Mi libro de poemas, publicado en Palma de Mallorca el 15 de marzo de 2004, esto es, hace 18 años, ostenta en la portada una imagen de un cuadro de Luis Eduardo Aute (Mortal de necesidad, 1986).
Siempre he creído que la vida es un relámpago, un parpadeo. Sin embargo, también creo, como el sabio de La Habana, José Lezama Lima, que hay que lograr con un poco de humo la respuesta consistente /resistente, de la piedra. El agua del pasado es la sed del futuro.
Comparto: «Entre lo que recuerdo y lo que aguardo / se desgranan mis días; / ya distingo / los ramos de violetas, la nostalgia / del amor que más me quiso. / En la orilla lejana/ veo la cuna y sus ecos maternales / mis pasos en el río, / la andadura del tiempo. / Espero en el futuro mis recuerdos / recuerdo en el pasado mis proyectos: / soy la cara de Jano, mientras vivo / ordenando las cosas en el caos / el desorden me ordena.
Mil gracias a Javier Jover y a mi dilecto amigo Luis Alberto de Cuenca por auspiciar este libro. El canto de la ceniza y, por último, como dijo el clásico: «soy ceniza que canta»: ¡Ah!