Es definitivo, el actual modelo de transporte público en Saltillo, reduce la competitividad del sistema productivo, afecta a la salud de los trabajadores, deteriora el medio ambiente y el medio urbano y consume inmensas cantidades de recursos no renovables.
La ciudadanía confió su voto a la experiencia política y de administración pública de José María Fraustro Siller sobre la experiencia empresarial y administrativa de Armando Guadiana. Pero no son pocos los problemas que asumirá como edil el 1 de enero. Problemas que no son nuevos en la ciudad con 444 años de historia y que acumula rezagos por falta de interés, dinero y ganas o falta de experiencia de administraciones pasadas.
Uno de los más fuertes problemas es el transporte público, no sólo por los congestionamientos, también la mala comunicación vial, aunque eso sea de lo que más se quejan los ciudadanos.
Existen también un gran número de impactos ambientales y sociales a raíz del transporte público, además del transporte de personal. Estos dos sujetos, el transporte colectivo y el de personal, reunidos en horas pico tienen una fuerte y negativa repercusión en la calidad de vida de los saltillenses. Estos dos tipos de transporte acumulan para la ciudad una significativa pérdida de convivencia.
Así hemos llegado a la situación de que la ciudad, contemplada como un espacio que ofrece muchos valores —empleo, estudios, oferta cultural— carece de habilidades para seguir adelante. La ciudad requiere una verdadera tarea para recomponer la calidad de vida perdida.
Las consecuencias del actual modelo de transporte afecta a la ciudad por distintas vías. Por un lado, están los problemas relacionados con la congestión de las vialidades, que se materializan en una pérdida de tiempo a la hora de desplazarse.
Por otro, están las afecciones directas a la salud por la contaminación acústica y del aire, así como por la siniestralidad.
Tampoco se deben olvidar las molestias indirectas a la salud por las repercusiones psicológicas debidas a la ocupación y descomposición de la mancha urbana, que limitan o imposibilitan el uso de las calles como algo más que canales de transporte.
Estos problemas afectan a la ciudad, especialmente a los sectores más débiles y desfavorecidos, y en algunos casos también a poblaciones cercanas; en segundo lugar, sus repercusiones directas e indirectas sobre la calidad de vida son de una gravedad considerable; tercero, repercuten en el día a día de las personas de una forma muy notoria; y en cuarto lugar, se ha generado que la sociedad lo acepte por costumbre, casi sin crítica y que muestra una aparente aceptación casi tolerante.
El actual Instituto Municipal de Transporte debe ser sometido a reconfiguración y el alcalde electo deberá poner mano firme para lograr una reestructuración integral del transporte. Chema Fraustro estará al frente de la ciudad; esta se encuentra amarrada con alfileres.
Con información de Acciones Ecológicas.