Relajar las medidas sanitarias en el tránsito internacional y desconfiar de las vacunas crean el caldo de cultivo perfecto para una próxima pandemia. La falta de recursos pone en situación de alto riesgo a las naciones pobres
La pandemia profundiza la brecha social
Los peligros asociados a la COVID-19 no terminan, aun cuando las medidas de seguridad se hayan relajado en México y el resto del mundo. Para muchos expertos, como Jennifer Nuzzo, directora del Centro Pandémico de la Facultad de Salud Pública de la Universidad Brown, la llegada repentina del coronavirus fue una advertencia a la humanidad pues nuevas amenazas infecciosas están en camino, principalmente debido a los incrementos de los viajes a nivel mundial y la reticencia a las vacunas mostrada por gran parte de la población.
La realidad es que la mayoría de las naciones siguen sin estar verdaderamente preparadas ante una nueva contingencia sanitaria. La reacción por parte de los Gobiernos suele ser lenta y desordenada. A eso hay que agregarle el desplome de la confianza pública, la desinformación reinante y las profundas diferencias que existen entre las naciones más pobres y las del primer mundo al momento de acceder a los recursos médicos disponibles.
«En la mente de la gente quizás esté la idea de que todo esto de la COVID-19 fue un fenómeno de la naturaleza, una crisis única en el siglo, y que después de eso estaremos a salvo por los próximos 99 años».
Jennifer Nuzzo, directora del Centro Pandémico de la Facultad de Salud Pública de la Universidad Brown
Afecta, además, la creencia archivada en el imaginario colectivo de que la pandemia por coronavirus fue un evento singular y fortuito que no habrá de repetirse.
Jennifer Nuzzo, directora del Centro Pandémico de la Facultad de Salud Pública de la Universidad Brown, advierte que este tipo de razonamiento es una equivocación. «En la mente de la gente quizás esté la idea de que todo esto de la COVID-19 fue un fenómeno de la naturaleza, una crisis única en el siglo, y que después de eso estaremos a salvo por los próximos 99 años. (…) Esta es la nueva normalidad. Es como si hubiéramos construido unos diques para esa crisis única en cien años, pero luego seguirá habiendo inundaciones cada tres años».
«Cada vez que se han flexibilizado las medidas contra la COVID-19 ha habido un incremento de casos, y cuando esa transmisión es muy alta en ciertas zonas lleva a un aumento en hospitalizaciones y muertes».
Ciro Ugarte, director de emergencias de salud de la OPS
Consecuencias devastadoras
Los efectos mortales de la COVID-19 se dejaron ver con claridad el año pasado cuando, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), este padecimiento encabezó la lista de las principales causas de muerte a nivel nacional, seguida por enfermedades del corazón, diabetes mellitus, tumores malignos e influenza
De acuerdo con el informe publicado por el organismo estadístico el 26 de octubre, el año pasado se contabilizaron un millón 122 mil defunciones, 35 mil más que en 2020 y 374 mil más que en 2019. Diez años antes, en 2011, la cifra apenas llegaba a 590 mil.
La tasa de muertes por cada 10 mil habitantes pasó de 59, en 2019, a 88 el año pasado. La entidad con mayor incidencia fue la Ciudad de México, con 138; mientras que la menor se registró en Quintana Roo, con 59. Coahuila mostró un índice de 75.
Por rango de edad, las personas entre 35 y 64 años encontraron en la COVID-19 la primera causa de muerte; quienes alcanzaron o superaron los 65 fueron más propensos a las enfermedades del corazón. Un dato llamativo es que el principal motivo de fallecimiento para los jóvenes de 15 a 34 años fueron los homicidios.
Desde su aparición en 2019, en la ciudad china de Wuhan, hasta el 9 de noviembre de 2002, el virus SARS-CoV-2 ha sumado 633 millones de infectados y 6.6 millones de muertes alrededor del mundo.
En el caso de México la cantidad de contagios ya supera los 7.11 millones y 330 mil los fallecidos y aunque la curva promedio se mantiene a la baja desde mediados de julio de este año, no es razón para caer en el exceso de confianza.
La última semana de octubre el país reportó 4 mil 110 casos nuevos y 61 muertes por COVID-19. Por primera vez en semanas, la tendencia de muertes, casos activos y contagios fue al alza.
Arturo Erdély, doctor en ciencias matemáticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que la situación significa un posible incremento en la tasa de contagios debido a que «el número efectivo de reproducción del virus se ha estado incrementando, lo que significa que los casos de COVID crecieron (…) El número promedio de nuevos casos confirmados por día (358) ya dejó de tener tendencia descendente y se mantiene constante (…) La tasa de positividad —porcentaje de pruebas que resultan positivas al virus— está cambiando su tendencia descendente a ligeramente ascendente».
Por su parte, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) llama la atención sobre la posibilidad de un nuevo brote de casos de COVID-19 en México para noviembre y diciembre, derivado de la temporada de fiestas por Día de Muertos, Navidad y Año Nuevo.
El director de emergencias de salud de la organización, Ciro Ugarte, dijo el 21 de septiembre en una conferencia de prensa que «cada vez que se han flexibilizado las medidas contra la COVID-19 ha habido un incremento de casos, y cuando esa transmisión es muy alta en ciertas zonas lleva a un aumento en hospitalizaciones y muertes».
Acelerador ACT en marcha
El Acelerador del Acceso a las Herramientas contra la COVID-19, una iniciativa de colaboración mundial para apresurar el desarrollo y la producción de pruebas, tratamientos y vacunas contra la COVID-19 y el acceso equitativo a ellos, lanzó el 28 de octubre su plan para los próximos seis meses, donde establece el modo en que los organismos de la salud, junto a Gobiernos, sociedad civil y otros asociados, apoyarán a los países en su transición hacia el control a largo plazo de la enfermedad.
Al respecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que la próxima fase de la labor de los asociados del Acelerador ACT se centrará en tres áreas generales:
Orientar las actividades de investigación y desarrollo (I+D) y configuración de mercado con el fin de garantizar el desarrollo de herramientas nuevas y mejoradas contra la COVID-19.
Adoptar acuerdos institucionales para el acceso sostenido de todos los países a las vacunas, pruebas y tratamientos contra la COVID-19, incluido el oxígeno.
Centrar el trabajo en los países en la introducción de nuevos productos (por ejemplo, nuevos antivíricos orales para las personas de mayor riesgo) y en la protección de las poblaciones prioritarias.
«A medida que el mundo avanza hacia la gestión a largo plazo de la COVID-19, el Acelerador ACT seguirá apoyando a los países mediante la facilitación del acceso a las vacunas, las pruebas y los tratamientos», aseguró Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. «Sin embargo, como se expone en este plan, aún nos queda mucho por hacer para lograr un acceso equitativo a estas herramientas que salvan vidas, siendo los trabajadores de la salud y las poblaciones de riesgo nuestra principal prioridad».
Hasta la fecha el Acelerador ACT se presenta como la única solución integral para apurar el desarrollo de vacunas, pruebas y tratamientos contra la COVID-19 y el acceso equitativo a ellos. Gracias a esta iniciativa se ha logrado:
La provisión de más de mil 800 millones de dosis de vacunas a 146 países y territorios —incluido el 75% de las vacunas desplegadas en los países de ingreso bajo y la mayoría de las dosis suministradas a África— a través de COVAX.
La entrega de 161 millones de pruebas, reduciendo a más de la mitad el costo de las pruebas rápidas, y el suministro de alrededor del 80% de los exámenes diagnósticos utilizados en África en el primer año de la pandemia.
La entrega de más de 40 millones de tratamientos contra la COVID-19, invirtiendo la cantidad sin precedentes de mil millones de dólares en la ampliación del acceso sostenible al oxígeno en los países de ingreso bajo y medio, y el inicio de la entrega de nuevos antivíricos.
La entrega de más de dos mil millones de equipos de protección personal, la prestación de apoyo a los sistemas de salud para la entrega de herramientas contra la COVID-19 y el impulso de sus capacidades de laboratorio, gestión de residuos y tratamiento, a través del Conector de los Sistemas de Salud y la Respuesta, dirigido por el Fondo Mundial, la OMS y el Banco Mundial.
¡Cuidado con el mono!
Pudiera pensarse que la llegada de la COVID-19 debió ser suficiente para que el mundo tomara conciencia de la importancia de mantenerse protegido contra los virus y creara protocolos de contención articulados, integrados y eficaces… pero no.
La prueba está en la actual lucha contra el brote de la viruela símica —también conocida como virus del mono— que en Estados Unidos ya ha provocado 25 mil contagios y las respuestas por parte del Gobierno y las organizaciones de la salud vuelven a ser laxas y deficientes a pesar de que, en este caso, se trata de un patógeno conocido.
«Es como si estuviéramos viendo la película de nuevo, excepto que algunas de las excusas que usamos para justificar lo que sucedió en 2020 no aplican en este caso», afirmó Sam Scarpino, quien dirige el departamento de supervisión de patógenos en el Instituto de Prevención Pandémica de la Fundación Rockefeller.
En México la Secretaría de Salud confirmó 2 mil 468 casos de viruela símica. Según la dependencia de Gobierno la capital es la entidad con más contagios confirmados (mil 601), seguido por Jalisco (301) y Edomex (272). E4
Principales causas de muerte 2021 en México
Causa | Hombres | Mujeres | Total |
---|---|---|---|
Covid-19 | 145,115 | 93,652 | 238,767 |
Enfermedades del corazón | 123,313 | 102,127 | 225,440 |
Diabetes mellitus | 71,330 | 69,396 | 140,726 |
Tumores malignos | 43,503 | 46,620 | 90,123 |
Influenza y neumonía | 33,101 | 21,492 | 54,593 |
Principales causas de muerte 2021 en México
Edad | Cantidad | Motivo |
---|---|---|
<1 | 10,402 | Ciertas afecciones originadas en el período perinatal |
1-4 | 760 | Malformaciones congénitas, deformidades y anomalías cromosómicas |
5-9 | 470 | Accidentes |
10-14 | 596 | Accidentes |
15-24 | 7,237 | Agresiones (homicidios) |
25-34 | 10,355 | Agresiones (homicidios) |
35-44 | 19,011 | COVID-19 |
45-54 | 37,026 | COVID-19 |
55-64 | 55,921 | COVID-19 |
65+ | 171,033 | Enfermedades del corazón |
La pandemia profundiza la brecha social
Farmacéuticas, laboratorios, proveedores de servicios y recursos médicos dispararon sus ganancias durante la lucha contra la COVID-19; para 2020 se contabilizaban 5.2 nuevos millonarios en el mundo, muy pocos aportan con donaciones
El coronavirus tuvo un impacto negativo sobre la economía mundial. En 2020 se produjo una ralentización global de la misma, con un descenso de más de seis puntos porcentuales en el Producto Interno Bruto (PIB) mundial real con respecto al año anterior (Statista.com). Mientras en 2019 el crecimiento del PIB a nivel global marcaba un 2.9%, para 2020 caía estrepitosamente hasta -3.4%.
«Creemos que esta es una oportunidad para hacer algo radical sobre una reconstrucción más justa, para pensar en impuestos sobre el patrimonio, en impuestos corporativos y pensar en aumentar el nivel (de protección social) básico para cada ciudadano».
Danny Sriskandarajah, director ejecutivo de Oxfam
Millones perdieron sus empleos, otros tantos vieron menguados sus salarios y gran cantidad de negocios se vieron obligados a cerrar. Los sectores de servicios, comercio, construcción y la industria manufacturera estuvieron entre los más afectados. Sin embargo, no a todos les fue mal. Hubo unos pocos que encontraron su filón de oro en medio de las aguas turbulentas.
No en balde, durante 2020 —uno de los años más afectados por la pandemia— la cantidad de millonarios en el mundo aumentó en 5.2 millones de personas y superó los 56 millones, según una investigación de la firma de consultoría financiera suiza Credit Suisse. El dato pone al descubierto que alrededor del 1% de los adultos de todo el mundo se volvieron millonarios por primera vez.
Anthony Shorrocks, economista y autor del Informe Global de Riqueza, dijo que la pandemia tuvo un «impacto agudo a corto plazo en los mercados globales», pero esto «se revirtió en gran medida a fines de junio de 2020».
«La riqueza global no solo se mantuvo estable frente a tal agitación, sino que de hecho aumentó rápidamente en la segunda mitad del año», explicó. La recuperación progresiva de los mercados de valores y el alza de los precios de la vivienda ayudaron a impulsar las ganancias.
La revista Forbes confirmó esta tendencia en su publicación de 2021, donde da fe sobre la explosión del número de nuevos multimillonarios. «Pese a la pandemia, fue un año de récord para los más ricos del mundo, con un aumento de 5 billones de dólares en riqueza y un número sin precedentes de nuevos milmillonarios», señala Kerry A. Dolan, editora de la cobertura de Forbes sobre los más adinerados.
Sin embargo, fueron sin dudas las farmacéuticas, los laboratorios y los proveedores de insumos médicos que se involucraron directamente contra la COVID-19 los más beneficiados. El empresario chino Li Jianquan, presidente de Winner Medical, vio aumentar sus ganancias en más de 5 mil 700 millones de dólares con la fabricación de miles de millones de mascarillas y millones de monos y batas de protección para los trabajadores de la salud que luchan contra el virus. El francés Stéphane Bancel, director ejecutivo de la compañía farmacéutica y biotecnológica estadounidense Moderna, ganó 3 mil 600 millones de dólares con su vacuna contra la enfermedad. Karin Sartorius-Herbst, de Alemania, incrementó su fortuna en más de 2 mil millones de dólares gracias a sus acciones en el grupo biofarmacéutico Sartorius AG, que proporciona material de laboratorio para las pruebas de COVID-19 y ayuda a los fabricantes de vacunas en el desarrollo.
Oportunidad de cambio
Según un estudio de la organización Oxfam —confederación internacional formada por 19 organizaciones no gubernamentales que trabajan para acabar con la pobreza— las ganancias combinadas de las 10 personas más ricas del mundo durante la pandemia alcanzaron los 540 mil millones de dólares. Esta cantidad sería suficiente para pagarle una vacuna a cada habitante del planeta y evitar caigan en la pobreza a causa del virus.
«Creemos que esta es una oportunidad para hacer algo radical sobre una reconstrucción más justa, para pensar en impuestos sobre el patrimonio, en impuestos corporativos y pensar en aumentar el nivel (de protección social) básico para cada ciudadano», expresó Danny Sriskandarajah, director ejecutivo de Oxfam.
Si bien algunos de esos multimillonarios han realizado significativas donaciones, el monto aportado dista mucho de lo que se pudiera alcanzar de lograrse un esfuerzo colectivo entre los más poderosos del mundo.
Dentro de los filántropos destacados se encuentran personalidades como Bill Gates y su esposa Melinda, quienes donaron 305 millones de dólares para vacunas, tratamientos y desarrollo de diagnósticos a través de su fundación benéfica. El cofundador de Twitter, Jack Dorsey, transfirió mil millones de dólares de sus activos a un fondo para apoyar los esfuerzos de ayuda en la pandemia. MacKenzie Scott, la exesposa de Jeff Bezos, reveló que había donado más de 4 mil millones de dólares a bancos de alimentos y fondos de ayuda de emergencia en tan solo cuatro meses. El propio Bezos apoyó con otros 125 millones. E4