El pasado primero de diciembre Coahuila no sólo vivió la transición gubernamental con cambio en la gubernatura, sino un cambio generacional en la gobernanza del estado, con un inicio combinado entre la experiencia y la juventud y con rostros diferentes en puestos y asignaciones, que implican una participación de partidos de oposición que hoy integran una coalición política que también llegó a la estructura estatal.
El panorama para el futuro se observa interesante en el análisis para el logro de los objetivos, promesas de campaña e incluso las contingencias sociales, naturales y políticas que vienen durante los próximos seis años.
En la elección de perfiles de administración pública prevalece la presencia de hombres y mujeres jóvenes que con experiencia en la burocracia hoy tienen la oportunidad de demostrar con resultados que hay una nueva generación de gobernantes y por consecuencia de políticos.
La combinación con cuadros de experiencia ofrece la posibilidad de disminuir errores y omisiones que pudieran generar costos políticos y sociales tal y como sucede en otros estados, como el vecino de Nuevo León.
En el tema de seguridad se mantiene una estructura probada de coordinación con las fuerzas militares, la participación de la Fiscalía y policías estatales y municipales que funcionaron en los últimos años.
La experiencia del nuevo secretario en la administración de los cuerpos de seguridad a nivel municipal con la participación ciudadana ofrece un panorama optimista para toda la entidad, pero el reto será mantener el control, reforzar la coordinación y formar grupos grandes de participación ciudadana que permitan contacto directo con los cuerpos de seguridad.
Respecto al desarrollo social y la infraestructura el nuevo gobernador tiene experiencia, pero necesitará recursos suficientes para satisfacer las necesidades urgentes y también las importantes.
La administración, control y fiscalización de recursos es un rubro en el que hay nuevos elementos en la administración estatal, pero que tienen experiencia en el renglón municipal y conocen a fondo los procedimientos y mecanismos para la aplicación de los mismos y la transparencia de su uso; el reto será lograr que los dineros que se tengan rindan lo mejor posible para establecer diferencias y sobre todo cumplir con todos los compromisos.
La política y gobernanza, jugarán un papel fundamental en su primer año de gestión pues el próximo 2024 será un año electoral y los resultados que se obtengan, positivos o negativos, serán determinantes para el rumbo de la nueva administración al menos en su primera mitad.
El anuncio realizado el pasado 2 de diciembre dejó algunas sorpresas, pero también confirmó muchas sospechas sobre los nuevos funcionarios del Gobierno estatal que ahora deberán responder a la confianza del nuevo titular del Poder Ejecutivo coahuilense que pidió a su nuevo equipo compromiso y atención total a los ciudadanos.
Es interesante el cambio generacional que los ciudadanos evaluarán en sus resultados, en sus formas y sobre todo en la confianza para que continúe la seguridad y por consecuencia la llegada de nuevas inversiones para generar más empleos y mejores condiciones de vida para los coahuilenses.