Como anillo al dedo

Para honrar la memoria de sus hijos ilustres, el Estado de Coahuila de Zaragoza, tiene un lugar especial denominado: «Rotonda de los Coahuilenses Distinguidos», ubicada en el panteón de Santiago de esta ciudad, creada a iniciativa del gobernador porfirista Jesús de Valle, quien en oficio número 131, de fecha 10 de febrero de 1910, sometió a consideración del XXI Congreso del Estado la iniciativa de decreto correspondiente, órgano legislativo que en dispensa de trámite, por decreto número 1118, de fecha 15 de febrero de ese año, publicado en el Periódico Oficial no. 2, fechado el 19 de febrero de dicha anualidad, autorizó su creación.

Dicho órgano legislativo, para aprobar la iniciativa de decreto sometido a su consideración, estimó que:

«Era digna de todo aplauso la iniciativa de que se trata, pues ella revela los nobles sentimientos de justicia y patriotismo en que se inspiró el ejecutivo al concebirla, considerando que nada hay más justo que tributar un homenaje de respeto y veneración a aquellos ciudadanos que han pagado su tributo a la Madre Naturaleza, después de haber consagrado en su peregrinaje por esta efímera existencia, todos sus esfuerzos en defensa del Estado y de la Nación, o bien prestado eminentes servicios al suelo que los vio nacer, o que se distinguieron de alguna otra manera, haciéndose acreedores al respeto y admiración de las generaciones presentes y futuras» (1).

Así, dicha rotonda por espacio de 113 años, ha albergado los restos de 26 coahuilenses distinguidos, correspondiendo a los del diplomático juarista Juan Antonio de la Fuente, el honor de haber sido los primeros en ser ingresados en dicho recinto el 9 de junio de 1910 con motivo del 33 aniversario de su fallecimiento, ello gracias a la colaboración económica que para tal efecto aportaron los licenciados Praxedis de la Peña y Gabriel Valerio, «quienes tienen depositado en el Banco de Coahuila una considerable suma para tal propósito» (2); mientras que los últimos en hacerlo a iniciativa del gobernador Enrique Martínez y Martínez, fueron los del profesor Ildefonso Villarello Vélez, por decreto número 193, de fecha de 2 de marzo del 2004, y publicado en el Periódico Oficial número 26, fechado el 30 de marzo del referido año.

De esta manera, el Estado de Coahuila de Zaragoza tiene reconocidos a 26 de sus hombres ilustres como Coahuilenses Distinguidos, entre otros al pintor Rubén Herrera Flores; al fundador del Ateneo Fuente, general Andrés S. Viesca; al precursor del primer reparto agrario en el país, el general Lucio Blanco; a los historiadores Carlos Pereyra, profesor Federico Berrueto Ramón e Ildefonso Villarello Vélez; al diplomático juarista Juan Antonio de la Fuente; a los educadores José García Rodríguez, Rubén Moreira Cobos, Apolonio M. Avilés y Severino González Calderón; al filántropo Antonio Narro Rodríguez, fundador de la hoy Universidad Agraria que lleva su nombre; al eminente jurisconsulto y fundador de la hoy Facultad de Jurisprudencia Francisco García Cárdenas, y a los gobernadores general Victoriano Cepeda Camacho, Nazario S. Ortiz Garza y Oscar Flores Tapia.

Ahora bien, por decreto número 334, de fecha de 26 de octubre del 2010, publicado en el Periódico Oficial número 99, primera sección, de fecha de 10 de diciembre del referido año, el H. Congreso del Estado dispuso la inhumación en dicho recinto de honor, de los restos del profesor José Santos Valdés García de León, eminente educador coahuilense, quien desde 1926 en que egresó de la hoy Benemérita Escuela Normal del Estado, hasta su sentido fallecimiento acaecido el 3 de agosto de 1990 en Gómez Palacio, Durango, forjó una trayectoria de reconocido prestigio en las entonces 26 escuelas normales rurales del país existentes hasta 1969, donde está reconocido como uno de sus más grandes maestros y pedagogos.

No obstante que a la fecha han transcurrido ya casi 13 años de lo ordenado y dispuesto por el H. Congreso del Estado en el decreto en mención, los gobernadores del estado, primero el interino Jorge Torres López, después el de Rubén Moreira Valdés y hasta hoy el de Miguel Ángel Riquelme Solís, han sido omisos en dar cumplimiento a dicha disposición legislativa, siempre con el pretexto de que en la «Rotonda de los Coahuilenses Distinguidos» se carece de espacio físico para albergar los restos del educador coahuilense, quién vio la luz primera el día 1 de noviembre de 1905, en rancho Camargo, municipio de Matamoros de esta entidad federativa.

Sin embargo, una circunstancia que bien pudiera considerarse inesperada o fortuita, viene a dar un giro de 180 a la postura oficial que por espacio de casi 13 años se ha mantenido al respecto. Y ese giro por azar de la historia, lo viene hacer la hoy existencia y disponibilidad de espacio físico para tal efecto.

Procedo a explicarme. Con motivo de los festejos del Centenario de la Fundación de la entonces Escuela Superior de Agricultura, Antonio Narro Rodríguez, hoy Universidad Agraria del mismo nombre, dentro de su programa desarrollado con gran solemnidad y brillantez del 1 al 4 de marzo del año en curso, se contempló y llevó a cabo el viernes 3, la exhumación en la Rotonda de los Coahuilenses Distinguidos de los restos de su fundador, el filántropo Antonio Narro Rodríguez, para así quedar vacante el espacio de la tumba número 20 ,que desde el 27 de enero de 1954 por acuerdo del ejecutivo del Estado del 21 de enero de ese año, ocupó en dicho lugar.

De esta manera, el Gobierno de Miguel Ángel Riquelme Solís antes de concluir su mandato, tiene la oportunidad después de casi 13 años, de cumplir ahora sí con ese compromiso histórico como lo es lo ordenado en el decreto emitido por el H. Congreso del Estado, y de paso, hacer justicia no solo a los sobrevivientes de la familia de tan distinguido coahuilense, sino también a los cientos —quizá miles— de sus exalumnos esparcidos en todo el territorio nacional; oportunidad que parafraseando al inquilino de Palacio Nacional «le viene como anillo al dedo» al actual titular del Poder Ejecutivo del Estado, para honrar así no solo a su administración, sino también al Estado de Coahuila que representa.

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