Hay enfermedades como la depresión, la colitis nerviosa, la diabetes y la hipertensión arterial, que se observan todos los días. Otras que se presentan por temporadas, como las diarreas, los cuadros de gripa o las infecciones virales inespecíficas. También existen rarezas que se observan de vez en cuando, como los tumores cerebrales, las amibas en el hígado, lupus eritematoso sistémico e hipertiroidismo, entre otras. La frecuencia de tal o cual padecimiento depende de la región topográfica, el grupo social y, obviamente, de la especialidad a la cual se dedica cada médico.
La Medicina Interna es la más amplia de las especialidades clínicas en las que debe existir un amplio contacto humano, y es en esta especialidad donde se puede adquirir una vasta experiencia en múltiples padecimientos de todas las demás subespecialidades, como la cardiología, gastroenterología, ginecología, neurología y demás.
Una vez se presentó una mujer con el temor de padecer de cáncer de mama. Frisaba los 30 años, tenía un hijo.
—Doctor, quiero que me diga a qué se debe lo que tengo. Creo que es cáncer de mama. Tengo mucho miedo. Mire, no me siento bolas, ya me he tocado las mamas todos los días y no siento ninguna bola, pero tengo mucho miedo. Es que de los pezones me sale algo así como lechoso, pero no estoy dando pecho, mi hijo tiene cinco años y ya no le doy pecho. Me aprieto las chiches y me sale como leche, pero… me da mucho miedo —En forma apresurada y manifestando en sus gestos y expresiones el miedo que decía tener, se presentó esta mujer.
—Si es como secreción de leche, no debe preocuparse mujer —dije tratando de calmarla. Y proseguí:— La secreción que dice, ¿es con sangre o con pus o es como leche? —pregunté para reafirmar la impresión de la paciente ya que en ocasiones por la ansiedad pueden alterarse las impresiones subjetivas o visuales que los enfermos poseen de su padecimiento.
—Ni sangre ni pus, doctor, es como leche. Ya tuve un hijo y estoy segura de que es como leche. No hay sangre ni pus. Lo que no me explico es, ¿por qué? —expresó la mujer con seguridad.
—Usted me dice qué es lo que siente y tiene y me ahorraría mucho tiempo si usted pudiera decirme por qué. La respuesta a esta pregunta parece que me corresponde buscarla a mí. Dígame: ¿Solo le sale esa secreción cuando se aprieta la chiche o le sale espontáneamente?
—No doctor. Solo cuando la aprieto. Mire —pidió a su hija que le desabrochara el sostén de sus mamas e hizo una demostración que aclaró prácticamente el caso.
—¿Sus menstruaciones son normales? —pregunté a la vez que exploraba a la paciente.
—Sí doctor. Mis reglas son normales. Tomé anticonceptivos varios meses, pero ya los dejé.
A la exploración se observó que la secreción era lechosa, sin sangre ni pus. No había dolor ni enrojecimiento de la mama, que son los datos de infección (mastitis), ni tumoraciones o ganglios crecidos en la axila que sugirieran tumor de mama.
—No se preocupe —le dije—. Este problema es benigno, no hay datos para pensar en cáncer ni en infección. Es como consecuencia de los anticonceptivos. Se puede presentar después de suspenderlos. No es dato de gravedad. No tiene caso que se exprima su mama. Lo más seguro es que desaparezca espontáneamente, pero si le preocupa mucho, se puede indicar un medicamento que se llama parlodel, este bloquea la formación de una hormona que se forma en una glándula del cerebro, esta hormona estimula a las mamas para formación de leche. El parlodel bloquea esta hormona y con ello, seguramente le desaparece la secreción de leche fuera de la amamantada, esto se llama galactorrea —ultimé.
Normalmente la secreción de leche tiene una finalidad: Nutrir a un bebé. Cuando la secreción de leche sucede sin estar amamantando, se llama galactorrea, que deriva del griego galaktos, leche y rhein, fluir. Esta es una anomalía frecuente en mujeres y muy rara en los hombres, aunque tengan elevada la prolactina.
Se detecta secreción de leche en una cuarta parte de las mujeres normales con algún embarazo previo. Pequeñas cantidades de secreción láctea por presión manual como el de este caso, pueden ser incluso de origen nervioso. El escape espontáneo suele ser de mayor importancia que la leche que se exprime. Debe distinguirse la secreción láctea con la purulenta de una mastitis o infección mamaria, que es verdosa o rojiza y la glándula mamaria duele.
Se define la galactorrea como la producción láctea que persiste o que preocupa a la paciente, aunque no siempre se detecte un trastorno subyacente. Puede presentarse en mujeres que han tomado anticonceptivos hormonales y después los suspenden, como en este caso. Los anticonceptivos aumentan la secreción de prolactina por la hipófisis. La prolactina es la hormona que estimula la formación de leche por las mamas. También aumenta en los casos de hipotiroidismo y muy raramente en tumores de hipófisis. Si no se controla con tratamiento, debe realizarse medición de prolactina y de resultar muy elevada deben valorarse estudios computarizados o de resonancia magnética del cerebro.
Lea Yatrogenia