El trece de abril, Eliseo Mendoza Berrueto cumplió 90 años. Un coahuilense de excepción. Figura ecuménica en el escenario político, leal a una ideología, a sus principios, a la amistad y a sus pasiones. Político clásico en el mejor sentido de la palabra, cumple 90 años de una vida fructífera y llena de logros en lo político y en lo humano. Desde su etapa de estudiante se destacó como dirigente en la escuela Normal del Estado, una de las instituciones más prestigiosas desde esa época en el estado de Coahuila. Con un grupo de cinco compañeros se «juramentaron» que, al terminar sus estudios como maestros, se irían a la ciudad de México a trabajar y a seguir estudiando; solo él cumplió su promesa. En esa época la UNAM y el IPN o las universidades americanas eran la única alternativa para seguir ascendiendo en la vida académica.
Al llegar a la ciudad de México laboró como maestro de la escuela primaria «18 de Marzo» y se inscribió en la Escuela Nacional de Economía. En esa escuela empezó a participar en la vida política estudiantil donde hizo amistades y relaciones que serían definitivas en su desarrollo político y académico. Al terminar la carrera se fue a la Universidad de Leiden, en Holanda a estudiar Desarrollo Regional con Jean Timber, un maestro quien en ese momento representaba la vanguardia en los trabajos sobre desarrollo regional. Eliseo terminó sus estudios con mención honorífica y regresó a México después de haberse dado una excelente zambullida en la cultura europea.
El primer trabajo que realizó fue el desarrollo del Plan Lerma. Vivió en Guadalajara, donde reunió a un grupo de economistas y de instituciones que le permitieron presentar uno de los estudios más importantes de desarrollo regional del país. De ahí el maestro Víctor Urquidi, de el Colegio de México lo invitó a trabajar en esa prestigiada institución. El Colegio era, y es, parte importante de la inteligencia de México. En esa institución participó en la enseñanza, en los trabajos institucionales y creó nuevas áreas que ampliaron el espacio económico del país. Su vida académica en esa institución fue un éxito. De ahí lo invitaron a trabajar en la campaña política del presidente Luis Echeverría, que tuvo la idea maravillosa de integrar a académicos prestigiados en su gobierno.
Durante ese sexenio de tantas transformaciones desempeñó el puesto de subsecretario de Comercio, atendiendo las áreas del comercio exterior e interior de México. Nuestro país renovó e impulsó su relación con los organismos regionales de integración, ALALC, Consejo de ayuda mutua económico; Cepal (Comisión Económica para América Latina) y Comunidad Económica Europea. Se hicieron propuestas importantes como la Carta de los deberes y derechos económicos de los Estados, se apoyó a Cuba y a Chile. Fue sin duda alguna la etapa más participativa y trascendente de la política exterior de México. En todos esos escenarios la presencia de Eliseo Mendoza fue una figura de primera línea manteniendo y defendiendo la soberanía nacional y la autodeterminación de los pueblos.
En la política local, al terminarse el sexenio de don Luis Echeverría, participó como candidato a senador por el Estado de Coahuila. Ya como senador, al poco tiempo, Fernando Solana lo invita para que sea subsecretario de Educación Superior. Este puesto lo pone en relación directa con todos los rectores de las universidades del país, con los cuales realiza el primer Plan Nacional de Educación Superior de la República Mexicana. No existía un plan nacional.
Amigo del licenciado Miguel de la Madrid, durante la campaña electoral lo nombra presidente del Consejo Consultivo del IEPES. Es el único grupo político que organiza asambleas de desarrollo en todo el país.
Eliseo publica 32 tomos donde se consignan las propuestas de los hombres más lúcidos en cada Estado, comprometidos con el desarrollo de México. A Eliseo lo nombran subsecretario de Energía. En una secretaría de reciente creación. Nuevamente despliega su imaginación y talento. Se acerca a los países petroleros. Es el primer representante de México en la OPEP, asiste como observador y, al poco tiempo, la mesa directiva de ese grupo petrolero filtra la noticia de que, si México entra a la OPEP, Eliseo sería secretario ejecutivo de ese organismo. Las condiciones de la política petrolera mundial se transforman y nuestro país decide no incorporarse a la OPEP, pero queda el reconocimiento que los dirigentes de ese grupo económico tan importante le hacen al «joven Eliseo», como lo nombraba en esa época un conocido columnista.
En las elecciones intermedias del sexenio lo postulan como candidato a diputado federal por un distrito de Coahuila. La verdadera sorpresa es que lo nombran líder de la Mayoría priísta y, en automático, presidente de la Gran Comisión de la Cámara de Diputados.
Como presidente de la Gran Comisión mantuvo una cordialidad y un ritmo de trabajo sorprendente con todos los diputados de las diferentes fracciones parlamentarias. Cada que se acercaba el cambio del ejecutivo en algún Estado, Eliseo hacía unas notas para el presidente de la república, recomendando a un diputado o diputada, como fue el caso de Beatriz Paredes, que tendrían méritos suficientes para gobernar esa entidad. Al llegar la elección de Coahuila, Eliseo, con ese sentido del humor que lo caracteriza, le comentó al presidente: «para Coahuila no tengo a quién recomendarle». Al poco tiempo, Jorge de la Vega, entonces presidente del Partido Revolucionario Institucional, busca a Eliseo para comentarle algunos asuntos de la política interna de Coahuila. Al día siguiente, en una asamblea del PRI realizada en su nuevo edificio en Saltillo, surge el nombre de Eliseo como candidato a la gubernatura del Estado.
Gana la elección y empieza un gobierno lleno de aciertos en un mundo convulsionado por la crisis económica y el cambio del modelo de desarrollo. La llegada de Carlos Salinas como presidente y la instauración del modelo de desarrollo neoliberal causan desasosiego y discrepancias internas en el país. Diversos son los logros para Coahuila en una época de crisis, se instituye el programa de desarrollo «Trabajemos juntos», en los cuales participa el gobierno del Estado, el municipio y la federación. A veces sólo el municipio y el gobierno estatal. La falta de presupuesto federal se manifiesta en diversas formas, pero se suple la mayoría de las veces con imaginación talento y solidaridad. Pequeñas y medianas obras van transformando la fisonomía de Coahuila.
En lo social y cultural Eliseo inicia un programa para incorporar a los jóvenes creadores que estaban marginados. Crea un Consejo Editorial que, entre sus funciones, publica los trabajos de los escritores que existían en el estado y que no tenían medios de expresión ni difusión. Cada año publicaban una obra fundamental del acervo intelectual del estado. Eliseo promovió encuentros de jóvenes escritores del norte del país. Los jóvenes publicaron sus poemas, ensayos y cuentos en la revista Historias de entretén y miento, y su influencia llegó a Monterrey y Zacatecas. La revista siguió publicándose durante 18 años más. Historias de entretén y miento fue, después de la Revista de la Universidad de México, la revista literaria más antigua del país, hasta que desapareció.
En el sexenio de Eliseo Mendoza, surgieron una nueva pléyade de trabajadores de la palabra, diseñadores, poetas ensayistas y cuentistas que trascendieron las fronteras de sus ciudades y del Estado, eran las nuevas generaciones que venían empujando y que encontraron en el gobierno de Eliseo una puerta abierta para la promoción y la creación.
Hubo logros en todas las áreas económicas, políticas y sociales. Los presidentes municipales que gobernaron las regiones de Coahuila demostraron imaginación y trabajo permanente en favor de sus comunidades. El gobierno mantuvo la autoridad moral en el ejercicio público, la calidez de su gobernante se permeó en todos los grupos sociales y el sexenio de Eliseo fue uno de los más creativos. Se trabajó en paz y, ante las difíciles circunstancias económicas del país, los coahuilenses mantuvieron excelentes índices de crecimiento en la industria, se atendió a los más desposeídos del estado y los conflictos y problemas encontraron cauces pacíficos para su solución.
En lo personal, Eliseo es una figura definitiva en mi vida. Me dio la oportunidad de colaborar durante 30 años en las áreas que tuvo bajo su resguardo y me apoyó para realizar y concretar todos los proyectos creativos que propuse. Me formó y me dio lecciones de calidad humana y grandeza de miras. Fue sin duda mi guía intelectual y un padre formador en el más generoso y amplio sentido de la palabra.
La vida de Eliseo a los 90 años es una vida fructífera, llena de satisfacciones. Como maestro tiene la vocación de la enseñanza, ha escrito y participado en la publicación de más de 25 libros. Durante su paso por el Congreso se publicó la historia de las legislaturas de Coahuila desde su fundación, ningún estado, salvo Quinta Roo, tiene un documento de esta calidad y tipo, donde se consignan el trabajo de las Legislaturas y sus participantes, es la más completa y genuina historia del Congreso. Actualmente trabaja en sus memorias, pero las memorias de 90 años de vida creadora no son fáciles de transcribir. Tiene una vida plena, llena de satisfacciones, de actos de generosidad, solidaridad y tolerancia. Noventa años, ¡son noventa años!, y don Eliseo Mendoza Berrueto enfrenta todos los días con una actitud creadora y llena de alegría y buen humor, la dulce tarea de la existencia humana. ¡Felicidades, Eliseo! E4