Aquí siempre hemos criticado al exalcalde de Parras, Evaristo Madero Marcos, cuando está en el poder, fuera del mismo no hay razón para zaherirlo. Ni cuando tuvo el problema que a muchos les causó alborozo. No en este espacio porque en la casa del jabonero el que no cae resbala, prudente consejo del pueblo sabio y bueno, como el de Parras, que lleva dos decenios aguantando a infames gobiernos municipales.
Hoy la coyuntura nos hace recordar uno de los temas que le criticamos a Evaristo Madero cuando fue alcalde de Parras y que valdría la pena retomar. Se trata del rechazo a nuestra propuesta de crear en Parras una escuela de choferes transportistas que pudieran dar el servicio de movilización de carga entre los tres países miembros del Tratado de Libre Comercio (TLCAN), los que actualmente se encuentran inmersos en la grave crisis de los contenedores.
Y es que actualmente cientos de miles de contenedores se encuentran detenidos en puertos de todo el mundo. Son embarques que contienen mercancías, insumos para la industria y refacciones sin los cuales se encuentra atascada la industria automotriz, entre otras.
Todos esos productos no han podido ser entregados a sus destinatarios debido a que no existe capacidad logística para retirarlos de los puertos y hacerlos llegar a su destino final. El problema principal es que no hay choferes suficientes para transportarlos y los disponibles valen tanto como un cardiólogo y se los están peleando a altos costos las compañías fleteras a nivel mundial.
Esta situación empeora debido a la saturación marítima en los puertos del mundo donde los buques se encuentran varados esperando espacio para descargar, y eso genera enormes costos de manutención, sueldos y combustibles para la consecuente afectación en las cadenas productivas.
Y esa crisis está afectando a los principales muelles de los Estados Unidos como son los puertos de Los Ángeles, Long Beach, Oakland, Seattle, Nueva York y Miami donde miles de choferes son requeridos en la logística de transportación con salarios tan halagüeños que hasta los universitarios se están capacitando para aprovechar ese nicho de oportunidad.
Claro que el alcalde Evaristo ignoró la propuesta de este «facineroso que llegaba por las noches a Parras y abandonaba el pueblo al amanecer dejando cuentas pendientes en las cantinas». Una distinción que tengo enmarcada en mi biblioteca. Además, no había tal crisis del transporte.
Evaristo se hizo camionero con mucho esfuerzo hasta llegar a ser un magnate del transporte ¿Qué le cuesta gestionar esa escuela para que en Parras exista esa oportunidad de desarrollo? Basta tomar el ejemplo de la UDAT en Monterrey como esfuerzo empresarial.
Creemos que sería una magnífica gestión de Evaristo como empresario transportista. Y le pagaría a los parrenses mucho más de lo que la Auditoría Superior le reclama como desfalcos de su administración.
RIPIO
Y a propósito de corruptelas. No hay que olvidar a la tesorera que llegó pobre a Parras y se fugó millonaria. Robó a dos manos. Traía mucha necesidad. Esperamos que no pase lo mismo ahora que, al parecer, Parras ya es de los de Torreón. ¿Y el cartucho quemado Barragán? ¡Pobre pueblo mágico!