El triunfo del partido guinda en las elecciones dio al traste con el discurso deThe Economisty buena parte de la prensa nacional. Volver a tratar a México como el patio trasero de Estados Unidos fue un error cantado del diario británico
Ni la presión ejercida por un buen número de medios de comunicación nacionales, ni las publicaciones que arremetieron contra el presidente López Obrador, desde más allá de las fronteras mexicanas, lograron la debacle de Morena en las recién concluidas elecciones.
El control del Congreso seguirá en manos del partido guinda —en alianza con el Verde y el Partido del Trabajo— y, gracias a ello, se asegura el desarrollo de la Cuarta Transformación. Quienes hicieron eco de publicaciones como las de The Economist, a finales de mayo, tendrán que recomponer su discurso porque la realidad es que la campaña mediática que han mantenido hasta la fecha en contra de AMLO, no les ha servido de mucho.
Falso mesías
«El desprecio del presidente por las reglas es una de las razones por las que las elecciones del 6 de junio son importantes». La frase resume la tesis del artículo publicado por The Economist, el 27 de mayo, donde tilda de falso mesías a López Obrador.
«López Obrador divide a los mexicanos en dos grupos: “el pueblo”, con lo que se refiere a quienes lo apoyan, y la élite, a la que denuncia, a menudo por su nombre, como delincuentes y traidores a quienes culpa de todos los problemas de México».
The Economist
No se trató, esta vez, de otro reportaje con fuerte acento crítico en contra del líder de Morena. Su aparición, días antes de los comicios más grandes de México, evidenciaba el propósito de influir en los electores. Desglosó las presuntas deficiencias del presidente: perfil populista, altercados con las instituciones, poca confianza que genera entre empresarios e inversionistas, y la marcada tendencia a imponer su criterio a cualquier precio.
El artículo compara al Ejecutivo mexicano con su homólogo brasileño Jair Bolsonaro, el húngaro Viktor Orban y el indio Narendra Modi. Los tres, reconocidos a nivel mundial por exhibir un marcado carácter populista. Además, lo acusa de segmentar a la sociedad para sostener su poder.
«López Obrador divide a los mexicanos en dos grupos: “el pueblo”, con lo que se refiere a quienes lo apoyan, y la élite, a la que denuncia, a menudo por su nombre, como delincuentes y traidores a quienes culpa de todos los problemas de México», se puede leer.
En este mismo sentido, el texto advierte que AMLO aprovecha su aceptación entre las clases más pobres para generar consultas ciudadanas que atentan contra la autenticidad de un sistema democrático.
«Elige un pequeño electorado que sabe que se pondrá de su lado. Cuando lo hace, declara que la gente ha hablado. Incluso ha pedido un referéndum nacional sobre si enjuiciar a cinco de los seis expresidentes de México por corrupción», comenta.
The Economist también destaca la incertidumbre que viven los organismos autónomos, en riesgo constante de ser reformados o eliminados.
«Las instituciones de México son fuertes, pero pueden ceder ante el asalto sostenido de un fanático con apoyo popular», advierte.
No hay duda de que uno de los apuntes más agresivos dentro del discurso británico es el que vuelve a posicionar a México como patio trasero de los Estados Unidos mientras hace un llamado al vecino del norte para que ejerza mayor presión política.
«Estados Unidos no debería hacer la vista gorda ante el autoritarismo progresivo en su patio trasero. Además de enviar vacunas, incondicionalmente, Biden debería enviar advertencias silenciosas», aconseja.
Bombardeo internacional
The Economist encendió la primera mecha, pero no fue la única bomba extranjera que le estalló en las manos a Obrador en vísperas de las elecciones. A la aparición de «El falso mesías de México», se sumaron otras de similar calibre anti AMLO. El periódico francés Le Monde sacó un artículo titulado «En México, la “hiperpresidencia” de AMLO electriza la campaña electoral», el 1 de junio, donde el corresponsal Frédéric Saliba arremetió contra las conferencias matutinas de Obrador y sus ataques dirigidos a las instituciones públicas que no se adhieran a su criterio, con el Instituto Nacional Electoral (INE) en primera fila.
«Los ataques de AMLO al INE son parte de una estrategia para ocupar terrenos electorales. Paradójicamente, su “hiperpresidencia” se hace eco de la cultura política del PRI, del que ha sido miembro en el pasado, basado en un Estado rector en torno a la autoridad presidencial», señaló el artículo.
Otro medio, el Die Welt de Alemania, publicó el 31 de mayo una sentida crítica al gobierno de AMLO bajo el título «Este mesianismo es incompatible con la democracia», escrito por la periodista Von Hildegard Stausberg. La también historiadora y especialista en América Latina advierte que, con la creación de Morena, López Obrador ha buscado, «en una locura casi mesiánica», llevar a México hacia la Cuarta Transformación, colocándose a sí mismo en otro nivel histórico y muy por encima de los «presidentes normales».
Para Stausberg, la estrategia de gobierno de AMLO se basa en un esquema amigo-enemigo, que le permite presentarse ante las masas como el mesías redentor.
«AMLO claramente divide a México en dos bloques: aquí la gente, los buenos, allá los ricos, los malos. Y solo él podía proteger a la gente. AMLO justifica así una concentración sin precedentes de todos los procesos de toma de decisiones en sí mismo […] Tratar a tu oponente político con respeto no es lo suyo», asegura.
Finalmente, califica de fallida las restricciones a las fuerzas armadas mexicanas para abordar con menos dureza el combate del crimen organizado. Las ha convertido «en un estado dentro de un estado», alerta.
Majadera y mentirosa
El presidente no tardó en reaccionar tras la publicación de The Economist, a la que calificó de majadera, grosera y mentirosa. Aprovechó su conferencia matutina para defender la 4T y recordar el derecho que tienen las naciones a definir su propio modelo político.
«Contra viento y marea y aunque no le guste a The Economist, a los conservadores ni al sabiondo de Zaid, la transformación pacífica, democrática y con dimensión social es imparable».
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México
«Entonces, sacan esta portada, majadera, muy grosera, desde luego mentirosa llamándome “el falso mesías”. ¿Se acuerdan aquello del “mesías tropical”? Pues es lo mismo. Y todavía con falta de ética llaman a los mexicanos a que no voten por lo que nosotros podemos representar», expresó (La Jornada, 31.05.21).
En otro escenario, durante su visita del 30 de mayo a las hidroeléctricas del río Grijalva, en Chiapas, AMLO retomó el tema y aprovechó para publicitar en Twitter parte de su proyecto de desarrollo energético junto con su decisión de mantenerlo en boga, a pesar de la postura del diario británico. Esa vez, además, incluyó en su comentario a Gabriel Zaid —a quien llamó «sabiondo»— luego que el poeta y periodista pidiera ese mismo día en su columna del periódico Reforma, «La respuesta ciudadana», votar en contra de Morena y comparara a su líder con Vicente Fox.
«Contra viento y marea y aunque no le guste a The Economist, a los conservadores ni al sabiondo de Zaid, la transformación pacífica, democrática y con dimensión social es imparable», publicó Obrador.
Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, cerró filas con el presidente y envió una carta al rotativo británico. La misiva, que pasó a ser pública, defiende la postura del Ejecutivo y exalta los valores positivos de su iniciativa política: «Su lucha de décadas en contra de un sistema cerrado ha derivado en una democracia fuerte, plural y diversa, en la que, como nunca, se consulta a la población de manera directa sobre temas sustantivo», advierte (El Economista, 28.05.21). E4