuvo presente en Sudán, Congo y Libia. En 2017 visitó México, donde dirigió el documental Clandestino, que explica cómo funcionaba el Cártel de Sinaloa, liderado entonces por Joaquín «el Chapo» Guzmán. Para lograrlo se codeó por tres meses con integrantes de la banda. Ingresó a las casas de tortura, atestiguó alianzas entre narcotraficantes y elementos policiacos y dejó al descubierto que la misma ruta por donde se trafica drogas a Estados Unidos se usa para contrabandear armas de fuego a México. En Colombia, llegó a instalarse en los campamentos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y documentar sus operaciones. Por esta labor lo condecoraron con el Premio José Manuel Porquet de periodismo digital.

Roberto Fraile (camarógrafo) contaba con un extenso currículum en proyectos periodísticos. En 2012 resultó herido tras la explosión de un artefacto en la ciudad de Alepo, Siria. Tuvo que ser intervenido de urgencia y posteriormente fue evacuado a Turquía para su recuperación. Los restos de los periodistas españoles, junto con el del irlandés Young, llegaron a España el 30 de abril, donde se les practicó la autopsia.

El gobierno español anunció que serán condecorados con la medalla de Honor al mérito civil a título póstumo. Por su parte, Alfonso Armada, presidente de Reporteros Sin Fronteras (RSF) en España, pidió a Burkina Faso que investigue el asesinato y capture a los responsables para que la impunidad deje de ser nota constante cada vez que se mata a un profesional de la información.

«Esperamos que las autoridades de Burkina Faso investiguen lo ocurrido, porque una tendencia muy lamentable en todo el mundo es que los crímenes de periodistas salen muy baratos», señaló. E4


México agrega otra víctima a la lista

Justo el 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa, fue asesinado a balazos el periodista mexicano, Benjamín Morales Hernández, luego que un grupo armado lo sacara por fuerza de su domicilio. Se trata del primer comunicador del país, en 2021, que pierde la vida a causa de su trabajo.

Morales era fundador y director del portal digital Noticias Xonoidag en el municipio de Sonoyta, Sonora. Días antes de ser ejecutado, denunció en su canal amenazas anónimas por su cobertura de las campañas electorales en Sonora.

México es considerado uno de los países más peligrosos para el ejercicio del periodismo en el mundo. Según la organización no gubernamental Artículo 19, desde el año 2000 se han documentado 138 asesinatos de periodistas —127 hombres y 11 mujeres—. Del total, 18 corresponden a la administración de López Obrador.

«La colusión de las autoridades y los políticos con el crimen organizado amenaza gravemente la seguridad de los actores de la información y obstaculiza el funcionamiento de la justicia del país a todos los niveles».

Guillermo Fernández-Maldonado, representante de la oficina en México del Alto Comisionado de  NU para los Derechos Humanos

La Oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos condenó la muerte de Morales y exigió a las autoridades que desarrollen una investigación profunda a la par que llamó la atención sobre el estado de vulnerabilidad constante en que se encuentran quienes practican el ejercicio informativo.

«La prevención de esta violencia requiere adoptar medidas que aborden las causas estructurales de la vulnerabilidad en la que se encuentran quienes se dedican al periodismo, especialmente en las zonas más violentas del país. Casos como el de Morales no son aislados, sino parte de un contexto de vulnerabilidad de la prensa en muchas zonas de México», apunta Guillermo Fernández-Maldonado, representante de la organización (Proceso, 09.05.21).

Reporteros Sin Fronteras (RSF) ubica a México en el lugar 143 de 180 naciones, en su Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2021. En el mismo documento advierte, que «México sigue siendo, año tras año, uno de los países más peligrosos y mortíferos del mundo para los medios. […] La colusión de las autoridades y los políticos con el crimen organizado amenaza gravemente la seguridad de los actores de la información y obstaculiza el funcionamiento de la justicia del país a todos los niveles. Cuando los periodistas investigan temas molestos para el gobierno o relacionados con el crimen organizado —especialmente a nivel local—, sufren amenazas e intimidaciones, y pueden ser asesinados a sangre fría». E4

La Habana, 1975. Escritor, editor y periodista. Es autor de los libros El nieto del lobo, (Pen)últimas palabras, A escondidas de la memoria e Historias de la corte sana. Textos suyos han aparecido en diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales. Actualmente es columnista de Espacio 4 y de la revista hispanoamericana de cultura Otrolunes.

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