A veces creo sentir
la pérdida de la
inspiración,
una fuerza agobiante
debilita mis capacidades
y el café deja de ser
atractivo por primera vez.
Enciendo un cigarrillo
sólo para ver cómo
acaba su transcurso
en el planeta y
mientras degusto una
copa de vino observo
a través del cristal
tu silueta.
Me adhiero a ti
como un imán para
intentar transcribir
una poesía muerta
que de pronto me
hace encerrarme en
la habitación para
llorar a grito
abierto.
Creo estar seca,
insensible como una
roca sobre el
sucio asfalto y
me debilita pensar
en el mañana,
mientras me haces
pensar que me he
vuelto loca.
Es probable,
pero entre tanto y tanto…
Ya no me importa más nada.