El ocaso del caudillo: resultados de una presidencia controvertida

México no tiene un sistema de salud como el danés ni la corrupción se abatió según lo prometido. Sin embargo, contra los pronósticos apocalípticos de los detractores de la 4T, el país logró avances en infraestructura, salarios y justicia social. Las elecciones y la transmisión del poder cierran la agenda

López Obrador y Calderón, como dos gotas de agua

La figura presidencial y la narrativa de la 4T

La administración del presidente Andrés Manuel López Obrador entró en su último tramo. Cuatro de los ocho meses restantes serán consumidos por las elecciones generales del 2 de junio y la otra mitad por el cambio de Gobierno. AMLO aprovechará el esprint final para empujar el último paquete de reformas constitucionales, en materia electoral, judicial, salarial, de pensiones y para simplificar la revocación de mandato. Pese a que la percepción de inseguridad bajó del 73.7% al 59.1% entre 2018 y 2023 y a que la tasa de homicidios disminuyó 17% en el mismo periodo (Inegi), la 4T no logró abatir los índices de violencia según lo ofrecido. Tampoco cumplió la promesa de dotar al país de un sistema sanitario como el de Dinamarca y la distribución de medicamentos se volvió caótica y provocó escasez. En el primer caso afectó la pandemia de coronavirus y una serie de políticas equivocadas; y en el segundo, la presión de las farmacéuticas que monopolizaban el mercado y fueron vetadas.

En cambio, los programas sociales recibieron un impulso sin precedente. Las becas y apoyos a niños, jóvenes, adultos mayores y madres solteras tienen ahora carácter constitucional y universales, por lo cual será difícil que en el futuro se supriman. El salario mínimo nominal subió de 87.8 pesos en 2018 a 248.9 este año, dos veces por encima de la inflación en términos reales. Entre 2020 y 2022 la población en situación de pobreza disminuyó en 10.8 millones de personas de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). En educación los avances han sido mínimos. En 2023 la inversión extranjera directa registró el mayor nivel de la última década (43 mil 900 millones de dólares, UNCTAD). El peso mantiene su fortaleza frente al dólar y la tasa de desocupación (2.6%) es la más baja desde 2005. Los opositores de AMLO y de la 4T se quedaron con las ganas de ver la moneda devaluada.

«Llama la atención que se confíe menos en los medios de comunicación y en los empresarios que en el Gobierno en la tarea de eliminar la corrupción».

Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (23.09.23)

En materia de infraestructura, el Gobierno de izquierda dotó al país de tres nuevos aeropuertos: Felipe Ángeles, Felipe Carrillo Puerto y Creel. También construyó la refinería de Dos Bocas y reactivó un sector del transporte de pasajeros y de carga abandonado al menos en el último medio siglo con los trenes Maya e Interoceánico, claves para el desarrollo nacional, en particular de los estados del sureste. Otro proyecto importante es el de Agua Saludable para La Laguna. La obra, presupuestada en 15 mil millones de pesos, satisfará la demanda y resolverá un problema secular de salud. El programa beneficiará a 10 municipios de Coahuila y Durango donde se concentran 1.6 millones de habitantes. AMLO es el presidente que más giras ha realizado a los estados.

Basada en la reducción del uso de la fuerza, la persuasión, el apoyo del Ejército y la Armada y la Guardia Nacional (GN), compuesta por cuadros castrenses, la estrategia de seguridad de la 4T es una de las más controvertidas. Sin embargo, las Fuerzas Armadas y la GN figuran entre las instituciones más confiables y mejor calificadas de México (SIMO Consulting/El País). Morena, el movimiento fundado por AMLO, es la primera fuerza política nacional. Tiene 23 gobernadores y controla el Congreso general. El neoliberalismo gobernó al país 36 años ininterrumpidos bajo las siglas del PRI y el PAN. Morena sustituyó ese modelo con una política social cuyo lema de «primero los pobres» caló hondo en todos los sectores.

«(…) aunque los datos sean erróneos, al presidente le cree mucha gente, y lo que ha hecho es ponernos a mi familia y a mí a merced de la delincuencia».

Carlos Loret de Mola, sobre los ingresos divulgados por el presidente

López Obrador lidió con un presidente ultraconservador de Estados Unidos (Donald Trump) y con uno liberal (Joe Biden). La migración y el tráfico de drogas, en especial de fentanilo, dominaron la agenda bilateral. También serán los temas de las campañas para las elecciones presidenciales de este año en México (2 de junio) y EE. UU. (5 de noviembre). El futuro de la relación dependerá en mucho de la legitimidad de quienes ganen los comicios a uno y otro lado del Bravo. En el caso de AMLO, haber sido nombrado en un proceso democrático y con una abrumadora mayoría lo acorzó frente a las presiones internas y los intereses externos.

Ave de tempestades

Ningún presidente afrontó a los grupos de poder como lo ha hecho Andrés Manuel López Obrador desde su toma de posesión. Los acusó de ser los verdaderos dueños del país, de apropiarse de los recursos de la nación y de fomentar la corrupción con la aquiescencia y complicidad gubernamental. Máxime en el periodo neoliberal comprendido entre los Gobiernos de Carlos Salinas de Gortari y Enrique Peña Nieto, en medio de los cuales Vicente Fox y Felipe Calderón ejercieron sin pena ni gloria. Es precisamente de los intereses económicos de donde proceden gran parte de las campañas e intrigas contra AMLO, dentro y fuera de México, como antes pasó con Luis Echeverría y José López Portillo, quien nacionalizó la banca en 1982.

Revertir la reforma energética de Peña Nieto —celebrada a bombo y platillo en el exterior y con portadas donde se le exaltaba como «el salvador de México»— y cancelar la construcción de Nuevo Aeropuerto Internacional de México, asentado en los pantanos de la corrupción, es algo que la oligarquía y sus socios extranjeros jamás le perdonarán a López Obrador. La 4T marcó desde un principio su política energética: rescatar Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por razones de soberanía y seguridad nacional. La estrategia de los Gobiernos consistió en ceder al sector privado la explotación y aprovechamiento de los recursos del país.

Los últimos presidentes fueron rehenes de las fuerzas económicas debido a su debilidad e incompetencia, a la venalidad de las estructuras de poder y a su origen fraudulento. Las élites aprovecharon la vulnerabilidad del Estado y la ausencia de liderazgos políticos para imponer sus condiciones. El capitalismo de compadres se afianzó con las reformas negociadas por el PRI, PAN y PRD al principio del sexenio peñista. En sentido contrario, la cancelación de privilegios e influencia fortaleció al Estado. Los últimos reductos de los grupos de presión son el poder judicial, cuyas resoluciones casi siempre le han favorecido, y organismos como la Comisión Reguladora de Energía, el Instituto Federal de Telecomunicaciones y otros.

La administración federal ha cometido pifias monumentales debido al voluntarismo de López Obrador y a la ineptitud de algunos de sus colaboradores. El juicio excluye al secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, cuyo trabajo ha sido reconocido por organismos internacionales (Infobae, 29.03.23). El bombardeo de los poderes fácticos y de las oposiciones durante más de cinco años para recuperar posiciones y ventajas no logró someter a un Gobierno con amplio respaldo social. Los adversarios de la 4T fallaron por no haber formado cuadros competitivos para las elecciones de este año.

En vez de proponer un plan alternativo y soluciones asequibles para los grandes problemas del país (inseguridad, corrupción, salud, educación, crecimiento económico débil y un sistema judicial viciado) gastaron la pólvora en salvas. La oligarquía y la partidocracia a su servicio pagan el costo de haber dado la espalda a los sectores no solo menos favorecidos por las circunstancias del país, sino también castigados por la clase política y los grandes intereses económicos. El presidente López Obrador mantiene una aprobación del 69% (Oraculus, enero 2024) y su partido es el favorito para ganar las elecciones del 2 de junio próximo. Así lo reflejan las encuestas y la percepción ciudadana.

Relación tortuosa

Los medios de comunicación y las vacas sagradas del periodismo tampoco han escapado de la inquina presidencial. En las elecciones de 2006 los poderes fácticos acusaron a Andrés Manuel López Obrador de representar «un peligro para México». Una vez en la silla del águila, AMLO desveló nóminas y contratos del Gobierno de Enrique Peña Nieto con periodistas y editoriales por servicios de comunicación y publicidad. La primera vez lo hizo en la mañana del 23 de mayo de 2019. Entonces exhibió una relación de 36 sociedades y líderes de opinión que cobraron más de mil millones de pesos entre 2013 y 2018. De acuerdo con el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Datos Personales, cuatro empresas del exconductor estrella de Televisa, Joaquín López Dóriga, de las cuales hasta ese momento el público no tenía conocimiento, se embolsaron 251 millones de pesos (una cuarta parte del total).

En la misma lista figuraban Federico Arreola (SDPNoticias) en el nombre del Periódico Digital Sendero, con 153 millones de pesos (mdp), y Enrique Krauze, director de Clío y la revista Letras Libres, con 144 mdp. Óscar Ramón Beteta habría recibido 74 mdp; Beatriz Pagés, directora de la revista Siempre!, 57 mdp; y Comunicaciones Estratégicas Newlink, 47 mdp. En orden descendente les siguen Raymundo Riva Palacio (31 mdp), Ricardo Alemán (25 mdp) y Adela Micha (24 mdp). Algunos de los señalados replicaron la información sin desmentirla. Krauze dijo que el acto constituía un ataque a la libertad de expresión. «No me intimidarán», publicó en redes sociales.

Para Riva Palacio la embestida proviene de «una campaña para desacreditar periodistas». Horas después de las declaraciones del presidente en Palacio Nacional, López Dóriga difundió un tuit retador: «Registro el mensaje de la oficina del presidente @lopezobrador que es difamar para callar. Conmigo no lo logrará y asumo todas las consecuencias. En lo personal reitero que nunca he recibido un peso del Gobierno. Y a él le consta cuando fue jefe de Gobierno de la #CDMX». En casos así, los mejores escudos son la honradez, prestigio y la credibilidad.

López Obrador volvió a la carga en la rueda de prensa del 4 de agosto de 2021. Esta vez centró la atención en El Universal y Reforma, cuyo «enojo» contra su administración lo atribuyó a la reducción del gasto publicitario. Apoyado en información proyectada sobre una pantalla, dijo que los Gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Peña Nieto pagaron: 2 mil 092 millones de pesos al primero; y 987 millones al segundo. El conflicto de El Universal con el Gobierno es económico —advirtió— y el de Reforma «se vinculan las dos cosas: el dinero y la ideología conservadora».

En la mañanera del 11 de febrero de 2022, AMLO presentó una tarjeta, también amplificada en una pantalla, con el supuesto ingreso de Carlos Loret de Mora en 2021: 35.2 millones de pesos. «¿Ustedes creen que es porque se trata de un periodista de altos vuelos, muy inteligente, un buen escritor? No, es por golpeador», publicó en Twitter (ahora X). Loret refutó la información. «Pero aunque los datos sean erróneos, al presidente le cree mucha gente, y lo que ha hecho es ponernos a mi familia y a mí a merced de la delincuencia», expresó en un video difundido en sus redes sociales.

Para Carlos Jornet, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), «El caso Loret de Mola es un ejemplo de la postura vengativa del mandatario, quien usó información confidencial de datos fiscales para atacar al periodista» (LatAm Journalism Review, 15.02.22). El informe «¿Cambiar para seguir igual?» de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, publicado el 26 de septiembre de 2023, observa: «Llama la atención que se confíe menos en los medios de comunicación y en los empresarios que en el Gobierno en la tarea de eliminar la corrupción». Loret no se equivoca: al presidente le cree más gente. E4


López Obrador y Calderón, como dos gotas de agua

Jorge Volpi rebate al presidente, quien lo acusó de criticarlo por consigna. «En seis años no ha hecho nada para que dejemos de ser un país sin justicia», sostiene el escritor

Andrés Manuel López Obrador leyó al revés el artículo de Jorge Volpi («Es la justicia» Reforma, 13-01-24) donde le reprocha haber abandonado la agenda progresista de seguridad y justicia, y haberse echado en brazos del Ejército. El texto es impecable y el argumento irrefutable. La molestia del presidente, a juzgar por su reacción, no es porque el autor de Una novela criminal advierta que la estrategia de «abrazos, no balazos» siguió la misma línea punitiva que la de sus predecesores, sino porque lo desenmascara y lo presenta como el alter ego de Felipe Calderón: «En otra de esas paradojas de la historia de México, ambos rivales han terminado por parecerse como dos gotas de agua».

La comparación con Calderón, a quien acusa de haberle «robado» la presidencia en 2006 y de provocar la ruina del país, debe ser para AMLO la mayor ofensa. De lo contrario habría contextualizado el juicio de uno de los críticos más ecuánimes del poder en vez de incluirlo en la categoría de los «intelectuales orgánicos» entre los cuales cita a Denise Dresser, (Jesús) Silva Herzog, (Héctor) Aguilar Camín y (Enrique) Krauze. «Escriben por consigna», disparó el caudillo. Volpi, a quien el presidente dijo tener por escritor e intelectual equilibrado —«no tendencioso»—, es, sin embargo, de otra talla.

«Sigo creyendo con firmeza, como cuando era joven, que los problemas de México (…) solo pueden ser resueltos aplicando la agenda de la izquierda democrática: esa misma izquierda que usted —se lo repito— dejó atrás»

Jorge Volpi, réplica a AMLO

Ganador del Premio Alfaguara de Novela 2018 y miembro de la generación del crack [movimiento cuyo distintivo radica en no estar «asociado a una pandilla literaria (como la revista Vuelta)» ni contar «con un padrino mediático que divulgase las irreverencias de sus jóvenes integrantes» (Wikipedia)], Volpi dio a López Obrador una réplica tajante y respetuosa. Sin retóricas, poses victimistas —comunes en estos casos— ni recriminaciones, el autor de La guerra y las palabras (Seix Barral, 1994) le dice al presidente:

«Primero en Proceso, y luego en El País y en Reforma, expresé públicamente mis razones para votar por usted en 2006, 2012 y 20128: entonces no recibí ninguna consigna. Las decenas —literalmente: decenas— de veces que en estas páginas he escrito que el acto político más irresponsable y pernicioso de nuestra historia reciente es la guerra contra el narco iniciada por el presidente Calderón en diciembre de 2006 —muy poco después de las desaseadas elecciones que lo llevaron al poder, las cuales asimismo critiqué con vehemencia—, tampoco fueron producto de consigna alguna.

»Cada vez que denuncié la corrupción del régimen del presidente Peña Nieto, incluyendo la Estafa Maestra, no había consigna que me guiara. Menos aún cuando celebré su holgado triunfo en 2018. No había en Una novela criminal, donde documenté los abusos cometidos por Calderón, García Luna y sus secuaces, y menos en el documental homónomo de Netflix, que, en otra de sus mañaneras, usted invitó a ver a todos los mexicanos. En cambio, cuando me atreví a afirmar que ha incumplido la mayor parte de sus promesas de campaña y que en seis años no ha hecho nada para que dejemos de ser un país sin justicia —las cifras no mienten: el 99 por ciento de los delitos sigue quedando impune—, usted aprovechó su investidura para afirmar, sin fundamento, que lo
hago por consigna» (Reforma, 20.01.24).

Para desembozar y plantar cara a un presidente poderoso que abusa de la investidura y censura a quienes ven el país sin orejeras, como Volpi, se necesitan juicios sólidos, serenos y fundamentados. Cuando la «comentocracia» afrontar a un líder altamente popular con sofismas y otras veces con las vísceras, logra el efecto contrario: lo fortalece. La réplica de Volpi a López Obrador es también una declaración de congruencia. «Sigo creyendo con firmeza, como cuando era joven, que los problemas de México, una de las sociedades más desiguales y violentas del planeta, solo pueden ser resueltos aplicando la agenda de la izquierda democrática: esa misma izquierda que usted —se lo repito— dejó atrás. (…)

»De seguro puedo volver a equivocarme, pero aún confío que Claudia Sheinbaum se atreva a llevar a cabo este programa de izquierda democrática y espero que, más pronto que tarde, se desprende de las medidas neoliberales y conservadoras que, bajo la máscara de su discurso progresista, usted ha impuesto a su capricho, decepcionando a millones de votantes. Y, en el fondo, a todo México». Dos días después, Jesús Silva Herzog-Márquez lanza una crítica cuyo destinatario podría su compañero de sección: «Los intelectuales ofrecen razones para distanciarse del Gobierno agonizante al tiempo que brincan a elogiar a quien sí hará realidad el gran proyecto traicionado» («Autocracia que sabe sumar», Reforma, 22.01.24). E4


La figura presidencial y la narrativa de la 4T

La administración de AMLO recorta en más de dos tercios el gasto publicitario, pero el presupuesto se concentra en el 10% de los medios. La aprobación del presidente ronda el 70%

La política está llena de paradojas. Enrique Peña Nieto es el presidente que más ha gastado en medios de comunicación (61 mil millones de pesos) y el peor calificado de la historia (24%), incluso radica en el extranjero. Andrés Manuel López Obrador redujo el presupuesto publicitario y ha iniciado su último año de Gobierno con una aprobación del 68% y un rechazo del 29%. Oraculus promedia el resultado de las encuestas de El Financiero (55%/44%); Simo, (79/16); Demotecnia, (80/12); y Enkoll, (70/26) [Infobae, 11.04.24]. AMLO culpa al «periodismo mercantilista» de los embates mediáticos contra la administración y su proyecto transformador. «Como ahora no hay esa publicidad, los tenemos en contra, son nuestros adversarios», declaró en la mañanera del 17 de enero.

«Los medios y las instituciones que usualmente han aparecido como adversarios del Gobierno en el discurso presidencial muestran menores niveles de confianza entre los encuestados».

(Revista Mexicana de Opinión Pública, 09.07.23)

El Centro de Análisis e Investigación Fundar y la organización Artículo 19, con sede central en Londres, dieron a conocer el 16 agosto de 2022 que en sus tres primeros años de Gobierno, López Obrador gastó 26 mil millones de pesos menos que Peña Nieto en el mismo periodo. De los 8 mil millones de pesos erogados entre 2019 y 2021, Televisa, TV Azteca y La Jornada recibieron 2 mil 552 millones de pesos (29.52% del total). El 10% del padrón de medios, compuesto por 778 empresas, captó el 50% de la publicidad oficial y la otra mitad se asignó a las 768 restantes. Los recursos siguen concentrados en unos cuantos medios, apuntan las instituciones.

Organismos civiles, analistas, académicos y partidos de oposición demandaron durante sexenios —sobre todo en el de Peña Nieto— reducir el gasto publicitario por considerarlo excesivo. Las proclamas de «prensa vendida» resuenan en el tiempo sin que los medios de comunicación dejen de perder credibilidad. En México el 49% de la población desconfía de los periodistas (Edelman Trust Barometer, 2023). Un estudio de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM señala que «los medios y las instituciones que usualmente han aparecido como adversarios del Gobierno en el discurso presidencial muestran menores niveles de confianza entre los encuestados» (Revista Mexicana de Opinión Pública, 09.07.23).

En su número de enero, la revista interactiva Cámara, Periodismo Legislativo del Congreso federal dice al respecto: «La figura pública predominante de Andrés Manuel López Obrador y su narrativa de la 4T constituye una suerte de eje divisorio que define la posición general de los medios de comunicación en México. En un extremo aquellos que, por principio, reprueban todas y cada una de las acciones que emprende, aquí se pueden ubicar la mayoría de los consorcios mediáticos: en el otro extremo encontramos a quienes aprueban, apoyan y promueven todos los proyectos de AMLO, aquí se ubican algunos medios tradicionales, pero, sobre todo, el nuevo entramado de canales y comentaristas que despliegan su actividad en las redes digitales».

El gasto en los medios será siempre motivo de controversia. Sin embargo, los Gobiernos no pueden suprimirlo, pues la sociedad necesita ser informada y orientada sobre temas de seguridad, salud, educación, protección civil y otros de interés general. El problema ocurre cuando rebasa ciertos límites y se utiliza para presionar e influir en la línea editorial de las empresas; y en el peor de los casos, para imponer silencio. También, cuando los políticos se apoderan de periódicos, estaciones de radio y canales de televisión para conservar privilegios y comprar impunidad. E4

Enrique Peña NietoAndrés Manuel López Obrador
Gasto en publicidad
61 mil mdp8 mil mdp
Aprobación
24%68%

Torreón, 1955. Se inició en los talleres de La Opinión y después recorrió el escalafón en la redacción del mismo diario. Corresponsal de Televisa y del periódico Uno más Uno (1974-81). Dirigió el programa “Última hora” en el Canal 2 de Torreón. Director del diario Noticias (1983-1988). De 1988 a 1993 fue director de Comunicación Social del gobierno del estado. Cofundador del catorcenario Espacio 4, en 1995. Ha publicado en Vanguardia y El Sol del Norte de Saltillo, La Opinión Milenio y Zócalo; y participa en el Canal 9 y en el Grupo Radio Estéreo Mayrán de Torreón. Es director de Espacio 4 desde 1998.

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