Con el nacimiento de Damián en República Dominicana, la humanidad entra en un punto de no retorno. Si los países industrializados no auxilian a las naciones en desarrollo, el planeta podría ser inhabitable hacia la segunda mitad del siglo, advierten expertos
India superará a China el año próximo y será la nación más habitada
La población mundial alcanzó los 8 mil millones de personas en medio de una escalada belicista, en la cual la invasión de Rusia a Ucrania se sumó a las guerras que ya tenían lugar en Siria, Afganistán, Yemen, Etiopía, Myanmar, Israel y Palestina. Asimismo, se profundiza la brecha entre los países desarrollados y los más pobres que no logran alcanzar los recursos necesarios para su subsistencia —evidenciado con creces durante la pandemia por COVID-19—. La discriminación por cuestiones de raza, género, religión o país de origen sigue igual que un siglo atrás. La violencia, de mano con las crisis alimentarias que sufren los países tercermundistas, provocaron que en mayo de este año se rebasaran los 100 millones de desplazamientos forzados, cifra nunca antes alcanzada.
«A menos que cerremos el enorme abismo entre los que tienen y los que no, nos estamos preparando para un mundo de 8 mil millones de personas lleno de tensiones y desconfianza, crisis y conflicto».
António Guterres, secretario general de NU
Inmerso en este catastrófico entorno el 15 de noviembre, en República Dominicana, nació Damián, el habitante número 8 mil millones del planeta y cuya llegada ya se había adelantado en el informe «Perspectivas de la Población Mundial 2022», publicado por Naciones Unidas (NU) el 11 de julio.
En esa fecha, el secretario general de la NU, António Guterres, destacó la importancia del suceso con palabras que acentuaban los logros alcanzados por la humanidad —y que permitieron alcanzar esta cifra— a la par que los desafíos que implicaba. «Este año, el Día Mundial de la Población marca un hito, en que la Tierra acogerá, por primera vez, ocho mil millones de personas. Esta es una ocasión para celebrar nuestra diversidad, reconocer nuestra humanidad común y maravillarnos de los avances en salud que han prolongado la esperanza de vida y reducido drásticamente las tasas de mortalidad materna e infantil. (…) A su vez, es un recordatorio de nuestra responsabilidad compartida de cuidar nuestro planeta y un momento para reflexionar sobre dónde aún no cumplimos con nuestros compromisos mutuos», apuntó el funcionario.
«El rápido crecimiento de la población hace más difícil la erradicación de la pobreza, la lucha contra el hambre y la desnutrición, y la expansión de la cobertura de los sistemas de salud y educación».
Liu Zhenmin, subsecretario general de Asuntos Económicos y Sociales de NU
El informe indica que «la fecundidad ha disminuido notablemente en las últimas décadas en muchos países. En la actualidad, dos tercios de la población mundial vive en un país o área donde la fecundidad a lo largo de la vida es inferior a 2.1 nacimientos por mujer, nivel aproximado para llegar a un crecimiento nulo a largo plazo en poblaciones con mortalidad baja. Se proyecta que la población de 61 países o áreas disminuirá en un 1% o más entre 2022 y 2050, debido a sus niveles persistentemente bajos de fecundidad y, en algunos casos, a sus altas tasas de emigración. Más de la mitad del aumento de la población mundial previsto hasta 2050 se concentrará en ocho países: Egipto, Etiopía, India, Filipinas, Nigeria, Pakistán, República Democrática del Congo y República Unida de Tanzania. Se espera que los países del África subsahariana contribuirán con más de la mitad del crecimiento de la población mundial previsto hasta 2050».
Fecundidad a la baja
A pesar del notable auge poblacional, este crecimiento avanza a su ritmo anual más lento desde 1950, por debajo del 1% en 2020. En algunos países, las olas sucesivas de la pandemia podrían haber producido reducciones a corto plazo en el número de embarazos y nacimientos. Recuperar los niveles de reproducción previos a la epidemia por COVID-19 puede tardar más de lo esperado, especialmente en países desarrollados.
La fecundidad ha disminuido notablemente en las últimas décadas, indica la NU. Dos tercios de la población viven en un país donde la fecundidad a lo largo de la vida es inferior a 2.1 nacimientos por mujer, nivel aproximado para llegar a un crecimiento nulo a largo plazo en poblaciones con mortalidad baja. Se proyecta que la población de 61 naciones disminuirá en un 1% o más entre 2022 y 2050, debido a sus niveles persistentemente bajos de fecundidad y, en algunos casos, a sus altas tasas de emigración, con marcado énfasis en los países más pobres.
«Una fecundidad baja, sostenida por varias décadas, podría resultar en una desaceleración mayor del crecimiento de la población mundial en la segunda mitad del siglo», asegura John Wilmoth, director de la División de Población del Departamento de Economía y Asuntos Sociales de NU.
Planeta enfermo
Otro de los desafíos importantes a acometer es regular el impacto que la creciente población mundial tendrá en el medio ambiente del planeta. A más habitantes, más uso de recursos naturales, más emisiones contaminantes y más residuos.
«Para tener un mundo en el que los 8 mil millones de personas puedan prosperar, necesitamos desvincular rápidamente la actividad económica de la actual dependencia excesiva de la energía de combustibles fósiles, y una mayor eficiencia en el uso de los recursos naturales», explicó Maria-Francesca Spatolisano, subsecretaria general del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de NU.
En la actualidad, los combustibles fósiles comprenden el 80% de la demanda de energía primaria a nivel mundial y el sistema energético es la fuente de aproximadamente dos tercios de las emisiones globales de CO2. Gran parte de los combustibles de biomasa se usan actualmente para calefacción y cocina a pequeña escala en todo el planeta. Estos combustibles son extremadamente ineficientes y contaminantes, sobre todo en lo que respecta a la calidad del aire interior en muchos países de escaso desarrollo.
Si la proporción actual de combustibles fósiles se mantiene y la demanda energética casi se duplica para 2050, las emisiones superarán por amplio margen la cantidad de carbono límite para mantener por debajo de los dos grados centígrados el aumento medio de temperatura. El nivel de emisiones tendría consecuencias climáticas desastrosas para el planeta.
El problema es que los países que más recursos consumen y que producen más emisiones de gases de efecto invernadero tienden a ser los ricos, no aquellos donde la población aumenta a gran velocidad, casi todos en naciones en vías de desarrollo. Si las naciones industrializadas destinaran asistencia técnica y financiera a las economías emergentes, estas pudieran crecer usando tecnologías menos contaminantes, apoyadas por el auge de su población.
«La relación entre el crecimiento de la población y el desarrollo sostenible es compleja y multidimensional», afirmó Liu Zhenmin, subsecretario general de Asuntos Económicos y Sociales de NU. «El rápido crecimiento de la población hace más difícil la erradicación de la pobreza, la lucha contra el hambre y la desnutrición, y la expansión de la cobertura de los sistemas de salud y educación. Por otra parte, el alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente los relacionados con la salud, la educación y la igualdad de género, contribuirá a reducir los niveles de fecundidad y a desacelerar el crecimiento de la población mundial».
Somos más viejos
El envejecimiento de la población amenaza con convertirse en una de las transformaciones sociales más significativas del siglo XXI y su impacto se verá reflejado en casi todos los sectores de la sociedad: mercado laboral y financiero, demanda de bienes y servicios, estructura familiar y lazos intergeneracionales.
A comienzos de la década de 1970, las mujeres tenían una media de 4.5 hijos cada una; en 2015, la fecundidad mundial había caído hasta unos 2.5 hijos por fémina. Mientras tanto, la vida media de una persona aumentó de 64.6 años a comienzos de la década de 1990 hasta 72.8 años en 2019.
En 2018, por primera vez en la historia, las personas de 65 años o más superaron en número a los niños menores de cinco años en todo el mundo.
Haciendo alusión a un informe anterior de la Organización Mundial de la Salud (OMS) —que estimaba unos 14.9 millones de muertes relacionadas con la epidemia por COVID-19 entre enero de 2020 y diciembre de 2021—, NU hace notar que la esperanza de vida se redujo a 71 años en 2021, principalmente debido a la pandemia.
Aun así, el organismo internacional indica que la proporción de la población mundial de 65 años o más aumentará del 10% en 2022 al 16% en 2050 y de igual manera se incrementará hasta 77.1 años la esperanza de vida. Para entonces, se calcula que el número de personas mayores de 65 años duplicará la cantidad de niños menores de 5 años, y llegará a igualar la población de niños menores de 12 años.
A la fertilidad y la mortalidad —procesos demográficos naturales que determinan el tamaño y la composición por edades— se suma un componente social: la migración. El flujo internacional de personas contribuye al cambio de las estructuras de edad al retrasar el proceso de envejecimiento en las naciones de destino, al menos temporalmente, ya que los migrantes suelen ser jóvenes en edad de trabajar, y potenciarlos en los países que abandonan.
Las naciones con poblaciones que están envejeciendo deben tomar medidas para adecuar los programas públicos al número creciente de personas mayores, incluyendo el establecimiento de sistemas universales de atención médica y de cuidado a largo plazo, y mejorando la sostenibilidad de los sistemas de seguridad social y pensiones.
NU demanda que los Gobiernos comiencen a crear posibilidades de trabajo apropiadas para las personas mayores. El concepto actual de jubilación debe modificarse. En México el tema ha sido abordado recurrentemente por el magnate Carlos Slim que propone una semana laboral de tres días, con hasta 36 horas y una jubilación a los 75 años.
«Jubilarse a los 60 o 65 años actualmente es absurdo», declaró el presidente honorario de Grupo Carso, en el marco del evento organizado en septiembre por la Fundación Telmex, «México Siglo XXI». E4
Curiosidades
- El bebé número 8 mil millones nació en República Dominicana.
- China e India acaparan el 35% de la población mundial.
- Desde mediados del siglo XX, el mundo ha experimentado un crecimiento demográfico sin precedentes. La población mundial se triplicó con creces entre 1950 y 2020.
- La tasa de crecimiento de la población mundial alcanzó su punto máximo entre 1965 y 1970, cuando el número de seres humanos aumentaba en un promedio de 2.1% por año.
- Durante el período de 2000 a 2020, aunque la población mundial creció a una tasa anual media de 1.2%, 48 países o áreas crecieron al menos el doble de rápido. De estos 48 países, 33 eran países o áreas africanas y 12 asiáticas.
- La esperanza de vida de los adultos en el mundo desarrollado ha aumentado desde mediados del siglo XX: el número de personas que llegan a los 100 años nunca ha sido mayor que en la actualidad.
- En todo el mundo, el número de muertes en relación con el tamaño de la población ha disminuido desde 1950. Durante las próximas décadas, las previsiones de las Naciones Unidas contemplan una disminución gradual y continua en las tasas de mortalidad relacionadas con la edad.
Fuente: Naciones Unidas
Comportamiento y tendencia demográfica
Año | Cantidad de habitantes |
---|---|
2011 | 7 mil millones |
2022 | 8 mil millones |
2030 | 8 mil 500 millones |
2050 | 9 mil 700 millones |
2080 | 10 mil 400 millones |
India superará a China el año próximo y será la nación más habitada
Política de «hijo único» pasa factura al Gobierno de Xi Jinping que no logra subir los índices de natalidad ni con la puesta en marcha de incentivos que favorecen a las familias numerosas
India desbancará a China como el país más poblado del orbe, según las estimaciones del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas. Actualmente, en la tierra de Gandhi viven más de mil 390 millones de personas mientras que su vecino asiático supera los mil 410 millones —entre ambos acaparan el 35% de la población mundial—, lo cual ubica a China a la cabeza de las naciones en cantidad de habitantes. Sin embargo, para 2023, esta supremacía demográfica debe cambiar.
Con un ritmo de 86 mil niños nacidos a diario, India no tardará mucho tiempo en aventajar a China cuyas estadísticas registran 49 mil 400 nacimientos cada 24 horas. Los indios, además, poseen una edad promedio de 29 años —por 39 de los chinos— y, al menos, 360 millones de jóvenes en edad reproductiva. Esta combinación numérica les permitirá rebasar los mil 429 millones de personas en menos de un año.
Los demógrafos chinos, en cambio, esperan una caída a mínimos históricos de nacimientos este 2022, por debajo de los 10 millones desde los 10.6 millones de bebés del año pasado.
Cambio de estrategia
Fue en 1979 cuando el líder chino Deng Xiaoping puso en marcha la controvertida política de tener un solo hijo para proteger el incipiente auge económico de su país. El plan se justificaba por la falta de recursos para dar de comer a los nuevos habitantes.
De esta manera, por más de tres décadas se ofrecieron incentivos financieros y de empleo a quienes se alinearan a esta iniciativa. Se amplió el acceso a los anticonceptivos y se establecieron multas para quienes violaran las reglas.
Durante esa época, activistas sociales y defensores de derechos humanos denunciaron medidas coercitivas, como abortos forzados y esterilizaciones masivas, incluso casos de infanticidio femenino dada la preferencia tradicional por los hijos varones.
Se calcula que la política china del hijo único evitó unos 400 millones de nacimientos, aunque la cifra sigue siendo causa de disensiones.
El envejecimiento paulatino de la población china y la caída de la tasa de natalidad obligó a poner fin, en octubre de 2015, a esta política y promover una nueva a favor de que las parejas tuvieran dos hijos. Ahora los antiguos incentivos se destinan a quienes se animen a buscar un segundo retoño.
A pesar de ello, la falta de resultados obligó a Pekín a dar la bienvenida a familias más numerosas y tomar parte en su impulso de forma mucho más directa. «Para decirlo sin rodeos: el nacimiento de un hijo no solo es un asunto familiar, sino también del Estado», publicó el periódico oficial Diario del Pueblo. Con ello, en algunas provincias se restringió el acceso al aborto y se alargaron y complicaron los procesos de divorcio.
Estrategias de manipulación encubiertas que, nuevamente, fueron cuestionadas por asociaciones civiles y representantes de los derechos humanos nacionales e internacionales. E4