La evidencia es notoria en el sentido de que la Región Sureste de Coahuila, sin subestimar a las demás regiones, sigue posicionando al estado en los primeros lugares del Índice de Competitividad Estatal 2021, y con ello le van resultando puntos buenos al gobernador.
Esa fama de ser una región de gran calado de Coahuila y del país, se gesta por lo menos desde hace cuatro décadas, pues parte de las ventajas es el sitio geográfico bien aprovechado que tiene, concatenado a una mano de obra de calidad reconocida internacionalmente, además del respaldo vía incentivos que otorgan Estado y Municipio y las óptimas relaciones entre líderes sindicales y empresarios.
Esta región desde hace años es un lugar de atracción de empresas, no solo automotrices sino de servicios también, por su crecimiento constante, lo que fuerza a los gobiernos a seguir con una atención continua a las condiciones para su operación.
Saltillo, Ramos Arizpe y Arteaga son los engranes que han sabido embonar mediante un sostenimiento propiciado por sus autoridades.
Las otras regiones del estado tienen sus propios activos y sustancia impulsora explotando sus recursos naturales, pero que deben implementar acciones de diversificación económica para no depender de una sola fuente de trabajo, pues esto es muy riesgoso a que eventualmente se podría dar lugar a poner en peligro cuando ya no se pueda utilizar esa explotación de riqueza y extinguir la mano de obra en virtud de los adelantos tecnológicos, por lo que urge equilibrar con empresas de diferentes giros.
Este desarrollo sostenido ha permeado en la economía familiar, otorgando niveles de ingresos al trabajador que sobrepasan a otras regiones de país, lo cual contribuye a mejorar los índices de seguridad.
En los primeros cuatro meses de este año, se ha dado a conocer la instalación y ampliación en esta región de por lo menos cinco empresas que al lado de sus satélites van a contribuir, por lo menos, con cinco mil empleos, más los que pudieran llegar en el resto del año.
A esos trabajadores, una vez concluida la etapa de construcción o ampliación, más los miembros de sus familias y del crecimiento natural de la población, los gobiernos municipales tendrán que proporcionarles los servicios primarios que requerirán, además de las factibilidades de electricidad, gas, teléfono, agua, servicios hospitalarios, escuelas, lugares comerciales y de servicios y entretenimiento.
Claramente es muy difícil que los municipios, por sí mismos, cumplan con toda la gama de necesidades, por lo que tienen que recurrir al Gobierno del Estado y a la Federación, que ahora mismo no está muy de modo que digamos, para la satisfacción de esas exigencias, que obligadamente se deben cumplir para facilitar la instalación empresarial.
La cohesión de los grupos industriales que han mostrado su fortaleza y un gobierno proactivo en estos menesteres, constituyen la dupla irrompible para el impulso de las empresas instaladas y las que optan por su establecimiento en Coahuila, en donde esa afinidad es piedra angular para seguir en los primeros lugares de competitividad, cuyo resultado contribuye a proporcionar una mejor calidad de vida a los coahuilenses.
El aislamiento empresarial, el ver cada quién con ópticas distintas, favorece a un estancamiento que detiene el progreso. Se lo digo en serio.