Ayer por la tarde escuché de nuevo tu voz
El viento susurró tu nombre en mi oído
Me ilusione otra vez, pero hallé sólo tu silencio
A lo lejos me pareció ver tu sombra
Y por un instante mis ojos brillaron de nuevo
Pero todo fue una punzante ilusión.
Con un beso dulce te despediste esa tarde
Nunca imaginé que sería la última vez que te vería
Han pasado más de veinte años
Y aún te espero como cada tarde
Pero sé que tú no llegarás.
Te recuerdo como fuiste algún día
Hermana, hija, amante, madre, esposa
Toda entera con la frente blanca y con las manos llenas de sueños
El consuelo de ver tu retrato en todas partes
En los postes, en las paredes, en los periódicos
En las tristes miradas que se posan sobre tu retrato vació
Ya no me ampara como antaño
Te has ido ¡Miento! Te ha despojado de mi pecho
Y mis amaneceres se tornan oscuros
Porque no saber dónde podré encontrar de nuevo tu tierna mirada
Tu dulce boca y tus manos puras
Por no saber quién ha roto tu cuerpo
Igual que la hoja en otoño
Por no saber cuándo nos veremos de nuevo
Han pasado más de veinte años y aún vives en mi memoria
Y en la memoria de todos los que te amamos.