Había una vez un desierto.
Había una vez una carretera cerca del desierto.
Había una vez una fábrica en el desierto.
donde una muchacha trabajaba.
Había una vez un mudo desierto
que vio con sus múltiples ojos un crimen
20 crímenes 100 crímenes 400 crímenes.
Había una vez una muchacha que trabajaba en una fábrica
en el desierto
y a la que le quitaron
los ojos, la boca, los pechos, la voz.
Había una vez un vestido sin muchacha
que se pudría en el desierto.
Había un montón de zapatos
de muchachas, sin pies.
Había un costal de restos humanos
sin nombre de muchacha.
Había una vez
una madre, un hermano, una tía
que no vieron más a la muchacha
que trabajaba en la fábrica del desierto.
Había una vez un padre que al abrir la puerta
recibió un paquete con un cráneo
y un calcetín sin iniciales.
Había una vez un desierto que aumentó su arena
con huesos de morenas muchachas,
un mundo de arena que mezcló el nombre
de mujeres muertas
en la ruta del anonimato
y todo lo arrastró el viento.