Cambio climático, greenwashing amenaza la transición energética

Mientras el mundo resiente los efectos de una ola de calor sin precedentes, empresas y países fallan en desplegar estrategias efectivas contra el calentamiento global. Greenpeace fustiga a la 4T por incluir al gas natural en su lista de energías «limpias»

De Estocolmo a Kioto: el largo camino de los protocolos ambientales

Como cada verano boreal, el impacto de las altas temperaturas registradas en el hemisferio norte (sequías, incendios forestales, contaminación del aire, muertes por golpes de calor) vuelve a poner de relieve la urgencia de reducir las emisiones de gases de invernadero que provocan el calentamiento global.

Para lograrlo, los científicos advierten que es necesario acelerar la transición del uso de combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas natural) hacia fuentes de energía renovables (solar, eólica, geotérmica, oceánica), pues el equilibrio del ecosistema mundial se acerca rápidamente a un punto de no retorno.

«Las políticas climáticas de México continúan retrocediendo, ya que se prioriza el uso de combustibles fósiles y se desmantelan las políticas e instituciones relacionadas con el clima».

Climate Action Tracker

En este sentido, Gobiernos y empresas se han comprometido a hacer su parte para reducir las emisiones de estos gases en un 50% para 2030 y neutralizarlas en 2050, con el objetivo de estabilizar el incremento de la temperatura global en 1.5°C al final del siglo, tal como lo establece el Acuerdo de París (firmado por 195 países en 2015).

Según el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) –una organización intergubernamental de Naciones Unidas (NU) creada en 1988 para ofrecer una opinión científica sobre el cambio climático–, un aumento de temperatura superior a 1.5°C (por encima de los niveles preindustriales) pondría en riesgo la subsistencia de miles de especies, incluida la humana, pues limitaría el acceso al agua potable, alimentos, salud y recursos fundamentales para el crecimiento económico.

«Con los cambios propuestos (por la CRE) se estaría haciendo creer al mundo que nuestro país incrementa el porcentaje de energías renovables (…) cuando en realidad no lo hace. Es un engaño».

Greenpeace

Pero pese a los esfuerzos globales, la meta no se está alcanzando. En los primeros días de junio, la temperatura media global superó ese umbral, y aunque se trata de un promedio temporal, cada vez más fuentes apuntan a que el fijo de 1.5°C se alcanzará antes de 2027, debido al incremento de emisiones de los últimos tres años.

El caso de México, que atraviesa la tercera ola de calor del año, es aún más grave, pues debido a su ubicación geográfica la temperatura aumenta más rápido que el promedio global (en el rango de 1.69°C, según el Programa de Investigación en Cambio Climático de la UNAM).

Y si bien el país no ha superado aún el récord de temperaturas máximas, al cierre de esta edición, al menos ocho estados habían superado los 45°C y la Secretaría de Salud (SS) había confirmado al menos ocho muertes relacionadas con la ola de calor. La Secretaría de Educación, por su parte, adelantó el cierre del ciclo escolar en Sinaloa y Coahuila, mientras que en Nuevo León adoptó en sistema semipresencial en las escuelas sin ventiladores o aire acondicionado.

Una situación similar atraviesan diversas zonas de Canadá y Estados Unidos, donde los incendios forestales y las temperaturas récord de hasta 47.9°C provocaron el cierre de escuelas y otras instituciones públicas, así como la cancelación de eventos deportivos.

El discurso y los hechos

Si bien la mayoría de los países y empresas multinacionales se ha pronunciado a favor de la meta de neutralidad de carbono y el desarrollo de energías renovables, las acciones no han sido suficientes.

En otros casos, los compromisos son simplemente una estrategia de marketing conocida como greenwashing, la cual se enfoca en crear la ilusión de responsabilidad ecológica. Una encuesta de Carbon Disclosure Project, una ONG que ayuda a empresas y ciudades a divulgar su impacto medioambiental, señala que apenas 81 de las 18 mil empresas entrevistadas en 2022 contaba con planes eficaces de transición climática.

Por su parte, Climate Action Tracker, un organización que rastrea el cumplimiento de los compromisos adoptados en el Acuerdo de París, advierte que ninguno de los mayores emisores del mundo (China, Estados Unidos, la Unión Europea e India) ha reducido sus emisiones lo suficiente como para cumplir los objetivos del acuerdo. En conjunto, estos tres países y el bloque europeo representan más de la mitad de las emisiones históricas de gases que calientan el planeta, que incluyen el dióxido de carbono (CO2) y el metano, entre otros.

Estados Unidos (que en 2017, durante la administración de Donald Trump, se retiró del Acuerdo de París, y reintegró en 2021, bajo el Gobierno de Joe Biden) es el mayor emisor histórico, mientras que China es el mayor emisor actual.

En el caso de EE. UU., la administración de Biden aprobó este año la Ley de Reducción de la Inflación, que incluye la mayor inyección de fondos federales a iniciativas de energía libre de carbono en su historia. Se prevé que la ley reduzca significativamente las emisiones, pero no lo suficiente como para cumplir los objetivos del Acuerdo de París.

Según las proyecciones de Climate Action Tracker, las emisiones de China están llegando a su punto máximo y se mantendrán estables hasta 2025, antes de empezar a disminuir gradualmente, en mayor medida gracias a la instalación masiva de paneles solares.

Por su parte, aunque la mayoría de los 27 países de la Unión Europea no están alcanzando las metas del acuerdo, la búsqueda de nuevas fuentes de combustible para reducir su dependencia de Rusia impulsará la transición energética y hará que el bloque avance en el cumplimiento del acuerdo.

Las proyecciones muestran que las emisiones de India superarán a las de la Unión Europea el próximo año, mientras que su población superará a la de China. Este año, el Gobierno indio encabezado por el primer ministro Narendra Modi modificó sus compromisos de reducción de emisiones, pero no cambió su fecha objetivo de 2070 para lograr emisiones cero.

México, que según la Secretaría de Energía «es uno de los países que menos emisiones de gases de efecto invernadero genera en el mundo», tampoco ha cumplido con los compromisos del Acuerdo de París.

Con una calificación de «Críticamente Insuficiente», Climate Action Tracker advierte que «las políticas climáticas de México continúan retrocediendo, ya que se prioriza el uso de combustibles fósiles y se desmantelan las políticas e instituciones relacionadas con el clima».

«El objetivo 2030 actualizado de México, presentado en noviembre de 2022, da como resultado niveles de emisión más altos que los objetivos de 2016, incumpliendo tanto los acuerdos bajo el Acuerdo de París como la Ley mexicana. La NDC (siglas en inglés para Contribución Determinada a Nivel Nacional) actualizada carece de transparencia y disfraza su falta de ambición», señala la ONG.

«Otros datos» energéticos

La ONG alerta que aunque el nuevo objetivo del país aumenta el porcentaje de reducción incondicional del 22% al 35% (30% con recursos propios y un 5% adicional del apoyo internacional acordado) para 2030 y del 36% al 40% condicionado al apoyo internacional adicional, México disfraza su «falta de ambición» al contar los bosques de manera diferente a cómo lo hizo en los objetivos anteriores.

En este sentido, advierte que el Gobierno espera una reducción significativa por el aumento de superficies boscosas. «Esto significa que el nuevo objetivo se puede cumplir incluso si las emisiones, excluidas las de la silvicultura, son más altas de lo que podrían haber sido con el objetivo anterior», indica la organización.

También recuerda que los objetivos de 2022 reemplazaron a los de 2020, que dejaron de ser válidos luego de que un tribunal mexicano determinara que son menos ambiciosos que los de 2016 «y, por lo tanto, una violación a la progresión».

«Las políticas climáticas de México bajo el mandato del presidente López Obrador continúan retrocediendo, ya que se prioriza el uso de combustibles fósiles (…) Esto coloca la trayectoria de emisiones del país aún más lejos del objetivo de 1.5°C del Acuerdo de París. Las emisiones de gases de efecto invernadero de México continúan aumentando, a pesar de la breve caída causada por la pandemia de COVID-19, y se prevé que continúen aumentando hasta 2030», señala.

Para que el país revierta las tendencias, destaca la ONG, necesita revertir sus políticas, alejarse de los combustibles fósiles, fomentar las energías renovables y abordar el sector del transporte, pero «en lugar de invertir en energía renovable, México adquirió una refinería de petróleo en EE. UU. y está acelerando la construcción de otra en Dos Bocas, Tabasco».

También lamenta que el Gobierno de López Obrador continúe subsidiando el uso de combustibles fósiles en el sector del transporte como respuesta a la crisis energética mundial y que busque desaparecer fondos e instituciones con reformas legislativas.

«En 2021, el Gobierno anunció la disolución del Instituto Nacional de Cambio Climático. El desmantelamiento de la gobernanza del cambio climático envía un mensaje claro a los mexicanos y a la comunidad internacional de que el cambio climático y el medio ambiente simplemente no son una prioridad en México. Sin embargo, el partido de López Obrador perdió su mayoría calificada en el Congreso en las elecciones de 2021, lo que permitió que su oposición política detuviera la propuesta del Ejecutivo para reformar el sistema energético de México en abril de 2022. Con esta propuesta de reforma, el Gobierno pretendía limitar la participación de los productores privados de electricidad y desmantelar el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) y los Certificados de Energía Limpia», señala.

En el mismo sentido, Greenpeace y otras organizaciones ambientales se han pronunciado en contra de un acuerdo publicado el pasado 24 de mayo en el Diario Oficial de la Federación, en el cual la Comisión Reguladora de Energía (CRE) establece que «se considerará energía eléctrica limpia» la que aproveche el calor residual de un sistema que haya utilizado gas natural o combustibles más limpios. En otro apartado, señala que se considerará «energía libre de combustible» la eléctrica adicional generada por una central que use gas natural y sea producto de un tipo de tecnología de enfriamiento.

«Se trata de un engaño para tratar de alcanzar ficticiamente los compromisos ambientales del país», señala Greenpeace, en un comunicado en conjunto con el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), Iniciativa Climática de México y Nuestro Futuro AC.

«Con los cambios propuestos se estaría haciendo creer al mundo que nuestro país incrementa el porcentaje de energías renovables en nuestra matriz energética cuando en realidad no lo hace (…) Este nuevo acuerdo no añadirá ni un solo magavatio (MW) de capacidad de energías renovables a nuestra matriz eléctrica ni reducirá ni una sola tonelada de bióxido de carbono adicionales», acusa el comunicado. E4


De Estocolmo a Kioto: el largo camino de los protocolos ambientales

Los esfuerzos globales para luchar contra el calentamiento global tienen un extenso recorrido. El primero de gran calado se remonta a 1972, cuando 113 países, 19 organismos intergubernamentales y más de 400 organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales, participaron en la «Cumbre de Estocolmo», en Suecia.

Bajo el nombre oficial de Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano (CNUMAH), el encuentro fue un punto de inflexión en el desarrollo de políticas medioambientales internacionales. Por primera vez, se emitió una Declaración de 26 principios sobre el medio ambiente y el desarrollo y se confeccionó un plan de acción, el cual incluyó 109 recomendaciones y una resolución. De este evento, resultó la creación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Pero no fue hasta 1979, en la Primera Conferencia Global del Clima, realizada en Ginebra, Suiza, que que se reconoció al calentamiento global como un problema grave que requería acciones inmediatas. De esta cumbre, nació el Programa Mundial sobre el Clima (PMC), bajo la responsabilidad conjunta de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el PNUMA y el Consejo Internacional para la Ciencia (ICSU, por la sigla en inglés),

Estas acciones sentaron la base para la firma del Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono (1985) y el Protocolo de Montreal (1987), el cual ha sido revisado en siete ocasiones (la última en 2016) y mantiene un alto grado de implementación, con lo que se proyecta que la capa de ozono podría recuperarse completamente para el año 2050.

En 1988, la OMM y el PNUMA crearon el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), con el fin de estudiar el calentamiento y estimar su impacto ambiental y socioeconómico. Su primer informe, publicado en 1990, ofrece evidencias científicas sobre el calentamiento global causado por el hombre, y proporciona las bases para las negociaciones de la Convención sobre el Cambio Climático.

En 1990, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el comienzo de las negociaciones para elaborar un tratado y tras cinco sesiones de un comité internacional, se aprobó la Convención Marco sobre el Cambio Climático (CIN/CMCC), la cual fue firmada por 154 países, en Río de Janeiro, Brasil, en 1992.

En 1995, se celebró en Berlín, Alemania, la primera Conferencia de las Partes (COP, por sus siglas en inglés), que desde entonces reúne cada año a los países firmantes de la Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Dos años más tarde, en 1997, los países de la Convención firmaron en Japón el Protocolo de Kioto, que por primera establece objetivos vinculantes de reducción de emisiones para 37 países industrializados y el bloque de la Unión Europea (UE).

De los grandes emisores solo se adhirieron la Unión Europea y Japón, mientras que China, Australia y Estados Unidos no lo hicieron. Si bien el Gobierno de EE. UU., presidido entonces por Bill Clinton, firmó el acuerdo, el Congreso de su país no lo ratificó, por lo que su adhesión solo fue simbólica hasta 2001, cuando el Gobierno de George Bush se retiró del protocolo.

En el acuerdo, que entró en vigor en 2005 tras la ratificación de Rusia, los firmantes pactaron una reducción de al menos un 5% en promedio de las emisiones de los gases de efecto invernadero entre 2008 y 2012, teniendo como referencia el año 1990.

El segundo periodo comenzó en 2013, con la Enmienda de Doha como extensión al Protocolo de Kioto, contemplado hasta el 31 de diciembre de 2020. En esta segunda fase, los países asumieron el compromiso de reducir al menos un 18% de las emisiones de gases de efecto invernadero teniendo, igualmente, el año 1990 como referencia.

En 2015 se celebró la Cumbre del Clima en París, Francia, donde se pactó el Acuerdo de París para sustituir al Protocolo de Kioto. En éste, se mantiene el compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para reducir la incidencia del cambio climático, proyectando que para el 2050 se limiten a cero. E4

Hitos de la política ambiental internacional

1972. Cumbre de Estocolmo. Suecia

1979. Primera Conferencia Global del Clima. Ginebra, Suiza.

1985.  Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono

1987. Protocolo de Montreal

1988. Creación del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC)

1990. Primer informe del IPCC

1992. Convención Marco sobre el Cambio Climático (CMCC)

1995. Primera Conferencia de las Partes (COP, por sus siglas en inglés)

1997. Firma del Protocolo de Kioto. Japón.

2005. Entrada en vigor del Protocolo de Kioto

2013. Extensión del Protocolo de Kioto

2015. Firma del Acuerdo de París


Cumplimiento de los compromisos adoptados en el Acuerdo de París

Críticamente insuficiente Altamente insuficienteInsuficienteCasi suficienteCompatible con 1.5°C del Acuerdo e París
IránArgentinaAustraliaCosta Rica 
MéxicoCanadáBrazilEtiopía 
RusiaChinaChileKenya 
SingapurEgiptoColombiaMarruecos 
ThailandiaIndiaUnión EuropeaNepal 
TurquíaIndonesiaAlemaniaNigeria 
VietnamNueva ZelandaJapónNoruega 
 Arabia SauditaKazajistánGambia 
 Corea del SurPerúInglaterra 
 Emiratos ÁrabesFilipinas  
  Sudafrica  
  Suiza  
  Estados Unidos  
Fuente: Climate Action Tracker

Espacio 4.

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