Dust in the wind

Cada partido de México es una oportunidad de redención para nuestro futbol, quizá como un pago de culpas que han propiciado la ausencia de futuro como un rasgo común y así mientras los medios electrónicos hacen promoción de cada evento, estos son en su presentación, como encuentros de titanes o de superhéroes, cuando solo llegan a ser limitados y mediocres por regla general y al menos ahora como un show para los fans nostálgicos que pagan en dólares.

Hacer una eliminatoria que incluye a casi todos por el título y sobre todo cerrar el ascenso y descenso, amén de traer extranjeros en todas las ramas y muchos de dudosa calidad, ha limitado la producción y desarrollo de talentos. ¿Cuántos elementos propios, de cantera, han tenido América, Monterrey, Tigres, Cruz Azul en un año? Salvo Pachuca, Santos y Chivas, el resto como que va y como que viene. Además, ahora se prefiere al esfuerzo a la exquisitez.

El futbol debiera ser un sembradío de esperanzas. Si ve la producción santista, es elogiable pero luego si considera que han sido vendido en altos precios la mayoría, entenderá el desnivel. Santos ha privilegiado el negocio en vez de buscar la calidad con su propio producto, e inyectándole las figuras que lo complementen. Hoy debiera de tener el mejor mediocampo de la liga con Brunetta, Cervantes, Valdés y Gorriarán, que no es lo mismo con Diego, López y Rodríguez. Bueno, pero dirán que tienen millones de dólares. Aquino es figura. Astro peruano del medio terreno, volante de contención ideal, de acuerdo, pero ¿cómo traer un elemento fuera de forma y sin hacer pretemporada, sabiendo que tardará en ponerse a punto y se necesita desde ayer? Y se decía arriba que «el trabajo de pantalón largo estaba hecho» tal vez pensando que la gente no intuye, no sabe o parece que lo que pretenden es crear una ficción.

El 8 de julio la gente se comía a Brunetta a la distancia, fallando penales y ocasiones. Diría el poeta: Juanito es un artista, que puede ser luz de futbol en tiempos oscuros y luego cambia su rol de actuación como un personaje taciturno que se pierde en la cancha y no tiene presencia de marca, como Ludueña, como Adomaitis, como Ovelar. Él está en comunicación con el hombre que siempre ha querido ser y cuando lo haga, que es joven, también valdrá millones.

Por ello es mejor reiterar que debemos entrar a la cueva donde es posible atravesar y escuchar su espacio y tiempo, que sea mejor al entorno general de violencia, engaño y mentira. Conocer a Kenny Livgren (72) creador del grupo Kansas y compositor de «Polvo en el viento». Y diría: «Al cerrar mis ojos un momento, nada más que uno. Pienso en lo pasado, aquellos buenos días que no volverán. Polvo en el viento. Polvo somos y en polvo nos uniremos».

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