Resulta triste, desalentador e incluso trágico, observar y escuchar discursos de campaña e intervenciones públicas de candidatos que en pleno proceso electoral proyectan su falta de preparación, capacidad, educación y también inteligencia para no ofender a los electores y ciudadanos.
Durante el proceso electoral los videos de aspirantes, hombres y mujeres, se convierten en publicaciones virales y de burla en redes sociales de internet cuando se equivocan o pierden el hilo de sus ideas cuando se dirigen a las personas o los medios.
Los hay también que se convierten en verdaderos actores e interpretan personajes capaces de inventar historias con viejitos, mujeres y niños que sólo existen en sus mentes e imaginación y de verdad, escucharles al principio es divertido, pero después se convierte en un sentimiento de impotencia y coraje porque con esas invenciones se pretende, y a veces, se logra, vender una imagen de una buena persona, cuando no lo son.
Más allá de que cada vez son menos los aspirantes-políticos a gobernar que verdaderamente son auténticos y que muestran sus reales intenciones, buenas y malas, es triste ver que un grupo, que cada vez crece más, busca convertirse en gobernantes con mentiras y sobre todo una falta de preparación mínima-indispensable, al menos ya, para expresarse de una forma correcta.
En los ejercicios de debates es común encontrar un candidato o candidata que son vencidos por el pánico escénico o el temor a expresarse en público y cometen errores garrafales cuando proyectan su nerviosismo y falta de preparación para participar en un ejercicio de este tipo.
El humilde escribiente relatará en las siguientes líneas al menos tres casos de aspirantes que mostraron lo que muchos mexicanos seguramente no desean en la gobernanza y que incluso de llegar a esos puestos podrían convertirse en personas peligrosas para la sociedad y para ellos mismos.
Aquí en Coahuila, el ejemplo más reciente, es la aspirante a alcalde del Partido Verde, Elisa Villalobos, quién en el debate demostró su falta de preparación y sobre todo de capacidad para intervenir en público, con participaciones sin planeación, mostrando ideas incompletas, leyendo lo que le escribían en un celular e incluso reconociendo que se había puesto nerviosa y se confundió al leer lo que llevaba para el ejercicio.
Su participación fue objeto de burlas y sarcasmo en redes sociales, tanto que incluso el propio partido que la postuló intentó bajarla de la candidatura, que al final no logró.
El otro caso, más reciente, fue la candidata de Morena a gobernadora de Jalisco que, en el debate al leer propuestas, redundó y perdió el sentido de su propuesta al hablar de la igualdad de géneros; pero lo que más preocupa son sus propuestas en discurso que violan leyes municipales, estatales y federales.
Finalmente, la más reciente, fue una joven, candidata del Partido del Trabajo a la alcaldía del municipio más rico de México, San Pedro Garza García, quien habló en el debate de los árboles y no fue capaz por lo menos de hablar de las propiedades de un árbol para generar oxígeno, algo que nos enseñan desde jardín de niños y primaria, al final dijo que estaba agobiada.
Hay personas que piensan y afirman que tenemos a los gobernantes que nos merecemos, pero el humilde escribiente mantiene viva la esperanza de que no es así, y que no debemos dejar de sorprendernos por ver lo que hoy ofrece la política y gobernanza de muchos partidos que pareciera, pretenden hundir a nuestro país entre personas indolentes e insensibles con falta de preparación, capacidad e inteligencia ya no sólo para gobernar, por lo menos para expresarse en público.