El Rey. Diez asedios multidisciplinarios a José Alfredo Jiménez

Para Miguel Prado Ruiz, la raíz de mi vida

El 23 de noviembre de este año, José Alfredo Jiménez, el «Maestro de la composición», cumple 50 años de haber fallecido. Un grupo de amigos escritores nos atrevimos a rendirle pleito homenaje con un libro que intitulamos El Rey: diez asedios multidisciplinarios a José Alfredo Jiménez. El libro fue coordinado por José Antonio Farías Hernández y por quien esto escribe. En el texto se debaten una variedad de hipótesis en torno a la figura de quien ha convocado desde hace décadas a la familia mexicana a la fiesta de la alegría. Pablo Arredondo, por ejemplo, intenta revisar la mexicanidad en los temas musicales del Patrono de las cantinas. Advierte cómo la soledad, rasgo característico del mexicano, ha sido puesta en jaque gracias a las creaciones de José Alfredo. Hans Olvera ve en el ídolo de Dolores Hidalgo al espejo emocional de México y de Latinoamérica. Subraya el aspecto antidepresivo de la obra del cantautor. Lucy Álvarez reconoce que los versos de José Alfredo «son irregulares, pero, sin duda, musicales» (p. 18). José Antonio Farías señala que, probablemente, José Alfredo no sea el compositor más querido de México, pero sí el más re-querido. Además, acomete la tarea de presentar las mejores interpretaciones del autor de «La media vuelta».

Por mi parte destaco en el texto de marras algunas facetas singulares del creador de «El Rey». José Alfredo relativizó el dinero, fue un hombre por demás agradecido con la vida y con el pueblo, vivió en modo dionisiaco y quizá por eso su existencia fue breve, buscó generosamente la felicidad de los demás y se comportó más bien como un Casanova que como un Don Juan en su relación con las mujeres. En su obra se aprecia un sentido de justicia y podría ser señalado, contra todos los pronósticos, como un maestro en la búsqueda del sentido vital. A lo largo del texto juego con el palíndromo de mi hermano Gilberto «Eso jamás ama José» para resaltar las virtudes de este coloso de la música ranchera.

El 22 de noviembre de este año, mi padre, Miguel Prado Ruiz, cumple 50 años de haber abandonado este «valle de lágrimas». Mi hermano Miguel, con ingenio y chispa, atinó a decirme: «A nuestro padre le fue mejor que a José Alfredo, pues murió el día de Santa Cecilia, el día del músico». Esta feliz coincidencia entre José Alfredo y mi padre, cumplir 50 años con un día de diferencia, queda puesta de manifiesto en el magnífico texto que nos regala Gilberto Prado Galán en el libro que nos reúne hoy. Hemos bautizado dicho texto «El oído mágico de José Alfredo», pues en él, el inmarcesible escritor palindromista demuestra, con multitud de ejemplos, el extraordinario manejo de la métrica del autor de «Paloma querida».

Gil moteja a José Alfredo como un «monstruo de la intuición métrica». Y alcanza a ver en las canciones del nativo de Dolores Hidalgo una alianza entre la fuerza conceptual, la métrica y la intensidad. Descubre con Ezra Pound en sus temas musicales la «fanopeia», la «melopeia» y la «logopeia», es decir, la imaginación, la música y la inteligencia que la buena poesía debe poseer.

Papá nos heredó el buen humor. Todavía recuerdo que, en sus últimos días, asolado por la enfermedad, atinó a contestarnos con ironía «¿te dejó herencia?», ante nuestro comentario respecto a que Roberto Clemente había muerto en un accidente aéreo llevando luz y esperanza a las víctimas del terremoto de Nicaragua.

En alguna ocasión, el sordo de oro, Ludwig van Beethoven, aseguró que «la música es una revelación más alta que la filosofía». Hoy, la música de José Alfredo sigue animando todos los rincones de nuestra patria y más allá de sus fronteras. Anima y con ello le dificulta a la entropía y a la segunda ley de la termodinámica desplegar su labor destructiva. Forma parte con justicia del Parnaso de la música vernácula. Celebro estos 50 años de vida inmortal de José Alfredo y de la raíz de mi vida, mi padre.

Referencia:

Farías, José Antonio y Prado Galán, Javier, El Rey. Diez asedios multidisciplinarios a José Alfredo Jiménez, Arteletra/Colofón, México, 2023.

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