Cienfuegos para el ejército… ¿y para López Obrador?: también

El abrupto regreso del General Salvador Cienfuegos a México después de que la Fiscalía de los Estados Unidos retirara los cargos por narcotráfico, será un capítulo interesante y sin precedentes en la historia de la política mexicana que deja afectaciones para todos, para los gobiernos mexicano y norteamericano, para el Ejército Mexicano y para los presidentes de ambos países, pero fundamentalmente para los ciudadanos que observamos como la justicia se negoció, una vez más, por la política.

Demostrar la inocencia del sujeto en cuestión, acusado por la DEA (Administración para el Control de Drogas), de conspiración para el tráfico de drogas y lavado de dinero, será una misión imposible para el militar en retiro, para la Sedena (Secretaría de la Defensa Nacional) y para la Fiscalía General de la República en México (FGR).

Que el organismo número uno en el mundo encargado de perseguir el tráfico de drogas te acuse, no es cosa fácil ni tampoco casual o simulada por presiones políticas, es decir, que la inocencia de Cienfuegos es altamente cuestionada y si en México resulta exonerado de todos los delitos, la lógica dicta que el General podría y debería demandar a la DEA y al Gobierno Norteamericano por difamación y daño moral, delitos que en la unión americana se castigan con altas sumas de dinero.

A ver qué pasa en la FGR, de Gertz Manero, que con esta investigación y su resultado, podría tener dos escenarios que marcarán su débil e inconsistente futuro como servidor público, consignar a Cienfuegos por narcotráfico o exonerarlo y dejar a la DEA y a los americanos como mentirosos.

Cualquiera de los dos estatus del final de la investigación generarán consecuencias negativas para el Presidente de México, que no hay que olvidar, fue quien propuso a Gertz Manero en la FGR y a quien ya se le vinieron «abajo» varias consignaciones contra políticos y funcionarios del pasado.

El nuevo gobierno de Joe Biden encontró, sin querer-queriendo, como el chavito del ocho, un buen punto de presión constante para el gobierno mexicano en la lucha contra el narcotráfico y además una buena revancha por la falta de diplomacia común y corriente para reconocer el triunfo del presidente electo del país del norte.

Es decir, si AMLO ya tenía problemas para la relación con Biden, ahora con el tema Cienfuegos parece que el agua le sigue subiendo y no bajará en los próximos cuatro años, situación que dificulta aún más las posibilidades de reelección y continuidad de un proyecto de gobierno sin funcionar, y un proyecto político que se debilita poco a poco.

Los políticos y gobernantes, en la mayoría de los casos, apuestan a la desmemoria y el olvido de hechos como éste, y en algo tienen razón, pero quienes no olvidarán son los ciudadanos que piensan, reflexionan y generan posturas para ellos y sus círculos cercanos.

La afectación mayor es para el Ejército Mexicano, que junto a la Marina Armada de México, eran las dos últimas instituciones públicas del país que gozaban de la menos peor imagen ante los ciudadanos.

La detención y liberación de Cienfuegos, es un fuego para la Sedena y sus elementos, que se sabe hay muchos honestos y entregados a su trabajo, pero que ahora tendrán que cargar con este incendio que marcará sin duda la historia del Ejército Mexicano.

Autor invitado.

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