¿Bestialidad humana?

¿La sangre? Yo vi más de un cazador… mancharse de sangre, herir, ¡torturar… a los animales de Nuestro Señor… y no era por hambre que iban a cazar!…Los motivos del lobo

Rubén Darío

El homo sapiens logró el predominio sobre todas las demás especies vivas en la tierra; incluso, sobre otros homínidos como los neandertales que era casi idénticos a él; tal parece que para obtener el otro sapiens solamente se ensañó a infringir dolor y cautiverios a todos los animales en un afán cruel de dominar, restándole dignidad a la vida. Realmente los seres humanos nunca hemos logrado civilizarnos en nuestra relación con los demás seres humanos, tal vez si lográramos cultivar esa relación con la naturaleza y los animales pudiéramos ser humanos.

Un energúmeno fue captado en vídeo más que dramático cuando arrojaba a un perrito inocente a un cazo con aceite hirviendo en el estado de México; luego tranquilamente se alejó como quien tira una lata vacía a un bote de basura. Tras ser capturado este canicida, fue agredido por indignados vecinos, aunque la policía logró rescatarlo.

El ser humano en su afán de dominar al planeta lo modifica según sus intereses, placeres y gustos simples; deteriora la naturaleza alterando la configuración biológica y provocando daños irreparables al biosistema. Amparado bajo el concepto de «progreso» flagela con crueldad la vida en todas sus manifestaciones solamente para obtener beneficios económicos sin importarle la depredación de esta en perjuicio de generaciones futuras, horada minas a cielo abierto, contamina ríos y mares e impide el libre desarrollo de las especies animales al colocarlas en cautiverio o destruir su hábitat desobedeciendo perversamente todas las leyes de la naturaleza, lo que termina costando la vida en general, aquí recuerdo un proverbio hindú: «Cuando el último árbol sea cortado, la última res sacrificada y el último pez pescado, el ser humano descubrirá y entenderá que el dinero no se come».

El sentimiento de destrucción ha estado presente en toda la humana historia; los asirios empalaban a sus enemigos derrotados, los romanos destruían las ciudades y araban los campos con sal para que jamás volvieran a producir frutos; los holandeses saqueaban pueblos de África para llevar como esclavos a sus habitantes, los ingleses abrían a cañonazos los puertos chinos para obligarlos a consumir opio y las tropas gringas arrasan pueblos con napalm. Pero destruirse una misma especie que posee capacidad es una cosa y acabar con quienes no pueden defenderse es otra. Esa mentalidad es tan obtusa como la del pobre diablo, proletario en inteligencia y bolsillo, pero que se convierte en el más férreo defensor del saqueador de la comunidad a la que endeuda con decenas de miles de millones de pesos por generaciones.

Hoy en día existen las protestas contra el maltrato a los animales y están pulsando fibras sensibles de muchas personas que se comprometen contra actos de barbarie y hasta brutalidad con los animales; ellos, por el contrario, ocasionalmente son capaces de defenderse unos a otros. Circuló en redes un increíble video en que un tiburón empujó a una bebé tortuga hasta una lancha y ahí la entregó para que le quitaran una red que se le había enredado en el cuerpo y la boca y estaba matándola, afortunadamente gracias al escualo se salvó dicho galápago: (https://www.youtube.com/watch?v=yE4949OTG_s). Es muy famosa la ilimitada lealtad de perros que mueren en la tumba de su dueño, como el famoso Hachi, perro japonés que durante casi diez años esperó frente a la estación a su amo que había fallecido sin regresar a casa; hoy ya tiene una estatua de bronce, justo en el lugar donde esperaba y en el que finalmente murió; una película que recorrió el mundo entero le fue dedicada a él. ¿Esa fidelidad merece el trato que muchos dan a los animales? ¿Quiénes son las bestias? Ya debería retirarse esa designación a los animales y transferirla exclusivamente al «Rey de la Creación» porque lo que más debe sorprendernos es la nobleza de los animales y la bestialidad de los humanos o es que acaso nunca te has dado cuenta de que con sus ojos, un animal tiene el poder de hablar un gran lenguaje y expresarte mucho cariño.

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