El PRI se juega el todo por el todo; la sucesión, en rumbo de colisión

Los partidos del presidente López Obrador y del gobernador Miguel Riquelme toman posiciones —el primero en La Laguna y el segundo en Saltillo— para librar la gran batalla de Coahuila. Del resultado depende la primera alternancia y el fin del moreirato o la prolongación de la hegemonía del tricolor

Salazar, la casa de los $11 millones y El Decorador

Alejandro Moreno y el síndrome del búnker

La sucesión del gobernador entró en ruta de colisión. Es la batalla definitiva del PRI, pues del resultado dependerá su permanencia en el poder o el fin de una hegemonía de 94 años y del moreirato. Morena empieza a desplegar sus baterías en Coahuila para llegar a las elecciones presidenciales con 23 o 24 estados y asegurar seis años más en Palacio Nacional. El PAN se halla en medio de los trenes. Después de estar a un paso de la gubernatura en 2017 y de caer al tercer lugar en 2021, la circunstancia actual le favorece. En un proceso competido como el de hoy, Acción Nacional puede inclinar la balanza: si decide participar en la coalición «Va por México», lo cual aún no ocurre, podría salvar al rival de toda su vida, el PRI, de una eventual derrota.

El PRI domina todavía la agenda política y mediática del estado. Manolo Jiménez, delfín del gobernador Miguel Riquelme, aparece en los medios de comunicación un día sí y otro también. Mientras, el subsecretario de Seguridad Pública federal, Ricardo Mejía, se abre espacio en la prensa local, insuficiente todavía para ser conocido entre el grueso de la población. El aspirante de Morena a la gubernatura aprovecha su posición en el Gobierno federal y su cercanía al presidente Andrés Manuel López Obrador para compensar el déficit. El Heraldo de México publicó el 21 de junio una entrevista de Francisco Nieto con el político lagunero bajo el título «Fin, a la era Moreira». «El subsecretario asegura que no es bien visto por el Gobierno de Coahuila y hará lo necesario para frenarlo», dice el sumario.

Pasadas las elecciones del 5 de junio en seis estados, de los cuales Morena obtuvo cuatro, la atención nacional se ha centrado en Coahuila y Estado de México. Las elecciones de gobernador serán la antesala de las presidenciales. La intención de voto por Morena es del 39%, 12 puntos porcentuales por encima del PRI y 25% mayor que la del PAN, de acuerdo con la encuesta de El Financiero publicada el 22 de junio. La preferencia por la coalición Morena-PVEM-PT sube al 46% y por la del PAN-PRI-PRD, al 44%, lo cual significa un empate técnico. En Estado de México, la alianza oficialista aventaja al frente opositor por ocho puntos.

El senador Armando Guadiana encabeza las simpatías para ser el candidato de Morena. El apoyo entre la población abierta es del 25% y entre los morenistas, del 45%, según la encuesta. (En las elecciones de 2021, un sondeo del mismo diario le concedía una ventaja de 9% sobre el priista José María Fraustro, y sin embargo perdió). Le siguen Luis Fernando Salazar (16/18%) y el subsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía (14/16%). Manolo Jiménez es el favorito para encabezar la alianza PAN-PRI-PRD. El respaldo general es del 22% y del 38% entre la membresía partidaria. Guillermo Anaya figura en el segundo lugar del primer segmento (15%), pero en el segundo lo supera el diputado federal Jericó Abramo (20%).

En los careos, Guadiana aventaja a Jiménez en la intención de voto por un punto (43%/42%), y éste a Ricardo Mejía por tres (44/41%). El subsecretario de Seguridad Pública tiene el 42% de las preferencias, y Jericó Abramo, el 38%. El aspirante con más opiniones positivas es Jiménez (37%), seguido por Guillermo Anaya (36%), Armando Guadiana, Mejía (con el 33% cada uno) y Jericó (30%). El 29% de la muestra expresó una «mala o muy mala» impresión de Anaya. En cuanto a opiniones negativas, Mejía registra el 14% y Jiménez, el 16%. El caso de Anaya llama la atención, pues a pesar estar más de cuatro años fuera de los reflectores, su nombre sigue vigente en el imaginario colectivo. No de balde, pues en las dos últimas elecciones participó como candidato a gobernador. En 2017 estuvo a menos de 40 mil votos de ganar.

El 29 de junio, en su noticiero de Imagen Informativa, el periodista Pascal Beltrán dijo que el subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía, «lidera las preferencias de Morena para ser el candidato (…) a la gubernatura de Coahuila en 2023 de acuerdo con cuatro encuestas realizadas entre militantes y simpatizantes (…) levantadas del 20 al 25 de junio. Mejía obtiene el 30% de los apoyos por encima de otros aspirantes, como Luis Fernando Salazar y Armando Guadiana».

Sobre arenas movedizas

La elección del candidato de Morena a la gubernatura podría devenir en cena de negros. Ricardo Mejía, subsecretario de Seguridad Pública, es el aspirante con mayor antigüedad en el movimiento acaudillado por Andrés Manuel López Obrador. Renunció al PRI en 1997, cuando no fue postulado para diputado federal por Torreón. Armando Guadiana abandonó las filas del partido tricolor para sumarse a la campaña de AMLO en 2012. Luis Fernando Salazar brincó a Morena cuando el líder de la Cuarta Transformación ya se había ceñido la banda presidencial. Son los tres principales pretendientes al Gobierno de Coahuila para las elecciones del año próximo.

A diferencia del PRI, el cual se decantó desde un principio por el exalcalde de Saltillo, Manolo Jiménez; y del PAN, cuya derrota en las últimas elecciones desmoralizó a la militancia y a sus líderes, al punto de no tener hoy un aspirante a la gubernatura, la competencia por la candidatura de Morena entró en ebullición. Mejía, Guadiana y Salazar buscan posicionarse entre la población y los votantes del partido guinda, con todos los recursos a su alcance (medios de comunicación, redes sociales, espectaculares, sondeos), cuando el proceso formalmente no ha iniciado. La campaña de Jiménez inició hace dos años con el apoyo del aparato gubernamental.

Los suspirantes de Morena a la gubernatura desarrollan estrategias y barajan encuestas según su modo de ver y entender la política. Los tres han pasado por las urnas. Guadiana (senador) vio en la alcaldía de Saltillo el trampolín para suceder a Miguel Riquelme, pero el priista José María Fraustro lo venció. Salazar (exdiputado federal) perdió el registro como candidato a la presidencia de Torreón por no reportar los gastos de precampaña ante el Instituto Nacional Electoral. Mejía (legislador por Coahuila y diputado local y federal en Guerrero por Movimiento Ciudadano) es, de los tres, el más identificado con el presidente López Obrador.

Morena decidirá la candidatura por medio de encuestas, pero, como en los tiempos del PRI hegemónico, la última palabra la dirá el inquilino de Palacio Nacional. Si Mejía resulta ser el elegido, el riesgo es que Salazar y Guadiana, quienes lideran las preferencias, le hagan el vacío. En Durango, José Ramón Enríquez era el primero en los sondeos, pero Morena postuló a Marina Vitela. La coalición «Va por México» ganó las elecciones. La debilidad de la candidata y la división coadyuvaron al fracaso. ¿Pasaría lo mismo en Coahuila si alguno de los aspirantes se revela? Salazar lo hizo en la sucesión de 2017 y contribuyó a la derrota de Guillermo Anaya.

Si el Instituto Nacional Electoral se pone estricto y sanciona los actos anticipados de campaña, los pretendientes más activos podrían ser eliminados de la competencia. Mientras tanto, la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y la Fiscalía General de la República hacen su parte. Existen investigaciones que involucran a Guadiana y a Salazar. Al primero, por los «Papeles de Pandora», una investigación sobre inversiones en paraísos fiscales publicada por medios de varios países y el Consorcio Internacional de Periodistas Investigativos; y el segundo, por sus vínculos con el gobernador de Tamaulipas y compañero suyo en el Senado, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, acusado por la FGR por distintos delitos. Estados Unidos acusa al mandatario por supuestas conexiones con la delincuencia organizada. García será sustituido por Américo Villarreal (Morena), quien integró al extitular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, a su equipo de transición.

Rémora en Las Maravillas

Las zonas desde las que el PRI y Morena disputarán la gubernatura están definidas. Alejandro Moreno y el gobernador Miguel Riquelme encabezaron el 25 de junio en Saltillo el consejo político y la toma de posesión de los comités municipales. El día siguiente, Mario Delgado y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, presidieron en Francisco I. Madero la segunda Asamblea por la Unidad y la Movilidad. A Moreno lo persiguen los escándalos de corrupción destapados por la gobernadora Layda Sansores; y los dinosaurios tricolores demandan su renuncia por el fracaso de su gestión y la pérdida de 10 gubernaturas. El mitin del partido guinda centró la atención en los presidenciables Claudia Sheinbaum, Adán López y el líder senatorial Ricardo Monreal.

Marcelo Ebrard se contagió de COVID-19 y no pudo placearse en La Laguna donde el recuerdo del general Lázaro Cárdenas es imborrable. Tampoco se olvida el desdén de los agraristas al entonces candidato presidencial del PRI, Carlos Salinas de Gortari, cuyos actos en San Pedro y Madero fueron interrumpidos con palos y piedras por una masa enardecida. El voto lagunero favoreció a Cuauhtémoc Cárdenas, postulado por el Frente Democrático Nacional. Impuesto por el sistema en una elección fraudulenta y legitimado por el PAN, la reforma de Salinas al artículo 27 empobreció más al ejido, favoreció la concentración y especulación de tierras y provocó una mayor emigración del campo a las ciudades.

El presidente Andrés Manuel López Obrador conoce La Laguna y sus problemas. La zona es una de las más visitadas por el líder de la Cuarta Transformación. El Programa Agua Saludable resolverá uno de los problemas más acuciantes: el desabasto de agua y la contaminación de los mantos freáticos. La obra implica una inversión por más de 10 mil millones de pesos y beneficiará a 1.6 millones de habitantes de Coahuila y Durango. Grupo Lala ha cedido pozos y derechos de agua al programa.

El gobernador Riquelme se inclinó por un saltillense para sucederle (el exalcalde Manolo Jiménez) y cerró las puertas a otros aspirantes, según ha denunciado el diputado federal Jericó Abramo Masso, sin un plan B en caso de contingencia política. Morena decidirá en agosto quién su candidato. En la terna hay dos laguneros: Ricardo Mejía, subsecretario de Seguridad Pública, y el exsenador panista Luis Fernando Salazar Fernández. La baraja la completa el senador Armando Guadiana, oriundo de Nueva Rosita (Región Carbonífera), pero avecindado en la capital.

Mejía es el más cercano de los tres al presidente, y así se observó en la asamblea de Francisco I. Madero, por su posición en la estructura federal y su ascendencia en la base del partido guinda, para la cual ya es «gobernador». Salazar se vio un tanto extraviado, su militancia en la izquierda no termina de cuajar, pero sí su relación con Mario Delgado. Guadiana le tiene las velas encendidas a su jefe cameral, Ricardo Monreal, sin embargo, los afectos de López Obrador están en otro lado. Mejía ocupa el tercer lugar en las encuestas, pero ha empezado a remontar. En la Asamblea por la Unidad y la Movilidad ganó puntos. La Laguna es su zona natural. En Saltillo, la sombra de Alejandro Moreno, quien soñó ser presidente —si un ignorante y venal como Peña pudo, ¿por qué no él?—, es un lastre para el PRI y su virtual candidato. Alito, cuyos días en la jefatura tricolor están contados, contaminó el acto en Las Maravillas. E4


Salazar, la casa de los $11 millones y El Decorador

El portal de noticias SinEmbargo desvela una operación entre el aspirante al Gobierno y el subsecretario de Egresos del Estado; «no lo conozco», dice Luis Fernando

Quizá Luis Fernando Salazar no conozca al subsecretario de Egresos, Javier Herrera, pero fue él quien adquirió la casa en obra negra que puso en venta en el Fraccionamiento Cumbres de Torreón por 11 millones de pesos. La operación la realizó un corredor inmobiliario con la empresa «El Decorador Residencial, S. A. de C. V.», propiedad del funcionario estatal, de acuerdo con una investigación del periodista Álvaro Delgado. El contrato se firmó cuando Fernández ya militaba en Morena, dice el reportaje «Pasado y presente presionan a Salazar, ligado al calderonismo y al PRI de Coahuila» (SinEmbargo, 25.06.22).

Extraña que a pesar del número de ocho cifras, el aspirante de Morena al Gobierno del Estado no recuerde el monto exacto de la operación («11 o 12 millones») ni el año en que se realizó («2019 o 2020»). Delgado tiene los datos precisos. «El 20 de enero de 2021, cuando ya se perfilaba para ser candidato de Morena a la presidencia municipal de Torreón, en las elecciones de junio del año pasado, Salazar Fernández recibió en su cuenta bancaria de BBVA un depósito en cheque de 7 millones 100 mil pesos de la empresa El Creador Decoración, S.A. de C.V., propiedad del priista Herrera Arroyo».

«Nunca participé con esta persona, nunca supe quién era el dueño (de El Decorador). Se hizo la firma con un representante legal que no era él».

Luis Fernando Salazar, aspirante de Morena a la gubernatura

»Con los recursos económicos que obtuvo (…), Salazar Fernández pagó, a su vez, 3 millones 719 mil pesos a la empresa Canal XXI, S. A. de C. V., vinculada a Televisa», dice el texto. Salazar niega conocer al comprador. «Nunca participé con esta persona, nunca supe quién era el dueño de la empresa (El Decorador Residencial). Se hizo la firma con un representante legal que no era él. Desconozco quién era el socio de esta empresa ni he tenido trato jamás con él alguno y, al contrario, si alguien ha sido crítico del régimen he sido yo», declaró a Delgado.

El político lagunero admite el pago a Canal XXI, pero, aclara, fue para difundir uno de sus informes. ¿Tiene tanto qué dar a conocer un diputado? En cualquier caso, se protege: «No son recursos públicos y son recursos absolutamente declarados». Dedicar a un informe casi un tercio del ingreso por la venta de la casa parece un exceso de celo. Delgado repasa en su reportaje la vida política, los negocios y las relaciones de Salazar. Se asoció con Roberto Gil, exsecretario particular del presidente Felipe Calderón, y con Jorge Luis Lavalle («preso por recibir sobornos para votar a favor de la reforma eléctrica de Enrique Peña Nieto») en la empresa vinícola «Casa Sierra Santa». La compañía «nunca facturó un peso, nunca tuvo una cuenta de banco», declara Salazar. La quiebra la explica un pequeño detalle: compraron una propiedad sin agua.

Acerca de su relación con el grupo del expresidente Calderón, formado, entre otros, por Gil, Francisco Javier García Cabeza de Vaca (gobernador saliente de Tamaulipas), Ernesto Cordero y Lavalle, no solo se deslinda («dejé de tener comunicación con ellos»), también se dice decepcionado. El PAN le dio la espalda cuando denunció a Humberto Moreira por la deuda de 40 mil millones de pesos; y a su hermano Rubén, por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito. «Felipe Calderón, a través de la entonces Procuraduría General de la República exoneró al primero».

»Para mí fue un parteaguas terrible. Dejé de admirar a todos en el PAN, dejé de tener liderazgos en el PAN… Con Cabeza de Vaca, con quien tenía amistad, tengo tres años sin verlo (…) porque no me une nada. No puedo creer que el PRI que endeudó a mi estado, el PRI de los Moreira, sean los aliados de quienes son mis (ex)compañeros de partido». El trabajo de Delgado se publicó el mismo día de la Asamblea por la Unidad y la Movilidad de Morena, celebrada en Francisco I. Madero, con la asistencia de los presidenciables Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Ricardo Monreal. Un balde de agua fría para las aspiraciones de Salazar.

La investigación de SinEmbargo descubre un negocio millonario entre un morenista y un funcionario del Estado; y algo que despertó sospechas entre tirios y troyanos: el negocio del subsecretario de Egresos. Un día antes de la asamblea de Morena, el subsecretario de Seguridad Pública y aspirante a la gubernatura, Ricardo Mejía, se comprometió, en un video en redes sociales, a investigar la corrupción en la Secretaría de Finanzas. «El que tiene oídos para oír, oiga». E4


Alejandro Moreno y el síndrome del búnker

La permanencia de Alejandro Moreno en la jefatura del PRI pone en riesgo a la coalición «Va por México» y compromete las elecciones de gobernador en Coahuila y Estado de México y las presidenciales de 2024. Por tanto, el PAN y el PRD deben suspender negociaciones mientras se nombre al sustituto de Moreno, plantea el senador Miguel Ángel Osorio (Reforma, 24.06.22). El también exgobernador de Hidalgo y secretario de Gobernación de Peña Nieto acusa a Alito de «perder todo» (19 gubernaturas). El desprestigio por los audios sobre su fortuna y el desvío de recursos públicos («que él no ha salido a aclarar») tiran al partido, declaró a Mayolo López.

Atrapado en el ojo del huracán y desahuciado, Moreno intenta prolongar sus días en la dirigencia del PRI, pero cada movimiento lo hunde más. «Nadie somos imprescindibles» ni se puede aspirar a la candidatura presidencial y ser líder del partido al mismo tiempo, le recuerda Enrique de la Madrid, quien pretende ser postulado para presidente. «La situación de Moreno sí impacta, y estamos seriamente preocupados porque se trata de construir una alternativa para los mexicanos, y para eso se necesita (…) que haya buenos candidatos (…) y cuidar también el prestigio de los partidos».

Moreno se resiste a tirar la toalla. Su argumento, rebatible, es que fue electo para un periodo de cuatro años. Sin embargo, ningún estatuto está por encima de la Constitución (federal o local), y él abandonó la gubernatura de Campeche 14 meses antes de terminar su mandato para ocupar la presidencia del PRI por medios tramposos, apadrinados por los gobernadores. Alito puede ser corrupto, pero no es idiota, aunque a veces lo parezca. Se aferra al cargo por instinto, pues una vez fuera de la sede partidista será devorado por los tiburones. Las investigaciones de la Fiscalía General de Campeche y de la General de la República pueden derivar en su desafuero como diputado y su vinculación a proceso.

El líder del PRI está cada vez más aislado y busca apoyos hasta debajo de las piedras. El emplazamiento de nueve de sus predecesores —entre ellos su mentor Roberto Madrazo, quien impuso su candidatura presidencial en 2006— para que renuncie, lo respondió con una reunión con exgobernadores. Perdedores igual que él. Rolando Zapata (Yucatán), Alonso Reyes (Zacatecas), José Calzada (Querétaro), Ignacio Peralta (Colima), Salvador Jara (Michoacán) y Jorge Herrera (Durango) fueron sucedidos por panistas y morenistas. Rubén Moreira, otro de los asistentes, operó las elecciones de Campeche, Nuevo León e Hidalgo, donde la candidata de «Va por México» fue su esposa Carolina Viggiano. En todas perdió.

El partido fundado por Plutarco Elías Calles atraviesa su peor momento. Con solo dos gubernaturas (Coahuila y Estado de México) y la pérdida masiva de votos y de cuadros, su recuperación luce imposible. El descrédito de Moreno es irreparable y el silencio del PAN y el PRD frente a los escándalos de Moreno, refleja una crisis mayor. La coalición «Va por México» se tambalea. A menos de dos años de las presidenciales, no ha construido una sola figura capaz de competirle a los precandidatos de Morena (Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López). Tampoco ha podido dañar al presidente, cuya aprobación de más del 60% le reditúa votos a los candidatos de Morena. Las elecciones en Coahuila y Estado de México están a la vuelta de la esquina y en ambas la intención de voto favorece al partido de AMLO. E4

Torreón, 1955. Se inició en los talleres de La Opinión y después recorrió el escalafón en la redacción del mismo diario. Corresponsal de Televisa y del periódico Uno más Uno (1974-81). Dirigió el programa “Última hora” en el Canal 2 de Torreón. Director del diario Noticias (1983-1988). De 1988 a 1993 fue director de Comunicación Social del gobierno del estado. Cofundador del catorcenario Espacio 4, en 1995. Ha publicado en Vanguardia y El Sol del Norte de Saltillo, La Opinión Milenio y Zócalo; y participa en el Canal 9 y en el Grupo Radio Estéreo Mayrán de Torreón. Es director de Espacio 4 desde 1998.

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