Equidad por conveniencia ¿o por democracia?

México no se queda atrás, la democracia de que tanto se habla, la cual está en pañales y parece seguirá así por mucho tiempo, ahora parece ser justiciera y comprensiva, el próximo año pasará a la historia porque en las boletas electorales estarán dos mujeres compitiendo por la presidencia de la república, Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum.

Otro hecho que marcará un parteaguas en la vida política e histórica será que nuestro país será dirigido por una de ellas. Es momento de las mujeres y quedó claro. Pero seamos sinceros, como dicen «al pueblo dile lo que quiere escuchar aunque no lo cumplas», el prometer no empobrece, en un país como el nuestro la clase política tiene muy poca credibilidad y el pueblo está cansado. Por eso es que siempre el enemigo a vencer es el abstencionismo ciudadano.

Hoy la estrategia no cambia del todo, se da la oportunidad de que la mujer realce su participación pero detrás de todo esto está un sistema político podrido, que por cada acierto, comete diez errores.

Es una mentira que la política evoluciona, las campañas son solo para desprestigio y el pueblo solo se convierte en espectador. No se solucionan los problemas que nos tienen cada vez más hundidos en la esperanza de poder salir adelante. La ciudadanía es solidaria y fuerte, quizás es por eso que la costosa y deficiente clase política sigue dando el mínimo esfuerzo por cambiar la situación del país.

Hemos visto que otros países han ya logrado tener mujeres en la presidencia, pero México no entra a este cambio por evolución, entra por conveniencia. Seremos centro de atención de algunos países y admirarán y reconocerán ese gran logro pero detrás de todo ello debe haber en verdad un cambio en cómo se trabaja y ver qué resultados positivos se logran.

Habrá colectivos de mujeres que se van a dividir, y es válido, para apoyar a su candidata. Pero no olviden que el bien debe ser común y no, como siempre, para solo unos cuantos. Es triste ver que los cambios se den por conveniencia y no por merecimiento, mucho menos por democracia.

En estas elecciones y otras más las mujeres tienen la oportunidad de decidir, ya que son mayoría en nuestra población. Esperemos ver campañas y propuestas de altura a las necesidades y exigencias de un país que se mantiene de pie y donde a veces el enemigo número uno son los mismos gobernantes, que no quieren detonar las oportunidades y riquezas que México tiene. Veremos si estas elecciones son una gran farsa por el escenario que se desarrollará o bien es el inicio del nuevo rumbo que tomará la política y el país y poder avanzar conjuntamente de manera equilibrada y no de manera intermitente.

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