PARTE I
Señora Mariana Salas Muñiz, usted habla mandarín, porque vivió en China, además de inglés y hebreo, lengua del país donde reside actualmente.
Pregunta. ¿Qué profesión tiene usted y de qué universidad egresó?
Respuesta. Estudié Relaciones Internacionales en la Universidad del Valle de México Campus Saltillo. Y vine a Israel a estudiar un Máster en Seguridad y Diplomacia en la prestigiosa Universidad de Tel Aviv.
P. Mariana, usted vive con su esposo y dos hijos en Israel, cuya bandera ostenta la Estrella de David, el más grande guerrero de esa nación ¿Esa estrella ha cambiado su percepción de la vida? ¿Y qué siente al escuchar el ulular de las alarmas antiaéreas?
R. Totalmente ha cambiado mi perspectiva de la vida. Yo buscaba mi desarrollo profesional y estudiar una maestría en Seguridad. Y cuando analicé las opciones que había, Israel cumplía con todo lo que buscaba; un país especializado en seguridad por los continuos ataques terroristas que enfrenta. Aquí han tenido que desarrollar una muy sofisticada tecnología de defensa, recuerda que muchos judíos, muchos, han ganado el Premio Nobel, aquí hay muy renombrados científicos y además yo quería entender de primera mano el conflicto árabe-israelí, porque es muy fácil juzgar un problema cuando no se vive de primera mano. Además, Israel es un país muy seguro para las mujeres. Mi maestría en Seguridad y Diplomacia me dio todas las herramientas para entender el conflicto de manera presencial. Llegar a Jerusalén y ver que es tierra sagrada para judíos, musulmanes y cristianos es ya un desafío para la convivencia pacífica. Aquí hay árabes conviviendo de manera cordial en las universidades, comercios, bancos, el Parlamento, es una realidad. El mejor amigo de mi profesor del conflicto árabe-israelí en la Universidad, Uria Shavit, era un musulmán que nos acompañaba a todos los viajes para conocer mejor la historia del islam. Justamente en 2014, cursando mis estudios en Seguridad, experimenté mi primer conflicto de Israel con Gaza, la Operación Protective Edge, debido al secuestro y asesinato de tres adolescentes israelíes por terroristas de Hamás y seguido por lanzamientos constantes de misiles hacia Israel desde Gaza. Fue la primera vez que escuché las alarmas antiaéreas y son estremecedoras, y luego tener que correr a un refugio. Desde ese día me di cuenta que esto ha sido el día a día de todos en Israel por muchos años, desde el Holocausto, los cautiverios, la Diáspora, miles de años de acoso. Israel tuvo que implementar un aparato de defensa llamado el Domo de Hierro, un sistema que intercepta los misiles que son lanzados en ataques sistemáticos. Imagina un sistema de defensa para que te proteja de los ataques continuos de tus vecinos desde todas tus fronteras. Internamente Israel es un país muy seguro, únicamente que estamos en alerta máxima por los continuos atentados de radicales islámicos que solo quieren la destrucción del Estado de Israel. El conflicto actual es uno de los más intensos, tal vez, desde la Guerra del Yom Kipur, porque hemos sido atacados de una forma barbárica y llena de odio. El Holocausto nos demostró que hubo una saña inaudita y devastadora contra el pueblo judío y ahora, todos los israelíes, como mi esposo y mis hijos, yo misma también, estamos dispuestos y preparados para que eso no se repita nunca jamás.
(Continuará)