Caen otros tres periodistas en el desempeño del que, aun así, es el mejor oficio del mundo

Un fotógrafo, un conductor de noticiarios y el director de un medio de comunicación, conforman la tríada fatal. El primero de ellos, acreedor de un premio Pulitzer

Gobiernos estrechan el cerco sobre Twitter

En apenas una semana el mundo reportó la muerte de tres periodistas, dos de ellos mexicanos. La estadística pone una vez más en evidencia que los riesgos por ejercer esta profesión acechan lo mismo en zonas de guerra que en naciones democráticas. El 16 de julio la mala fortuna del indio Danish Siddiqui, fotógrafo de la agencia británica de noticias Reuters, asesinado mientras seguía los enfrentamientos entre el Ejército de Afganistán y los talibanes en la localidad de Spin Boldak. El 19 del mismo mes, Abraham Mendoza, conductor de un programa en EXA-Morelia, fue víctima de un atentado en Morelia, Michoacán, cuando salía de un gimnasio. Tres días después, Ricardo López Domínguez, director del portal de noticias InfoGuaymas, fue asesinado en una plaza comercial de Guaymas, Sonora.

Un Pulitzer

Siddiqui llevaba una semana cubriendo las actividades de las fuerzas especiales afganas, en su intento por recuperar Waesh, el segundo mayor punto fronterizo con Pakistán, del dominio talibán.

Acorde al relato de un comandante afgano que pidió no ser identificado, Siddiqui primero fue herido en un brazo por metralla y, luego de recibir tratamiento médico, se encontraba en proceso de recuperación cuando el enemigo volvió a atacar y resultó víctima del fuego cruzado, junto a un oficial de alto rango cuyo nombre no ha sido revelado.

Siddiqui, en 2018, se convirtió en el primer indio —junto a su colega Adnan Abidi— en ser acreedor del premio Pulitzer de fotografía por las imágenes registradas durante la crisis de refugiados derivada del genocidio rohinyá, en Birmania.

«Danish fue un periodista sobresaliente, un esposo y padre devoto, y un colega muy querido. Nuestros pensamientos están con su familia en este momento terrible», dijeron en un comunicado conjunto el presidente de Reuters, Michael Friedenberg, y la editora en jefe, Alessandra Galloni.

Voz crítica

De poco le valió a Abraham Mendoza evitar temas relacionados con el narcotráfico durante su trayectoria como periodista. Exponer abusos de autoridad, corrupción y negligencias gubernamentales lo convirtió en blanco de la clase política, no menos peligrosa en México que los cárteles de la droga.

El joven comunicador se desempeñó varios años como conductor de la edición de Panorama Informativo Michoacán, de Grupo ACIR, donde también fue corresponsal nacional. Cooperó con noticiarios en Central Tv, Grupo Marmor y CB Televisión. Se caracterizó por imprimirle un fuerte acento crítico a sus comentarios y presentaciones.

Tras su asesinato, la Fiscalía General del Estado (FGE) detuvo a tres presuntos responsables que circulaban a bordo de un automóvil con reporte de robo y llevaban armas de fuego, sin que, hasta el momento, se haya confirmado su participación en el atentado.

La Asociación Michoacana de Periodistas A.C. (Amipac) exigió el pronto esclarecimiento de los hechos para impartir justicia. «¡No más impunidad! A su familia le deseamos una pronta resignación», expresó.

Oídos sordos

Antes de su homicidio, Ricardo López ya había advertido que era víctima de amenazas y hostigamiento por parte del capitán de fragata, Andrés Humberto Cano Huir, director de la policía municipal en Guaymas. Interpuso una denuncia en la Fiscalía General de la República (FGR) y cambió de domicilio para salvaguardar su integridad física. Asimismo, advirtió que Cano se encontraba detrás de los ciberataques y la campaña de difamación que en las redes se perpetraba en su contra.

Sus reiteradas llamadas de atención fueron desatendidas. Aproximadamente a las seis de la tarde del 22 de julio, un grupo de sicarios lo emboscó en el estacionamiento de una plaza comercial y abrieron fuego en su contra hasta matarlo.

La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) condenó los asesinatos de Mendoza y López e instó a las autoridades a investigar «pronta y exhaustivamente» ambos acontecimientos.

«La ONU-DH expresa su preocupación por la continuidad de la violencia en contra de los periodistas en México y su impacto para quienes ejercen la libertad de expresión y para el derecho de toda la sociedad a acceder a la información», expresó en un comunicado. E4


Gobiernos estrechan el cerco sobre Twitter

La campaña que sostienen los gobiernos contra la falta de regulaciones para las redes sociales y el uso indiscriminado que estas hacen de información emitida por terceros, sigue en aumento. En febrero de este año, los gigantes de la tecnología —Google y Facebook— tuvieron que acordar términos para compartir sus ganancias con los medios de comunicación australianos por el uso que hacían del contenido periodístico. Twitter, por su parte, el año pasado vio aumentar el número de demandas que exigían retirar de su plataforma noticias elaboradas por otros medios de comunicación.

En su informe de transparencia, la compañía señala que las cuentas verificadas de 199 periodistas y medios de su red global fueron objeto de 361 requerimientos legales de Gobiernos para que retiraran contenidos en el segundo semestre de 2020, lo cual representa un alza del 26% respecto al primer semestre del año.

Además, entre el 1 de julio y el 31 de diciembre, recibió más de 14 mil 500 solicitudes, mayormente asociadas a revelar la identidad de personas que publican bajo seudónimos. El 30% de las mismas recibieron respuesta.

También atendió otros 38 mil requerimientos legales para eliminar contenidos diversos y cumplió con 29% de ellos.

La empresa no ofreció detalles sobre qué países presentaron las peticiones, ni el número de requerimientos legales relativos a periodistas o medios de comunicación con los que cumplió la plataforma. Sin embargo, sí aclaró que India fue la mayor fuente de solicitudes de información, seguida por Estados Unidos.

Conflictos in crescendo

No es de extrañar que India marque la pauta de las solicitudes recibidas por Twitter pues el Gobierno ultranacionalista de Narendra Modi mantiene un enfrentamiento con la red social para lograr la moderación del contenido que esta publica.

El origen de este conflicto recae en una regulación que entró en vigor el 25 de mayo y que obliga a las compañías tecnológicas a restringir la difusión de ciertos temas, acatar las órdenes gubernamentales sobre la eliminación de contenido y cooperar en la identificación de quienes divulguen información que las autoridades consideren «maliciosa». En caso de negarse, los empleados de la empresa pueden ser procesados penalmente.

Pero no se trata solo de India. En marzo, Rusia ralentizó el acceso a Twitter después de que la red social no eliminara una serie de mensajes que suponían una amenaza para los adolescentes rusos, según Roskomnadzor, órgano regulador de los medios de comunicación de aquel país.

En Estados Unidos el pulso entre Donald Trump y la compañía del pajarito, aún no termina. El 7 de julio, el expresidente demandó a la red social —además de a Facebook y Google— por mantener el bloqueo a su cuenta personal y coartar la libertad de expresión. «Vamos a responsabilizar a las grandes tecnologías […] Si me lo pueden hacer a mí, se lo pueden hacer a cualquiera», aseguró durante una conferencia de prensa en su Trump National Golf Club Bedminster, en Nueva Jersey. E4

La Habana, 1975. Escritor, editor y periodista. Es autor de los libros El nieto del lobo, (Pen)últimas palabras, A escondidas de la memoria e Historias de la corte sana. Textos suyos han aparecido en diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales. Actualmente es columnista de Espacio 4 y de la revista hispanoamericana de cultura Otrolunes.

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