Prevención del golpe de calor

Para evitar sufrir una insolación es necesario adoptar una serie de medidas fundamentales: 

Hidratación: es la más importante de todas. Hay que mantener el cuerpo convenientemente hidratado, bebiendo mínimo de 2 a 2.5 litros de agua al día.

Atención: ¿Por qué la recomendación anterior? Porque «fisiológicamente normal», transpiramos, mínimo, 500 ml de agua por la piel en 24 horas, a una temperatura fresca sin sudoración; expiramos otros 500 ml de agua en 24 horas durante la respiración, y unos mil a mil 500 ml de orina en 24 horas. Pero, durante los días de calor, las pérdidas de agua en el sudor aumentan considerablemente y dependiendo de la actividad física y el grado de temperatura elevada, se pueden perder de tres a 10 litros, aproximadamente en 24 horas, y en caso de no reponer esos líquidos, corremos el peligro de choque hipovolémico mortal, ya que la deshidratación impide la expulsión de nuestro calor corporal y nos hace más sensible al golpe de calor.

Ojo futbolistas de todas las categorías, principalmente la de «Vejet-arianos»: Alguna vez, en tiempo caluroso y hace ya varias décadas, en que aguantaba los dos tiempos de un partido de futbol y a todo vapor, llevé mi báscula de pie al campo de fut, me pesé antes y al final del juego, al terminar exprimí mi playera, chorreaba agua sudada, bajé tres kilos, no de grasa sino de agua. Es decir, perdí unos tres litros de agua en 90 minutos de ejercicio intenso.

Recomendación

Llegar al juego bien hidratado, verificar esto revisando la lengua, debe estar húmeda y rosada, si es blanca, seca, «sarrosa», y en grado extremo se ve como «algodoncillo», esto es un signo de que nos falta agua, si empezamos a jugar deshidratados ya le estamos dando ventaja a los golpes del rey sol. Ingerir sal normal en los alimentos.

Después del juego oficial, hay que seguir jugando el «tercer tiempo» de fut, ingiriendo ya sea agua pura o de sabores pero agregando sal común, una media cucharadita por litro, con el fin de reponer los dos, tres o cuatro litros perdidos o en su defecto, reponer esos líquidos…«anque» sea con caguamas, eso sí, agregando la sal recomendada por cada litro y cuidando de no malpasarse porque la «polecía siempre vegila», ya se han sucedido penosos casos de levantamientos de «vejetarianos», por «embotellamientos».

¿Por qué la sal?

La sal es esencial para la vida y para mantener la presión arterial, el bombeo cardiaco y la fuerza de contracción muscular en reposo y obvio, durante el ejercicio. Por cada litro de sudor se pierden unos dos gramos de sal, si no la reponemos nos baja la presión arterial nuestros músculos se debilitan y podemos sufrir calambres musculares, los latidos del corazón son débiles puede haber arritmias cardiacas y si por la edad ya tenemos cierto grado de arteriosclerosis, pues nos podemos infartar o sufrir graves golpes de calor. Estos han sido los factores en que me he visto obligado a asistir a varios compañeros de juego por agotamiento por el calor, deshidratación y hasta infartos fulminantes. Y otro ojo: si a nuestra edad alguien acude «crudo» a jugar, se les da ventaja a los golpes del rey sol.

Se sabe que una espina saca otra espina. ¿Será posible neutralizar los golpes del rey sol con una que otra caguama de Sol… con sal?

Un ojo más: en los tiempos modernos existe la aberrante recomendación de no agregar sal a los alimentos, con eso del terrorismo médico en relación con la presión alta, prohíben la sal. La sal no es la causa de la presión arterial elevada y debemos comer la sal normal, sanos o hipertensos, debemos evitar los excesos, nada más, pero nunca evitar la sal. Esta recomendación de evitar la sal, con lo que no estoy de acuerdo, está facilitando la insolación y deshidratación  pues con frecuencia observo personas deshidratadas, principalmente las que están tomando medicamentos para bajar la presión algunos de los cuales son diuréticos,  cuyo efecto colateral es eliminar sal (sodio) en la orina.

Además: Lo más conveniente, especialmente para las personas mayores y los niños, es llevar siempre una botella de agua encima y beber a pequeños sorbos cada cierto tiempo, incluso si no se tiene sed. A nosotros los «vejetarianos» por la edad, nuestro centro de la sed ya no funciona a plenitud, por lo que debemos tomar agua, aunque no tengamos sed.

La fruta y la verdura fresca también contribuirá a una buena hidratación.

Algunos recomiendan que hay que evitar las bebidas con cafeína y alcohol, ya que tienen un efecto diurético, lo que contribuye a la deshidratación. Parcialmente recomendable. Yo recomiendo el café caliente con sal, sobre todo cuando las temperaturas están muy altas y durante la llamada «calma chicha» en que no sople el dios Eolo (viento). Mi argumento, es que el que provoca vasodilatación y sudoración, el sudor es un mecanismo para expulsar calor y prevenir la insolación (golpe de calor) ya que el sudor (agua) es buen conductor del calor y lo expulsa del cuerpo, por ello cuando hay fiebre alta se recomiendan compresas frías o baño de agua. La sal agregada al café caliente, previene que disminuya el sodio durante la sudoración.

Caminar por la sombra siempre que se pueda.

Recuerdo un compañero veterano de fut, el celebérrimo y extinto Güero Loya, en tardes calurosas, en la cancha de fut, se ubicaba en la sombra de algún campo, ahí recibía el balón y lo pasaba magistralmente a un compañero, sin moverse de la sombra. ¡Astuto veterano!

Ropa adecuada: ha de permitir la transpiración. Para ello ha de ser ligera, holgada, mejor blanca (rechaza la luz solar) y de algodón, que permita la transpiración. Las fibras acrílicas retienen más el calor y dificultan la transpiración. Puesto que las playeras oficiales son de acrílico, yo utilizo una playera de algodón, debajo de la del juego, el algodón es absorbente del sudor y con ello facilita la expulsión de calor.

Atención: Hacer ejercicio a altas temperaturas, vestido con chamarras y pantalones de lana «kiske» para quemar calorías y así bajar de peso puede ser peligroso: la función de una cobija para el frío es evitar que el calor del cuerpo se disipe en el aire, es decir, la cobija funciona como aislante y retiene el calor en el cuerpo facilitando la insolación.

Humor de canícula:

—Señor policía le juro que mi esposo murió por un golpe de calor, fue a jugar un partido de futbol veterano, tardé en llegar a casa por un embotellamiento y llegó bien «asoleado».— le decía una ama de casa al policía.

—Lo sé, señora, yo también juego los sábados, sé lo que sucede. Pero ahora suelte la plancha y levante las manos con cuidado.

Lea Yatrogenia

Egresado de la Escuela de Medicina de la Universidad Veracruzana (1964-1968). En 1971, hizo un año de residencia en medicina interna en la clínica del IMSS de Torreón, Coahuila. Residencia en medicina interna en el Centro Médico Nacional del IMSS (1972-1974). Por diez años trabajó como médico internista en la clínica del IMSS en Poza Rica Veracruz (1975-1985). Lleva treinta y siete años de consulta privada en medicina interna (1975 a la fecha). Es colaborador del periódico La Opinión de Poza Rica con la columna Yatrogenia (daños provocados por el médico), de opinión médica y de orientación al público, publicada tres veces por semana desde 1986.

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