El libro de Elena Chávez satura las redes con la promesa de desvelar los secretos financieros y personales del presidente López Obrador. Sin embargo, periodistas y analistas advierten sobre la falta de pruebas y cuestionan el financiamiento detrás de su profusa difusión
Literatura política: bombas y petardos
La aparición del libro El rey del cash: El saqueo oculto del presidente y su equipo cercano, escrito por Elena Chávez, expareja de César Yáñez —quien fuera coordinador de campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador— recuerda los cohetes que explotan cada fin de año. Mucho ruido… y nada más.
Su contenido concuerda con una tendencia que es afín a la mayoría de los presidentes de México: el lanzamiento de obras que los critican y denuestan, matizadas con encono y sustentadas en pruebas escasas (cuando no nulas). Los detractores del Ejecutivo hicieron eco de las páginas de un libro que pretende revelar aspectos oscuros tanto de la vida política y personal de López Obrador como de su círculo más cercano, con énfasis en Beatriz Gutiérrez Müller, segunda esposa del mandatario; Mario Delgado, presidente nacional de Morena; Gabriel García, senador por Morena; Alejandro Esquer, secretario particular de AMLO y, según la autora, su operador financiero; Ariadna Montiel, titular de la Secretaría de Bienestar; Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores; y Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de Ciudad de México.
«El rey del cash es una crónica nítida y sin concesiones a través de la cual se reconstruye la historia secreta política, personal y financiera de AMLO y su círculo más cercano».
Anabel Hernández, periodista
La tesis propuesta por Elena Chávez en el libro es sencilla: Andrés Manuel López Obrador utilizó grandes cantidades de efectivo que le hacían llegar periódicamente en sobres y maletas desde todas las latitudes del país para financiar sus campañas —incluida la presidencial—, giras y demás operaciones políticas. Dinero del cual, por supuesto, no se podía demostrar su existencia y que provenía de desvíos de Gobiernos estatales y municipales, pagos de funcionarios públicos obligados a «cooperar» y entregas de empresarios interesados en hacer futuros negocios en el Gobierno de AMLO. Si el libro demostrara la veracidad de este modus operandi destruiría la imagen de honestidad de López Obrador. El problema es que nunca lo hace.
«Este libro no demuestra ilegalidades ni problemas éticos de López Obrador ni de su movimiento. Demuestra que vivimos en un sano sistema político democrático en el que la libertad de expresión se está manifestando como nunca antes».
Federico Arreola, director de SDP Noticias
Al igual que los textos que fustigaron antes a los expresidentes Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón y Vicente Fox, El rey del cash se presentó también con muy altas expectativas para el público. La campaña de publicidad inició mucho antes de su lanzamiento y era de esperarse que se convirtiera en un éxito de ventas en pocos días para, de igual manera, terminar en el olvido como sucede en estos casos.
Uno de los defensores —y promotores no oficiales— de la obra es el académico Leo Zuckermann que encuentra elementos para considerar verosímil lo narrado por Elena Chávez a partir de la existencia de «asideros en la realidad» por casos similares que se han documentado como el video del empresario argentino Carlos Ahumada, entregando dinero al perredista René Bejarano, entonces presidente de la Asamblea Legislativa en 2004, cuando López Obrador militaba por el PRD y era jefe de Gobierno del Distrito Federal; por los videos de los dos hermanos del presidente, Pío Lorenzo y Martín Jesús, recibiendo en 2015 sobres de dinero, presuntamente para la campaña de Morena; y por los depósitos de efectivo que llevaron a cabo presuntos operadores financieros de López Obrador en sucursales de Banca Afirme, en 2017, para nutrir el fideicomiso propuesto por el Ejecutivo para ayudar a los pobres tras los temblores en Ciudad de México y Oaxaca.
A pesar de mostrarse a favor del libro, Zuckermann advierte que no se trata de un texto periodístico ni académico. Lo llama testimonio. De esta manera justifica la ausencia de investigaciones serias o fuentes que respalden su contenido.
La interpretación de Jorge Zepeda Patterson sobre El rey del cash es distinta. En su columna «El cash resultó morralla» (Pulso, 16.10.22) el periodista admite la sensación de «que la diatriba termina confirmando lo contrario a lo que pretendía. Si era el rey del cash, López Obrador resultó más bien centavero». Enseguida extrae fragmentos donde se exhibe la probidad y humildad del Ejecutivo antes y después de haber ganado la presidencia.
«El principal misil del libro intenta dar substancia a uno de los cuestionamientos históricos de los críticos de López Obrador: ¿de qué ha vivido? Pero es un aspecto al que se asoma por encima, con referencias a escándalos ya conocidos o presunciones de lo que interpretó (la autora) a partir de expresiones o gestos de quien fuera su marido. En el proceso, insisto, lo que sí demuestra es que más allá del origen de los recursos con los que haya vivido AMLO, el hecho es que ha vivido modestamente», concluye Zepeda.
Para el periodista y escritor Federico Arreola, El rey del cash «se escribió por cash y se ha difundido tanto por más cash» y hay mano negra detrás de eso. Así lo declaró a Julio Hernández (Astillero Informa, 12.10.22). Director de SDP Noticias y colaborador de López Obrador entre 2005 a 2011, Arreola desmiente a Elena Chávez en cuanto al financiamiento de las dos primeras campañas, en las cuales fungió como secretario técnico. Todo se hizo de acuerdo con los reglamentos e incluso con la participación de una abogada, dice. «Rechacé aportaciones que excedían los límites y que las ofrecían en efectivo porque no iba a ser el Lino Korrodi (recaudador de fondos para la campaña de Vicente Fox) de AMLO».
Sobre los «miles de millones de pesos» que la autora denuncia y de los cuales se aprovecharon los integrantes del equipo de López Obrador, Arreola refuta: «Yo no los vi. Yo no lo creo».
Cuestionado si el ruido en torno al libro es por su valor o por otros intereses, el director de SDPnoticias.com, considerado uno de los medios de opinión política de mayor consulta en México (Wikipedia), no se lo piensa dos veces: «(…) hay otros intereses (…) Este libro no demuestra ilegalidades ni problemas éticos de López Obrador ni de su movimiento. Demuestra que vivimos en un sano sistema político democrático en el que la libertad de expresión se está manifestando como nunca antes». Sobre la difusión de El rey por WhatsApp en formato PDF, por lo cual ni la autora ni la editorial protestan, ironiza: es «porque seguramente alguien ya les pagó», lo cual confirma la existencia de otros intereses.
La obra y la autora
Elena Chávez es egresada de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Trabajó en varios medios de comunicación y como reportera en el Senado de la República (1996) y en la Secretaría de Gobernación (1997). Colaboró en el Gobierno de Ciudad de México (2001-2014) y fue diputada constituyente.
Sin embargo, no fue ninguna de estas experiencias la que le sirvió para escribir El rey del cash, sino haber sido esposa de César Yáñez, con quien estuvo casada por 18 años. Héctor de Mauleón escribe en El Universal: «César Yáñez fue el hombre más cercano a López Obrador desde que este comenzó a aspirar al Gobierno capitalino. Fue, de hecho, una herencia de Cuauhtémoc Cárdenas. Acompañó a AMLO en sus luchas políticas hasta el triunfo electoral de 2018».
La estrella de Yáñez se eclipsó cuando en octubre de 2018 se publicaron fotografías de su boda con la empresaria Dulce María Silva, en Puebla. López Obrador asistió a la ceremonia, pero le desagradó por su suntuosidad. Yáñez se desempeña actualmente como subsecretario de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos.
Chávez dice de su libro, con un marcado acento comercial: «Este es un testimonio sobre los 18 años que viví cerca del presidente Andrés Manuel López Obrador, al ser pareja de su entonces jefe de prensa César Yáñez. Ellos dos son los protagonistas de esta historia llena de traiciones políticas, ambiciones personales, infidelidades, abusos laborales, corrupción y autoritarismo. Mi propósito es evidenciar cómo el poder ha sido el gran amor y la obsesión de López Obrador, y cómo el odio y el resentimiento han sido el alimento que lo sostiene.
»Cuento aquí a detalle cómo los operadores del presidente consiguieron durante mucho tiempo miles de millones de pesos para cumplirle a su jefe, y de paso también se sirvieron con la cuchara grande. No busco denostar a ninguno de los personajes que aquí aparecen, sino tan solo romper un pacto de impunidad. Los mexicanos tienen derecho a conocer la verdadera cara de la nueva mafia del poder o, mejor dicho, de la secta en el poder. Que vea quien quiera ver, y escuche quien quiera escuchar».
¿Contradicción o cautela?
«El rey del cash es una crónica nítida y sin concesiones a través de la cual se reconstruye la historia secreta política, personal y financiera de AMLO y su círculo más cercano, indispensable para entender el ADN del mandatario, de la llamada 4T y Morena». Así prologa Anabel Hernández el testimonio Elena Chávez.
La periodista de investigación y autora de La familia presidencial (2005) y México en llamas (2012), publicados en el ocaso de los Gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón, asegura que «la omertá —obligatoria o autoimpuesta en el primer círculo del hoy mandatario mexicano y de aquellos que se fueron afiliando, pagando literalmente su cuota— había impedido hasta ahora conocer las entrañas de lo que sucedió alrededor de AMLO en los últimos años».
Para demostrar que El rey del cash rompe esta ley del silencio y ahonda tanto en las presuntas irregularidades del Gobierno de López Obrador como en su vida privada, Hernández adelanta al lector algunos de los temas más candentes. Elena Chávez —asegura— «fue testigo de los tiempos en los que la ahora primera dama era empleada de AMLO, trabajaba en el segundo piso del edificio de Gobierno de la Ciudad de México y desde ahí “calculaba sus alcances laborales y personales”. Furtivamente y en secreto mantenía una relación sentimental con López Obrador, simultánea al matrimonio de este con Rocío. Esto provocaría durante años serios conflictos entre Beatriz y los hijos mayores del presidente».
Hernández arremete también contra algunos de los colaboradores más cercanos del presidente. «(Elena) Chávez también supo de primera mano de las andanzas de los principales aspirantes a ser candidatos a la presidencia por Morena en 2023: Marcelo Ebrard, actual secretario de Relaciones Exteriores, y Claudia Sheinbaum, la opaca, en varios sentidos de la palabra, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, la “corcholata” preferida de la pareja presidencial López Obrador-Gutiérrez Müller».
Los ataques y la predisposición hacia el presidente López Obrador llaman la atención cuando la propia Anabel Hernández, en un video compartido por NoticiaMX en su cuenta de Twitter, el 11 de octubre —fecha original de la publicación de El rey del cash—, confiesa en una presentación pública que nunca vio pruebas sobre las acusaciones de corrupción que se le imputan al Ejecutivo federal. «Yo, Anabel Hernández no he encontrado nada que tenga que ver con enriquecimiento ilícito; del que se quería acusar y generar el rumor para desprestigiarlo».
La prologuista de El rey del cash admite que tras semanas de investigación no logró dar con las evidencias de corrupción que, contradictoriamente, el libro sí enumera: «Yo he seguido los rumores de las fortunas, de los enriquecimientos de Andrés Manuel López Obrador… sí puedo afirmar que yo, que presumo de ser una periodista experta en investigar temas de corrupción, que le encontré las toallas a Fox, que le encontré los contratos a Manuel Bribiesca Sahagún, que exhibí a Juan Camilo Mouriño, que le encontré las propiedades al secretario de Seguridad Pública Federal (Genaro García Luna) y una mansión que se supone nadie debería saber dónde vive… les puedo decir que Andrés Manuel López Obrador, yo Anabel Hernández, no he encontrado nada que tenga que ver con ese enriquecimiento ilícito del que se quería acusar».
Y remata: «Por el contrario he encontrado testimonio de gente que lo conoce, de gente que está en su cotidianidad —no de amigos lambiscones—, incluso de un empresario de Monterrey que ha comentado que nunca había visto un hombre que viviera con tanta sencillez». E4
Literatura política: bombas y petardos
Publicar libros sobre presidentes, primeros ministros y líderes políticos —antes, durante y después de sus gestiones— es una práctica común en cualquier democracia y en los países donde la libertad de expresión se ejerce sin cortapisas y no para agradar a los poderosos. El impacto depende de la seriedad de cada obra, de la trayectoria y el prestigio de sus autores, así como de los premios que obtiene. Los hay basados en investigaciones periodísticas (el escándalo Watergate, de Carl Bernstein y Bob Woodward) que provocaron tormentas políticas, sacudieron el mundo y contribuyeron a la dimisión de un presidente tan poderoso como Richard Nixon.
Unos libros son bombas; otros, petardos. El de Bernstein y Woodward (Todos los hombres del presidente, 1974), ganadores del Premio Pulitzer (el segundo un par de veces), fue llevado a las pantallas bajo el mismo nombre. Robert Redford interpretó a Woodward y Dustin Hoffman, a Bernstein. La película ganó cuatro Premios Oscar (1977) en las categorías de mejor actor secundario (Jason Robards, quien caracterizó a Benjamin Bradlee, editor de The Washington Post), mejor dirección de arte, mejor sonido y mejor guion.
En México la alternancia favoreció la publicación de libros sobre las elites políticas y la corrupción gubernamental. País de caciques todavía, el líder petrolero Joaquín Hernández Galicia cayó en desgracia por apoyar la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas en las elecciones presidenciales de 1988. Según otras versiones, la persecución contra la Quina fue por haber financiado el libro ¿Un asesino en palacio?, según el cual Carlos —entonces candidato del PRI—, su hermano Raúl y un amigo (Rodolfo Zapata) «fusilaron» con un rifle calibre 22 a una empleada doméstica cuando eran niños. Excélsior publicó la noticia en primera página con este título: «Jugando a la Guerra Tres Niñitos “fusilaron” a una sirvienta». La empleada también era niña (12 años), era indígena y se llamaba Manuela.
Para conservar el poder, la «dictadura perfecta» debía someter a los medios de comunicación por las buenas o por las malas. El sistema sucumbió por el surgimiento de movimientos sociales, voces críticas y una prensa independiente. En el clima de libertad propiciado por la alternancia se han publicado libros de Rafael Segovia (La política como espectáculo. El sexenio de Vicente Fox), Raúl Olmos (Fox: Negocios a la sombrea del poder), Olga Wornat (Felipe, el oscuro), Julio Scherer (Calderón de cuerpo entero), Alfonso Zárate (El país de un solo hombre. AMLO y el futuro crítico de México) y José Antonio Crespo (AMLO en la balanza: De la esperanza a la incertidumbre), entre muchos otros autores.
Hay libros cuyo efecto es inmediato y sepultan a un jefe de Estado, apenas en el segundo año de Gobierno. Es el caso de La casa blanca de Peña Nieto. La historia que cimbró un Gobierno, basado en una investigación del equipo de Carmen Aristegui en MVS Radio sobre la mansión adquirida en siete millones de dólares a un contratista amigo del presidente. Los periodistas Daniel Lizárraga, Rafael Cabrera, Irving Huerta, Sebastián Barragán y la titular del programa fueron despedidos, pero ganaron el Premio Gabriel García Márquez (2015), el Nacional de Periodismo (el mismo año) y el de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación en las Américas.
Contra López Obrador se han publicado infinidad de libros. Entre ellos La casa gris, de Raúl Olmos, sobre una residencia arrendada en Estados Unidos por uno de los hijos del presidente y su esposa, y más recientemente El Rey del cash, de Elena Chávez. Ninguno ha logrado todavía destruir el teflón del presidente. (GHG) E4