La suspensión del Título 42, una política de Trump que permite deportar por razones de emergencia sanitaria, colapsará la frontera, acusan republicanos. El Gobierno de Joe Biden se dice preparado, pero podría pagar la factura en las elecciones intermedias de noviembre
Exilio ucraniano: más leña al fuego
Coahuila y NL complacen a Texas para agilizar flujo
El aviso de la suspensión de la controvertida política Título 42 que permite expulsar a migrantes por la pandemia en Estados Unidos, infundió esperanza a millones de personas que esperan ingresar a la tierra de las oportunidades y amenaza con generar una crisis política al presidente Joe Biden de cara a las elecciones de medio mandato, en noviembre.
La regulación, herencia del exmandatario Donald Trump, finaliza el 23 de mayo después de más de dos años de existencia, anunciaron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Partidarios y opositores de la actual administración estadounidense coinciden en que se incrementará el número de solicitantes de asilo y de las personas que intentarán cruzar la frontera de manera ilegal, no así en el modo en que debe tratarse el fenómeno.
«[Biden ha] optado por poner en peligro la seguridad de aquellos estadounidenses a quienes juró proteger y defender, al poner fin a las expulsiones bajo el Título 42».
Greg Abbott, gobernador de Texas
Antony Blinken, secretario de Estado estadounidense, afirmó que su país busca lograr un acuerdo para migrantes y pidió una cooperación más sustancial en el tema para poder ayudar a las diversas comunidades que han salido de sus naciones de origen. El 20 de abril, durante una reunión de ministros de Exteriores en Panamá —antesala a la IX Cumbre de las Américas, a celebrarse en octubre en la nación centroamericana— el funcionario señaló que había más personas «en movimiento, desplazadas por la fuerza de sus hogares» que en cualquier otro momento desde la Segunda Guerra Mundial.
«El asilo es un derecho humano y el uso del Título 42 es una continuación injustificada de las crueles políticas de migración del Gobierno de Trump».
Joaquín Castro, legislador demócrata de Texas
«La única respuesta duradera y sostenible a la migración irregular es abordar sus causas profundas, pero eso lleva tiempo, y mientras tanto muchas ciudades y pueblos simplemente no tienen los recursos necesarios para atender a sus propios ciudadanos, y mucho menos para satisfacer las necesidades de los migrantes», expuso Blinken en su discurso.
Made by Trump
En 2020, en medio de la etapa más grave de la pandemia provocada por la COVID-19, el entonces presidente Donald Trump aprovechó la contingencia sanitaria y el elevado número de restricciones que se imponía a nivel mundial para echar a andar una nueva política de salud pública —Título 42— canalizada a través de los CDC.
La misma permite a funcionarios fronterizos expulsar inmediatamente a los migrantes que ingresan a través de Canadá y México hacia Estados Unidos. Solo los menores no acompañados están exentos de la medida. Al resto que sea sorprendido ni siquiera se le retiene en áreas congregadas para su procesamiento. Se le regresa ipso facto a su país de último tránsito.
Aunque al momento de su puesta en práctica, los funcionarios defendieron la teoría de que se buscaba impedir la diseminación de la COVID-19 en territorio nacional, siempre existieron las críticas de que las restricciones fueron usadas como pretexto para sellar la frontera a los migrantes.
A la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, la nueva administración deshizo muchas de las políticas de Trump e incluso elevó los límites al número de solicitantes de asilo. Sin embargo, no tuvo éxito en todos los escenarios. El plan «Quédate en México», que obliga a esperar en ciudades fronterizas mexicanas a quienes tramitan su posible ingreso a Estados Unidos, tuvo que ser reinstalado poco tiempo después de su cancelación, por orden de la Corte Suprema de Justicia.
Extreman medidas
Ante la próxima cancelación del Título 42, el Gobierno estadounidense está erigiendo tiendas de campaña en su frontera con México, aceleró el proceso de vacunación a migrantes e incrementó la contratación de empleados civiles para reducir el enorme retraso de análisis de solicitudes de asilo, que se estima en 1.7 millones.
Jessica Bolter, analista de políticas en el Migration Policy Institute, estima que los lugares más afectados pudieran ser Del Rio, en Texas, y Yuma, en Arizona, que actualmente ya están abrumados.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) se prepara para un escenario de hasta 18 mil personas que intentarán ingresar al país diariamente. Ya envió 600 agentes extras a la frontera y anunció que agregaría más personal y recursos según fuera necesario.
«Estamos aumentando nuestra capacidad para procesar a los recién llegados, evaluar las solicitudes de asilo y eliminar rápidamente a aquellos que no califican para la protección», dijo un portavoz del DHS (El Economista, 22.04.22).
En ese mismo sentido, el departamento creó el Centro de Coordinación de la Frontera Suroeste para alinear a las distintas agencias. En un comunicado, el portavoz de la Casa Blanca, Vedant Patel, señaló que la administración está «haciendo (su) debida diligencia para prepararse para posibles cambios en la frontera. Eso es un buen Gobierno en acción» (CNN, 22.04.22).
A pesar de estos preparativos, miembros de la facción de Texas en la Cámara de Representantes enviaron una carta al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y al secretario de Salud, Xavier Becerra, advirtiendo que las ciudades fronterizas ya encaran las dificultades de la migración ilegal y no tienen alojamiento temporal ni servicios de salud y transporte para hacer frente a las consecuencias de una suspensión del Título 42.
«Si los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) rescinden el Título 42 en estos momentos, la Patrulla de Frontera y las comunidades locales se verán forzadas a absorber al menos el doble del número actual de migrantes con resultados probablemente catastróficos», argumentan en la misiva (The San Diego Union Tribune, 30.03.22).
Entre Escila y Caribdis
El manejo de la crisis migratoria por parte del presidente Joe Biden, no complace ni a tirios ni a troyanos. Su propósito inicial de diferenciarse del estilo despótico y autoritario de su predecesor, Donald Trump, lo llevó a anunciar estrategias más humanas que, en principio, fueron aplaudidas por el sector demócrata. Sin embargo, con el paso del tiempo se ha hecho evidente la falta de resultados concretos, provocado en buena medida por la oposición del bando republicano y las trabas impuestas por la Corte Suprema. Esta demora ha influido en el ánimo de los propios demócratas que ven en la abolición de políticas como el Título 42 una oportunidad para marcar la agenda política del país y critican la pasividad de su líder.
«Por más de dos años, las personas que buscan asilo han sido expulsadas ilegalmente de Estados Unidos sin el proceso debido que merecen. […] El asilo es un derecho humano y el uso del Título 42 es una continuación injustificada de las crueles políticas de migración del Gobierno de Trump», denunció el legislador Joaquín Castro, demócrata de Texas (The San Diego Union Tribune, 30.03.22).
La realidad es que la permanencia del Título 42 se había vuelto cada vez más difícil de justificar mientras acababan gradualmente las restricciones por la pandemia en Estados Unidos.
«La continuación del uso de esta política —incluso por los próximos dos meses— es indefendible e injustificado», afirmó Efrén Olivares, subdirector de Asuntos Legales para el Proyecto de Justicia del Inmigrante de la organización Southern Poverty Law Center.
Del lado republicano, las opiniones son muy diferentes. A su juicio, anular las restricciones de la era de Trump ha incentivado la migración ilegal y representa un peligro para la estabilidad económica y social del país. El gobernador de Texas, Greg Abbott, acusó a Biden de haber «optado por poner en peligro la seguridad de aquellos estadounidenses a quienes juró proteger y defender, al poner fin a las expulsiones bajo el Título 42».
El líder de la minoría republicana en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, dijo que la decisión «confirma que el presidente Biden ha renunciado a sus responsabilidades y está trabajando activamente para empeorar la crisis en la frontera. Desde el primer día de su Gobierno, él no ha protegido la seguridad y la frontera de nuestra nación». E4
Exilio ucraniano: más leña al fuego
México abre las puertas a quienes huyen del conflicto bélico en Ucrania, pero pide que no utilicen el país como territorio de tránsito hacia Estados Unidos
La guerra en Ucrania ha creado un nuevo foco migratorio que atenta contra la estabilidad de naciones vecinas, aun cuando la mayoría de estas se muestra solidaria con el Gobierno de Volodímir Zelenski, el flujo acelerado de refugiados amenaza con desestabilizar su orden social e incluso económico. Tanto ucranianos como extranjeros residentes en el territorio invadido cruzan en masa a países limítrofes: Polonia, Rumania, Eslovaquia, Hungría y Moldavia, fundamentalmente.
«Todos los que nos pidan refugio en nuestro país serán recibidos, protegidos y bienvenidos».
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México
«En tan solo siete días, un millón de personas han huido de Ucrania, desarraigadas por esta guerra sin sentido. Llevo casi 40 años trabajando en emergencias de refugiados y rara vez he visto un éxodo tan rápido como este», explicó Filippo Grandi, dirigente de las oficinas del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) (BBC, 03.03.22).
A pesar de los contratiempos, la Unión Europea (UE) dijo estar lista para absorber los casi cuatro millones de habitantes que, según sus cálculos, huirán del conflicto bélico y acordó otorgarles residencia temporal de hasta tres años, un mecanismo nunca usado antes que les garantizará derecho al trabajo, educación y seguridad social.
Estados Unidos también ha mostrado gestos de solidaridad. La Casa Blanca anunció que recibirá hasta cien mil ucranianos —cifra muy por debajo de la cantidad que, se espera, intente llegar a la tierra prometida— y los que ya estén en suelo estadounidense estarán cubiertos por una categoría especial destinada a no migrantes. Para los nuevos que arriben, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, confirmó que el Gobierno amplió el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), mismo al que normalmente acude el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense para designar nacionalidades por conflictos armados, desastres naturales, epidemias y otras condiciones extraordinarias y temporales que impiden que las personas puedan regresar a sus países de origen de forma segura.
México —uno de los 58 países que se abstuvieron de votar sobre la resolución por la que se expulsó a Rusia de la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas— aseguró que protegerá a los ciudadanos que soliciten asilo, provenientes de la zona de conflicto, pero al mismo tiempo advierte que no usen el territorio nacional para alcanzar Estados Unidos.
«Todos los que nos pidan refugio en nuestro país serán recibidos, protegidos y bienvenidos», comentó el presidente Andrés Manuel López Obrador el 2 de marzo, en su conferencia de prensa matutina.
Sin embargo, el 21 de abril, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) advirtió a los ucranianos que desean asilo en Estados Unidos no viajar a la frontera terrestre entre ambos países porque el nuevo plan estadounidense contempla un sistema electrónico de atención.
«En ese sentido, solicitar acceso a Estados Unidos a través de la frontera terrestre después del domingo 24 de abril será innecesario para las personas solicitantes, quienes obligatoriamente tendrán ahora que efectuar un proceso electrónico», indicó la SRE en un comunicado.
Se trata de «Unidos por Ucrania» (U4U), que comenzó a funcionar a través de Internet y gracias al cual se atienden las solicitudes de admisión. Quienes sean aprobados podrán llegar de manera directa a dicho país por vía aérea.
A pesar de ello, ante el eminente levantamiento del Título 42 por parte del Gobierno de Joe Biden, el número de ucranianos que ingresan a México como turistas para intentar rebasar la frontera norte sigue en aumento. El polideportivo Benito Juárez, en Tijuana, México, que albergó a miles de haitianos y personas procedentes de Centro América, ahora es un refugio de emergencia para otros tantos miles de ucranianos. E4
Coahuila y NL complacen a Texas para agilizar flujo
Coahuila y Nuevo León no tardaron en mover algunas de sus piezas para alinearse a las disposiciones de su estado vecino: Texas. Ante el riesgo de que una ola de indocumentados utilice su territorio para acceder a Estados Unidos, el gobernador Miguel Riquelme movilizó agentes de la policía Especializada, Civil y de Acción y Reacción en los municipios de Ciudad Acuña y Piedras Negras para evitar el libre tránsito de los migrantes.
La estrategia responde a los compromisos signados en materia de seguridad y migración por el mandatario coahuilense y su homólogo texano, Gregg Abbott.
Por su parte, el también gobernador, Samuel García, estableció en Nuevo León un retén carretero para agilizar las revisiones desde territorio estatal y así liberar a Texas de la inspección de vehículos de transporte de carga que utilicen el cruce de Colombia, limítrofe entre ambos estados.
El gesto fue aplaudido por Abbott que destacó el cumplimiento del mandatario emecista en la tarea de monitorear el desplazamiento de migrantes por su entidad.
«El gobernador García ha iniciado y continuará fortaleciendo las medidas de seguridad en la frontera de Nuevo León para prevenir el cruce de migrantes ilegales de Nuevo León a Texas […] El Departamento de Seguridad Pública de Texas puede volver a su práctica anterior de realizar registros aleatorios de vehículos que cruzan el puente desde Nuevo León, el efecto de esto será que el puente entre Nuevo León y Texas volverá a la normalidad inmediatamente y seguirá así, mientras Nuevo León cumpla con este acuerdo histórico», expuso Abbott, quien busca la reelección por el Partido Republicano (Independent, 14.04.22).
La decisión unilateral tomada por Abbott de hacer inspecciones a vehículos comerciales que circulen de México a Estados Unidos, en busca de indocumentados que intentan ingresar al país, provocó protestas e interrupciones en las cadenas de suministro en ambos países.
Como consecuencia de esta medida, un proceso de cateo que usualmente duraba menos de 30 minutos, comenzó a tardar varias horas, o incluso días, por lo que los transportistas realizaron bloqueos que en Reynosa se tornaron violentos, luego de que presuntos integrantes del crimen organizado prendieran fuego a varias unidades en el puente fronterizo. E4