El principito… necesario en tiempos de caos

Primero que nada, y solo para ponerme a modo, les prometo que esta columna no está escrita por inteligencia artificial… por ahora. Aunque los textos que se han presentado como ejemplo de las aplicaciones reconozco son bastante interesantes, por ahora no es el caso, pero escribo esto como un apunte para el futuro.

El principito es un libro infantil para adultos: generaciones enteras de lectores y lectoras comparten entusiasmo desde hace décadas por la fantástica historia contada por Antoine de Saint-Exupéry a 80 años de su primera publicación.

No daré por hecho que han leído el libro, por lo que les spoilearé un poco para que se animen para darle una oportunidad o bien recordarles un poco de qué va. El libro trata de un niño que vive en un planeta pequeñito con una rosa, dos volcanes y con brotes del árbol con los que hay que luchar. La rosa y el principito no se llevan bien, la rosa es gruñona y exigente. Así que el niño decide irse y emprende un viaje para explorar siete planetas. Su última parada es… (música de suspenso) la Tierra.

A 80 años de su primera publicación, no es un cuento para niños, sino más bien un recordatorio de la niñez que hay en cada uno de nosotros. La corta novela aborda en 27 capítulos grandes temas de la vida adulta, como el amor, la soledad y la muerte.

El Principito es el último libro de un apasionado de la aviación, Antoine de Saint-Exupéry, publicado por primera vez en Nueva York, en 1943. Tres años después fue traducido al francés (recordemos que estaba la guerra). Sin embargo, el célebre autor nunca llegó a verlo, ya que nunca volvió de un vuelo en la Segunda Guerra Mundial, en 1944.

Algunos lo desconocemos, pero Antoine de Saint-Exupéry escribió novelas muy aclamadas durante algunas etapas de su vida. Aunque recibió premios literarios, se consideraba, ante todo, piloto, y después escritor. El Principito fue, al principio, una decepción. Es un cuento agridulce, ilustrado por el propio Saint-Exupéry. Pero nadie se imaginó que este libro no sólo se convertiría en un éxito, sino también en el más vendido en la historia francesa. Desde entonces, se han vendido más de 200 millones de ejemplares y ha sido traducido a unos 340 idiomas y dialectos.

El libro está lleno de sabiduría. «Sólo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos» es probablemente el más famoso aforismo que hasta en tatuajes vemos. El cuento también contiene reflexiones de crítica social.

El principito experimenta extraños encuentros en cada planeta antes de llegar a la tierra: un monarca que busca súbditos, un borracho que bebe para olvidar la vergüenza de beber, un farolero que sólo ejerce órdenes, un vanidoso que quiere ser admirado, un geógrafo que explica el mundo, pero no lo ha visto, un hombre de negocios que se cree dueño de las estrellas.

«Todos los mayores han sido primero niños, pero pocos lo recuerdan», escribe Saint-Exupéry al principio de su obra literaria. Y es que, sin duda alguna, El principito nos recuerda, como ningún otro libro, lo que es la infancia.

Promotor cultural.

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