Los saltillenses ya no queremos recordar esa espeluznante cultura de la violencia cotidiana. Esa barbarie que se convirtió en una normalidad de todos los días donde la crueldad brutal era una danza sangrienta de cuerpos mutilados, cabezas apiladas, cuerpos colgados, embolsados, encobijados y de muchas mujeres violadas y sacrificadas sin dejo de piedad. Una verdadera danza del terror.
Ahora vivimos en paz, con seguridad y con mucha tranquilidad gracias al gobernador Miguel Ángel Riquelme y a nuestro alcalde José María Fraustro Siller. ¿Usted de verdad quiere regresar a esos tiempos de zozobra y de angustia cuando nuestros hijos salían con nuestra infinita tribulación y sólo con la bendición de Dios rumbo a sus escuelas?
Claro que no queremos regresar a esos tiempos de angustia e incertidumbre. ¡Claro que no!
Y es una gran contradicción que ahora que vivimos en santa paz en el estado de Coahuila no valoremos lo que en verdad eso significa. Sólo basta mirar al vecino estado de Zacatecas en su permanente baño de sangre desde que gobierna Morena, un hecho para lanzar señales de alerta de lo que le pasará a Coahuila en el remoto caso de que llegue Morena al poder.
Y es que en los estados donde Morena ha llegado al poder se ha desbordado a su máximo nivel el crimen y la inseguridad. Ahí tiene usted los ejemplos dolorosos de Colima, Michoacán, Sinaloa, Zacatecas, Tamaulipas, Baja California, Guerrero y Sonora, a donde llegó a gobernar el jefe supremo de la policía lopezobradorista, el inepto Alfonso Durazo Montaño, el maestro de Ricardo Mejía Berdeja mismo que, Dios nos libre, quiere venir a gobernar a Coahuila.
Este columnista tiene muchas críticas porque reconoce la seguridad en Coahuila, entidad que es una de las más pacíficas de la república mexicana. ¿A qué se debe esa gran fortuna que es una verdadera bendición? El suscrito no sabe la respuesta, sólo añoramos la idea de que nuestra secretaria de Seguridad Pública, la señora Sonia Villarreal, llegue a ser la secretaria de seguridad federal en sustitución de Rosa Icela Rodríguez, una verdadera inútil al igual que su subalterno, el vocero del infortunio, Ricardo Mejía Berdeja inepto policía que trae la muerte en los talones con cifras espeluznantes de cien muertos cada día.
Y mire usted, aquí en Saltillo es muy necesario que brindemos el pleno reconocimiento a nuestro alcalde José María Fraustro Siller, el experto estratega de las mesas de seguridad desde que fue un eficiente secretario de Gobierno, que es un puesto similar al de secretario de Gobernación, un cargo que el Peje desmadró desde que puso como secretaria a la señora Olga Sánchez Cordero, una santa señora como doña Prudencia Grifell.
Si usted, amigo saltillense, no vive en paz, no se siente seguro y si no puede andar por las calles de nuestro amado Saltillo con toda tranquilidad, pues entonces apuéstele a Morena, que ya verá cómo le va.
José María Fraustro Siller es el bastón de nuestra seguridad en Saltillo, si usted no lo reconoce, no lo aquilata o no lo aprecia pues entonces váyase a vivir a Fresnillo, Silao, Celaya, Caborca o Tijuana que, de seguro, allí lo apañarán.
Y que conste, no es adulación para nuestro alcalde, es percepción. ¡Gracias, Chema!