La Comarca Lagunera, tan distante de las capitales de Coahuila y Durango y a la vez tan próxima, no podía tirar por la borda el proyecto regional de mayor envergadura propuesto por el Gobierno federal para resolver un problema de salud pública ignorado sexenio tras sexenio. La Laguna ha sido objeto de explotaciones agrícolas, pecuarias e industriales que han contaminado su tierra, su aire y sus acuíferos. El daño ocasionado a las comunidades urbanas y rurales es tremendo; y las acciones de los Gobiernos federal, estatal y municipal, cuando las hubo, casi siempre aisladas y paliativas.
El poder económico, insensible a las demandas sociales, impuso las reglas del mercado a gobiernos débiles y complacientes cuyas campañas, en muchos casos, cofinanciaron. La metalúrgica Peñoles intoxicó el ambiente y el suelo de Torreón, mientras niños, jóvenes y adultos de colonias populares adquirían enfermedades crónicas. La evidencia fue sistemáticamente desdeñada hasta que organismos internacionales advirtieron del envenenamiento y activistas locales se movilizaron para exhibir los abusos de una empresa protegida desde el centro y ejercer presión sobre los políticos.
Peñoles cedió a regañadientes y, coordinada con autoridades sanitarias y del medio ambiente, emprendió programas de detección y tratamiento de enfermedades, monitoreo ambiental, reubicación de habitantes y control de emisiones. Para lavarse la cara, la empresa desarrolló una campaña permanente de relaciones públicas y empezó a vincularse con la población. El logotipo de la subsidiaria de Grupo BAL, cuyo presidente es Alberto Baillères, aparece en la playera del equipo Santos al que el Gobierno de Humberto Moreira donó 150 millones de pesos para su nuevo estadio. Dinero público al privado.
La otra gran deuda con La Laguna, en términos ambientales y de justicia social, es el del agua. En un artículo sobre el tema, Alexandra Galetovic Carabantes y Nilda A.G.G. de Fernícola advierten: «La presencia de arsénico en el ambiente es un problema de salud pública debido a que se trata de un evento de alta frecuencia (…) en países como Argentina, Brasil, Chile, India, México y Taiwán, entre otros. El arsénico fue clasificado por la International Agency for Research on Cancer (IARC), como un agente cancerígeno para humanos con base en estudios epidemiológicos que relacionan la ingestión de arsénico en el agua de bebida y cáncer en la piel y estudios ocupacionales que relacionan la exposición al arsénico y cáncer de pulmón» (SciELO Brasil, 2003).
El Programa Agua Saludable para La Laguna, puesto en marcha por el presidente Andrés Manuel López Obrador, atiende el problema del hidroarsenicismo de raíz. Si en el pasado se planteó la clausura de Peñoles como remedio al problema de la contaminación —sin ser la única fuente—, en la controversia sobre el proyecto hídrico que dotará a 1.7 millones de habitantes de líquido de buena calidad, la propuesta fue reubicar o cerrar la cuenca lechera donde concurren varias empresas, entre ellas Lala, la más importante del país. Al final imperó la cordura en todos los sectores. La inversión federal por más de 10 mil millones de pesos disparará el desarrollo de la comarca y la pondrá un paso delante de sus respectivas capitales. Pero como no existen soluciones definitivas, las autoridades no solo deben garantizar la calidad y el abasto de agua, sino vigilar la extracción y aplicar la ley con rigor a quienes la inflijan, funcionarios y concesionarios.