El neozapatismo y la fuerza de la razón; el movimiento que acabó con la fantasía

Las armas quedaron atrás como estrategia de lucha. Escuelas autónomas, clínicas de salud y sistemas agrícolas sostenibles son ahora los nuevos medios para sustentar un modelo de justicia social y defensa de las comunidades indígenas

No más armas; ahora bailes, risas y abrazos

El 1 de enero se cumplieron 30 años de que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se diera a conocer en el escenario mundial cuando miles de sus guerrilleros ocuparan varias ciudades en el estado de Chiapas, en protesta contra las políticas neoliberales y en reclamo de derechos para los pueblos indígenas. La insurrección tuvo lugar en un momento crucial en la historia de México —ese mismo día entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)—, pues el país se abría a la influencia del neoliberalismo.

En su Declaración de la Selva Lacandona, el EZLN presentó una serie de demandas que buscaban garantizar la tierra, el trabajo, la alimentación, la vivienda, la educación, la salud y la justicia para las comunidades indígenas. Estas demandas reflejaban la realidad de los grupos marginados y su lucha por una vida digna.

La legislación zapatista ha hecho un peculiar viraje: la no propiedad de la tierra. En vez de colectivizar el territorio, la propia naturaleza se convierte en terrateniente.

Juan Villoro, escritor

Aunque la insurgencia armada fue efímera, tuvo un impacto significativo en México y en la comunidad internacional. El EZLN se convirtió en una voz poderosa que representaba a los excluidos y demandaba cambios estructurales en el país. Asimismo, despertó la solidaridad y el interés de personas y organizaciones comprometidas con la justicia social. La retórica poética del subcomandante Marcos, entonces líder visible del movimiento, capturó la atención de la opinión pública y generó simpatía hacia la causa zapatista.

Nueva estrategia

Con el paso de los años el EZLN ha desplegado un enfoque singular en su lucha: la construcción de una sociedad más justa a través de la educación y la conciencia. Escuelas autónomas, clínicas de salud y sistemas agrícolas sostenibles son solo algunas de las iniciativas que han contribuido a transformar las vidas en las comunidades zapatistas.

En el corazón de su estrategia se encuentra la creencia en el poder de la educación como catalizador del cambio. Las escuelas autónomas han florecido en la región, ofreciendo una educación bilingüe y bicultural que preserva las tradiciones indígenas y proporciona las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos modernos. María Gómez, madre de tres niños en una comunidad zapatista, elogia la educación que reciben sus hijos. «Antes, apenas podíamos leer y escribir. Ahora, nuestros hijos tienen conocimientos para luchar por sus derechos y construir un futuro mejor», afirma con orgullo.

Los contenidos de la educación zapatista se diseñan con base en los propósitos que generaron su rebelión: salud, techo, tierra, trabajo, alimentación, educación, independencia, democracia, libertad, justicia, información y paz. Su fin y sentido no es la capacitación para el trabajo, sino comprender su historia, su cultura y su cosmovisión. El anhelo consiste en formar profesionistas indígenas y no indígenas para ayudar a sus comunidades, encaminados a fortalecer la construcción de su autonomía política, económica, social y cultural.

Otra piedra angular del impacto positivo del EZLN es su enfoque en la atención médica accesible. Las clínicas de salud autónomas han atendido a miles de personas que, de otra manera, no tendrían acceso a servicios médicos básicos. Cada una de ellas está equipada con una farmacia que proporciona medicamentos esenciales. Las comunidades también se benefician, ya que las casas de salud y los botiquines locales son abastecidos por estas clínicas autónomas. Un rasgo constante en la atención médica zapatista es el uso y la producción de herbolaria, que incluye jarabes, ungüentos, tinturas, desinfectantes y otros productos naturales que complementan la oferta de la farmacia, por lo que la medicina tradicional y moderna coexisten, abriendo un camino hacia un sistema de salud más inclusivo.

Aunque los zapatistas compran los fármacos que no producen internamente, mantienen una política de precios uniformes y muy accesibles para todos los pacientes. Esto garantiza que el costo de los medicamentos sea equitativo, permitiendo que quienes necesitan atención médica no enfrenten barreras económicas significativas.

En un esfuerzo por romper con las cadenas de la dependencia económica, las comunidades zapatistas han implementado prácticas agrícolas sostenibles. La autonomía alimentaria se ha convertido en un objetivo fundamental, permitiendo que las comunidades sean menos vulnerables a las fluctuaciones del mercado y a las políticas externas. Un aspecto distintivo de su agricultura es la preservación activa de semillas autóctonas. El EZLN ha alzado la voz contra los cultivos transgénicos, argumentando que representan una amenaza tanto para la biodiversidad como para la autonomía de los pueblos menos desarrollados. Este rechazo no solo es una posición ideológica, sino una declaración clara de la voluntad de preservar las prácticas rurales tradicionales y proteger la salud ambiental.

La gestión consciente del agua destaca como otra pieza clave en su modelo agrícola. Con técnicas que minimizan el desperdicio y sistemas eficientes de riego, demuestran que es posible cultivar la tierra sin agotar los recursos hídricos. Además, la toma de decisiones en este ámbito se realiza de manera colectiva, fomentando la participación democrática y la distribución equitativa de los recursos.

Viejos y nuevos desafíos

A pesar de logros y avances, aún quedan temas pendientes. Uno de ellos es la falta de implementación total de los Acuerdos de San Andrés, que reconocen la autonomía completa de los pueblos originarios. La ley aprobada en su lugar no satisface las demandas del EZLN ni de los pueblos indígenas, lo que deja este tema como uno de los principales retos a abordar. Si bien el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha mostrado interés en incluir en la Constitución los puntos acordados en San Andrés, la desconfianza persiste por parte de los zapatistas que no comparten la línea de trabajo del presidente e incluso han sido muy críticos con algunas de sus obras insignes, como el Tren Maya.

Al respecto, el líder de Morena aprovechó el 30 aniversario del surgimiento del EZLN para pedirles que hicieran una autocrítica ante la pérdida de apoyo. «Que asuman ellos también su responsabilidad, que no caigan en la autocomplacencia, que hagan una autocrítica; yo no me voy a meter en eso, pero ellos deben de preguntarse por qué la pérdida, el apoyo, de los que antes simpatizaban con el movimiento, a qué se debió. ¿A persecución del Estado? Nosotros no hostigamos a nadie, nosotros no reprimimos, no censuramos para nada, ni cuestionamos, no nos metemos con el movimiento zapatista ni con otros movimientos. Ellos tomaron la decisión de no apoyar la transformación, inclusive de cuestionarnos y está bien, vivimos en un país libre y democrático», apuntó el mandatario en su rueda de prensa matutina del 4 de enero.

La tensa relación del EZLN con el Gobierno quedó expuesta en las declaraciones del subcomandante Moisés, actual vocero del movimiento. «Estamos solos, como hace 30 años. Invitamos a los hermanos a que si quieren venir compartamos nuestras ideas, a ver cuál es la mejor para la vida. Nosotros lo que estamos diciendo es que quien trabaja, come, y quien no trabaja, que coma su billete y su moneda, a ver si con eso se satisface su necesidad de hambre», y agregó a modo de advertencia: «No necesitamos matar a los soldados y a los malos Gobiernos, pero si vienen, nos vamos a defender».

Nuevos desafíos han surgido luego de tres décadas. La presencia del crimen organizado en la región ha generado violencia y ha afectado la vida de las comunidades zapatistas. El movimiento ha denunciado públicamente la presencia de los cárteles de la droga, acusándolos de infiltrarse en sus territorios y culpa a las autoridades por ello. «Hay bloqueos, asaltos, secuestros, cobro de piso, reclutamiento forzado, balaceras. Esto es efecto del padrinazgo del Gobierno del estado y de la disputa por los cargos que está en proceso», manifestó el subcomandante Moisés.

Otro dilema que los afecta es el éxodo de los jóvenes hacia las ciudades en busca de oportunidades que ha debilitado progresivamente la base social del movimiento. Pero no solo están los que se van, sino los nuevos que llegan. La creciente afluencia de migrantes ha llevado a una mayor presión en las comunidades zapatistas. Hoy, con recursos limitados, se enfrentan al dilema de compartirlos en gesto de solidaridad o preservarlos para su propia gente.

A pesar de todos estos obstáculos, el EZLN ha logrado subsistir gracias a su resiliencia. Su modelo de autonomía y firmeza inspira a otros movimientos sociales y ha generado debates sobre las formas de organización y participación política en México. E4

Principios del EZLN

  • La defensa de derechos colectivos e individuales que han sido negados históricamente a los pueblos indígenas mexicanos.
  • La construcción de un nuevo modelo de nación que incluya a la democracia, la libertad y la justicia como principios fundamentales de una nueva forma de hacer política.
  • El tejido de una red de resistencias y rebeldías altermundistas en nombre de la humanidad y en contra del neoliberalismo.

Momentos clave del Ejército Zapatista de Liberación Nacional

1. Levantamiento del 1 de enero de 1994: La declaración de guerra pacífica

El 1 de enero de 1994, en una sorprendente declaración de guerra pacífica, miles de guerrilleros zapatistas, liderados por el subcomandante Marcos, tomaron el control de varias ciudades en el estado de Chiapas.

2. Los Diálogos de San Andrés (1996): Reconocimiento de los derechos indígenas

Tras años de lucha, el Gobierno mexicano y el EZLN se sentaron a negociar y pactaron los Acuerdos de San Andrés, que reconocían los derechos culturales y territoriales de los pueblos indígenas. Sin embargo, la posterior negativa del Congreso mexicano a aprobar dichos acuerdos dejó descontentos a los zapatistas.

3. La Otra Campaña (2006): Tejiendo solidaridades en México y el mundo

En 2006, el EZLN lanzó la «Otra Campaña», una iniciativa para construir una base de apoyo más allá de sus territorios tradicionales. El subcomandante Marcos recorrió el país, encontrándose con diversas organizaciones y movimientos sociales. Este esfuerzo de solidaridad evidenció la influencia del EZLN no solo en el ámbito indígena, sino en la lucha más amplia por la justicia social.

4. Crisis de Ayotzinapa (2014): El EZLN solidario con la justicia

La desaparición forzada de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa en 2014 conmovió al país. El EZLN expresó su solidaridad con las víctimas y sus familias, denunciando la corrupción y la impunidad que rodeaban el caso.

5. El Congreso Nacional Indígena (CNI) y el Concejo Indígena de Gobierno (CIG): 2016-2017

En 2016, el EZLN se unió al Congreso Nacional Indígena (CNI) y propuso la creación del Concejo Indígena de Gobierno (CIG). María de Jesús Patricio Martínez, conocida como Marichuy, se convirtió en la vocera del CIG en las elecciones presidenciales de México en 2018. Aunque no ganó, el evento destacó la intención del EZLN de utilizar vías políticas para avanzar en sus objetivos.

6. «Samir vive» (2019): El asesinato de Samir Flores Soberanes

El asesinato de Samir Flores Soberanes, activista y opositor a un proyecto de planta termoeléctrica en Morelos, en 2019, provocó la condena del EZLN y resaltó la continua lucha contra la imposición de megaproyectos en territorios indígenas.


No más armas; ahora bailes, risas y abrazos

El escritor Juan Villoro participó en las celebraciones por el 30 aniversario de la creación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). En su crónica «El futuro comienza en lunes» (Reforma, 02.01.24) da cuenta de la evolución que ha experimentado el movimiento. «El zapatismo se ha afincado en espacios agrarios que producen frijol, cacao, café, maíz, miel y el cilantro que mejora los guisos de las ciudades chiapanecas. Su idea del progreso revierte la historia de la explotación agrícola. (…) La legislación zapatista ha hecho un peculiar viraje: la no propiedad de la tierra. En vez de colectivizar el territorio, la propia naturaleza se convierte en terrateniente. La prioridad es preservarla; en caso necesario, y solicitando el debido perdón, se puede convertir en material de trabajo. (…) La prioridad de las comunidades no es explotar al máximo la naturaleza sino cuidarla. No se trata, pues, de tierras “ociosas”, sino conservadas», asegura el autor de El testigo.

Esta evolución progresiva, el reajuste constante a las condiciones sociopolíticas del país, sin traicionar los ideales de lucha que originaron al EZLN es una de las causas por las cuales: 1) Los insurgentes de 1994 han logrado con éxito el traspaso intergeneracional del bastón de mando y 2) mantenerse como ejemplo de resistencia pacífica y alternativa de desarrollo tanto para nacionales como para extranjeros. Villoro confirma la nutrida asistencia al evento. «El 29 de diciembre, 899 participantes se habían registrado en la Universidad de la Tierra en San Cristóbal para asistir al doble aniversario zapatista: 40 años de lucha y 30 del levantamiento. La cantidad de participantes se incrementó con las comunidades indígenas que llegaban por distintas rutas y con los que se inscribieron en el Caracol mismo. (…) Los comunistas de Nayarit habían hecho 25 horas de carretera, esfuerzo descomunal que, sin embargo, se relativizaba al oír las historias de quienes venían de Grecia, Italia y Alemania, por no hablar de Irán».

Acaso el mayor cambio fue la presentación ante el público de un ejército completamente desarmado. «Los festejos desembocaron en un desfile de milicianas y milicianos a ritmo de cumbia. Ninguno portaba otra arma que las macanas que percutían al compás de la música. (…) El alcohol está prohibido en las zonas zapatistas, pero los bailes, las risas, y los abrazos compartidos habían producido una feliz embriaguez», describe Villoro, quien, acertadamente, al sonido de los cohetes por la celebración destaca: «ahora la pólvora era la munición del festejo». E4

La Habana, 1975. Escritor, editor y periodista. Es autor de los libros El nieto del lobo, (Pen)últimas palabras, A escondidas de la memoria e Historias de la corte sana. Textos suyos han aparecido en diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales. Actualmente es columnista de Espacio 4 y de la revista hispanoamericana de cultura Otrolunes.

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