«El Chamuco» Villarreal

Cada región tiene personajes y por ellos se la identifica. Hablar de Jesús Raúl Villarreal González, «el Chamuco», fallecido el martes 18 de enero en Torreón, remite a La Laguna y a una generación de empresarios que, educados por sus padres en la cultura del trabajo y el amor por la tierra, contribuyeron al engrandecimiento de la comarca hasta convertirla en referencia nacional. El problema no es perder a hombres y amigos de su calidad humana —todos, algún día, moriremos—, sino llenar su vacío. Mi esposa Chilo y yo acompañamos al Chamuco a diversas celebraciones, cobijado siempre por su familia; y él a la boda de nuestros hijos Ana Cristina y Ernesto. En su última piñata compartimos su mesa junto con Alejandro Gurza y su esposa Lety, cuyo deceso, hace dos años, también sentimos profundamente.

La fortuna de haberme relacionado por mi trabajo con personas mayores me ha permitido abrevar de su experiencia y sabiduría. Sin embargo, tiene la desventaja de que, por mera edad cronología, puedan morir ellos primero. En pocos años he perdido a amigos entrañables: Braulio Manuel Fernández Aguirre, Blas Sosa Domínguez, Ramón Iriarte Maisterrena, Jorge Dueñes Zurita, y ahora el Chamuco. En noviembre hablamos por última vez. Acostumbraba a platicarme de sus proyectos nuevos, como el de Las Villas, que me invitó a recorrer recién abierto, y La Vinícola. El mérito se lo atribuía a sus hijos: «Es cosa de los chavos, salieron a su abuelo (don Lupano Villarreal)». Al patriarca lo recuerdo sentado en el alféizar de su casa en la colonia Los Ángeles, donde el Chamuco tuvo después su oficina. Allí charlamos varias veces y me obsequió unos CD con canciones interpretadas por él con mucho sentimiento.

El Chamuco era una enciclopedia de anécdotas. En una comida organizada en Saltillo —cuando era candidato a senador— a la que acudieron Armando Fuentes Aguirre, Roberto Orozco Melo, Jorge Dueñes, Blas Sosa y otros amigos, contó que en cierta ocasión se le perdió un becerro de su granja. Preguntó a los vecinos y nadie le dio razón. Días después, un grupo de soldados peinó la zona. Horas después, unos campesinos aparecieron con la cría extraviada. «No era para tanto, don Jesús». Los militares revisaban el terreno porque el presidente Ernesto Zedillo, con quien el Chamuco trabó amistad como líder de la Asociación Nacional de Ganaderos Lecheros, asistiría a una comida.

Promotor nato y gestor eficiente, las aportaciones de Villarreal también incidieron positivamente en los sectores educativo, social y cultural. La misma visión y dinamismo le permitieron llevar a Grupo Lala, emblema de La Laguna, a planos mayores. La amistad con Francisco Labastida, secretario de Ganadería y más tarde candidato a la presidencia, le abrieron las puertas de la política. Su postulación para el Senado ocurrió en el peor momento del PRI, y no tuvo la malicia para pedir ser cabeza de la fórmula. De haberlo pedido habría sido senador de primera minoría y un buen representante de Coahuila.

El Chamuco tuvo otra virtud: no ser perfecto. ¿Para qué? Nadie lo es. Sería aburrido. Él era él y su circunstancia (Ortega y Gasset). Salvada ella, se salvó a sí. Me quedo con su risa, que evoca al otro amigo común (Jaime Cantú Charles, fallecido antes), con sus canciones, con su saludo fraterno («mi Gera»). Cierro con dos estrofas de «Las malas compañías», de Serrat. «Por eso es que a mis amigos / Los mido con vara rasa / Y los tengo muy escogidos / Son lo mejor de cada casa (…) Mis amigos son gente cumplidora / Que acuden cuando saben que yo espero / Si les roza la muerte disimulan / Que pa’ ellos la amistad es lo primero».

Torreón, 1955. Se inició en los talleres de La Opinión y después recorrió el escalafón en la redacción del mismo diario. Corresponsal de Televisa y del periódico Uno más Uno (1974-81). Dirigió el programa “Última hora” en el Canal 2 de Torreón. Director del diario Noticias (1983-1988). De 1988 a 1993 fue director de Comunicación Social del gobierno del estado. Cofundador del catorcenario Espacio 4, en 1995. Ha publicado en Vanguardia y El Sol del Norte de Saltillo, La Opinión Milenio y Zócalo; y participa en el Canal 9 y en el Grupo Radio Estéreo Mayrán de Torreón. Es director de Espacio 4 desde 1998.

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