Con el arcoíris más brillante que nunca

Casi dos décadas después de haber sido creada, la Comunidad San Aelredo sigue luchando por sostener y hacer valer los derechos de la población LGBTI+. Fortalecer los lazos con la sociedad, Iglesia y gobierno resulta imprescindible

Comunidad San Aelredo nace como un proyecto pastoral de la Diócesis de Saltillo, encabezada por Fray José Raúl Vera López en el año 2002, con ya poco más de 18 años de conformada sigue trabajando desde una perspectiva ciudadana, sin olvidar sus inicios por los que fue creada y el carisma de ser católicas y católicos.

A lo largo de este tiempo emprendimos una lucha por ganar un lugar primeramente en la diócesis como grupo juvenil, logrando incorporar en el plan diocesano de pastoral un apartado en el que se habla de la diversidad sexual en el 2010, pero también mantuvimos comunicación con varias pastorales para presentar nuestro trabajo espiritual para quienes asistían a nuestras reuniones semanales, y retiros espirituales en los que se reencontraban con ellas y ellos mismos.

A partir de 2007 no conformamos como una organización civil y en 2011 decidimos salir a trabajar fuera de la diócesis como A.C. establecida, pero con la firme convicción de dar mayor visibilidad a nuestra población, y sus intereses de derechos ante el Estado.

En 2020 se han logrado grandes cosas como la participación en las mesas de trabajo para el Pacto Civil de Solidaridad (junio de 2006, aprobado en enero de 2007), después el Matrimonio (iniciativa presentada en 2012, aprobación en septiembre de 2014) y la identidad de las personas Trans y su acceso a una legalidad en sus documentos (iniciativa de San Aelredo en junio de 2017, retomada en 2018 y aprobada en este mismo año), con esto podemos decir que estamos del otro lado de los derechos, pero también nos representa un reto para humanizar las situaciones que se viven al interior del Coahuila, ya que aún existe resistencia por parte de algunas funcionarias y funcionarios públicos al reconocer los avances en materia de leyes a nuestra población LGBTI+.

Con el reto pastoral creo que vamos avanzando en cuanto a la aceptación en la Iglesia Católica, con las palabras del papa Francisco: «¿Quién soy yo para juzgarlos?» dio una entrada a que las personas pudieran discutir el tema en sus casas, y con ello poner en la mesa de los debates cuál debe ser el papel de la Iglesia en el siglo XXI. Ahora, con el mensaje de la uniones civiles, nos muestra que debemos tener una organización en la que todas y todos cabemos sin importar nada más que la doctrina y el amor de Dios, pero también no es una permisividad que confiera a una religión sino un mensaje de aliento a que más legislaciones en el mundo den la oportunidad al matrimonio civil como una forma de derechos ante el Estado, no es que el Santo Padre dé permiso, sino que es quien puede hacer un ejercicio de sensibilización humana desde su puesto como máximo jerarca que representa en sus fieles una persona de avanzada y que la ideología debe cambiar y ser más inclusiva y no exclusiva.

Ante el Estado de Coahuila, no solo el estar incluidos en el Plan de Derechos Humanos ha bastado para darle visibilidad al movimiento, nos hace falta campañas desde el mismo, de forma institucional, para que la resistencia de algunas personas a aceptar vaya cambiando, no es lo mismo que lo pongamos nosotros como organización civil a que, desde el gobierno del estado, se mande un mensaje fuerte y contundente en campañas acompañadas de sentido humano, y con el único fin de tener realmente un Coahuila incluyente, y que no quede solo en el papel.

Hasta el día de hoy no se ha generado un pronunciamiento a favor de la identidad de las personas Trans, no se generó uno a favor del matrimonio y mucho menos a favor de los Derechos Civiles ganados en nuestra entidad, estamos como un apartado del Plan de Derechos Humanos, pero no deseamos que quede en papel, sino darle realmente una buena difusión para involucrar a la sociedad en general y que se entienda que la población LGBTI+ es parte y somos parte fundamental del desarrollo de nuestro Estado.

El reto fundamental en estos días ya nos es si se obtienen más derechos, sino afianzar los ya existentes, llevar a todos los rincones del mismo la identidad Trans, el matrimonio y sus derechos. Representa un reto hacer entender a las y los coahuilenses que en materia de leyes, no podemos dar un paso atrás, que debemos avanzar y seguir trabajando en conjunto porque la afectación en la discriminación no solo es para quien la vive, sino también para quien está a su alrededor como amigas, amigos y familiares, hoy más que nunca debemos fortalecer los lazos con la sociedad, Iglesia y gobierno para mantener una unidad y que la orientación sexual, expresión o identidad de género no sean un impedimento para el desarrollo personal de las personas que integramos la diversidad sexual en Coahuila de Zaragoza. E4

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