A propósito de que hace unos días se celebró el día mundial del medio ambiente, quisiera recordar dos aspectos, que son parte de muchos fundamentales:
1. La economía del futuro, mucho dependerá del cuidado y armonía con el medio ambiente.
2. Considero el papel de las instituciones educativas, en especial de las universidades, como parte fundamental en la educación, conciencia y cultura ambiental de los individuos.
El entendimiento de los procesos económicos, que contribuyen al cambio ambiental, son aún difíciles de entender a pesar de los problemas que provocan. Son muchos los sucesos que afectan directamente a todos los países. Mediante esfuerzos coordinados entre los distintos órdenes de gobierno y sociedad, se tendrá alguna expectativa de gestionar y orientar la transformación del planeta hacia lo que conocemos como «desarrollo sustentable».
En 1987, la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo conceptualizó, de alguna manera, el concepto de economía sustentable, en donde se caracteriza a ésta como la que asegura satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las que le serán propias.
Actualmente se considera que las políticas públicas para una economía sustentable deben tener como uno de sus ejes principales el control de la pobreza para un efecto decisivo en cada región. El reto no es simple; la tarea es conciliar las necesidades y aspiraciones de hoy con las de mañana. Si queremos ser un Estado moderno, debemos ser capaces de cumplir, hacer cumplir y establecer relaciones productivas en amistad y respeto con el medio ambiente.
Por otro lado, alrededor del mundo, muchas universidades llevan como guía y parte de su ideología la conciencia ambiental. De hecho muchas Instituciones incluyen dentro de sus cargas académicas materiales relacionados con el medio ambiente, sustentabilidad, conciencia ecológica.
En el caso concreto, la Universidad Autónoma de Coahuila, a través de la Coordinación de extensión universitaria, dentro del marco de la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, realizó una fructífera reforestación en la sierra de Zapalinamé, en colaboración con el grupo empresarial Deacero. Junto con maestros y jóvenes universitarios integrantes de Lobos al Rescate, lograron plantar más de 200 árboles en la zona.
Quizá pudiera parecer algo minúsculo, pero actividades como estas fomentan la cultura ambiental, robustecen a la idea integral de ciudadanía, y la Universidad pública —que se debe a la sociedad— realiza actividades de retribución. Cuidemos nuestra tierra, cuidemos nuestros alrededores. Pensemos local, pero también pensemos global.