Gobiernos transexenales: el caso Coahuila;el moreirato logra lo que Salinas no pudo

Manolo Jiménez, de la coalición PRI-PAN-PRD, es el cuarto candidato del grupo en el poder desde hace 18 años. Humberto Moreira se hizo con la gubernatura en 2005 y luego impuso a su hermano Rubén, quien dio forma al proyecto. Armando Guadiana, Ricardo Mejía y Evaristo Lenin Pérez tratan de liberar al estado del clan

Estados con alternancia, tres exgobernadores presos

La seguridad está prendida con alfileres: Armando Guadiana

El PRI ha conseguido en Coahuila, bajo la sombra del clan Moreira, lo que el presidente con más poder, antes de la alternancia, no pudo: instaurar un Gobierno transexenal. El proyecto de Carlos Salinas de Gortari duró apenas un suspiro. El último caudillo de la «dictadura perfecta», quien profundizó el modelo neoliberal y el capitalismo de compadres mediante el cual los allegados al poder amasaron fortunas inmensas o las multiplicaron, parecía llamado a ser el nuevo jefe máximo. Salinas reformó a su antojo la Constitución, despreció al PRI y usó al PAN para legitimarse. Su administración privilegió a las oligarquías y los niveles de corrupción alcanzaron cotas entonces nunca vistas.

Para la sucesión de 1994, Salinas proyectó a dos perfiles contrarios: su amigo Manuel Camacho, relacionado la izquierda, y Luis Donaldo Colosio, sin grupo político y a quien creía manipulable. Bajo esa perspectiva se decantó por el segundo, pues el primero ofrecía riesgos a su plan continuista. El dedazo provocó una crisis en el PRI a la cual siguieron otras de gran calado como el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, en Chiapas, el 1 de enero del 94. La rebelión indígena coincidió con el inicio del Tratado de Libre Comercio entre Canadá, Estados Unidos y México, que, según la retórica oficial, marcaría el ingreso de nuestro país al primer mundo.

El escenario abría la posibilidad de un relevo: sacrificar al delfín débil e inexperto y echar mano del negociador fogueado. Designar al exjefe de Gobierno de Ciudad de México comisionado para la Paz en Chiapas confundió al país, desinfló a Colosio y catapultó a Camacho. En medio de las turbulencias políticas y de una gran incertidumbre, Colosio fue asesinado en condiciones sospechosas al final de un mitin en Tijuana. Entonces ya había hecho las paces con Camacho, quien horas antes declinó una posible nominación. Salinas quiso reemplazar a Colosio con Pedro Aspe, pero estaba inhabilitado por seguir al frente de la Secretaría de Hacienda. En última instancia recurrió a Ernesto Zedillo, coordinador de la campaña de Colosio y exsecretario de Programación y Presupuesto y de Educación.

La sombra de Colosio acompañó a Zedillo en su campaña y a lo largo de su Gobierno. En el debate presidencial del 12 de mayo de 1994, el candidato del PAN, Diego Fernández de Cevallos —aliado de Salinas— le recordó dos tragedias: el asesinato de Colosio y la forma como obtuvo la nominación. «La primera lo rebasa, no tiene usted ninguna culpa, pero la segunda lo descalifica, por lo menos si hablamos de democracia», espetó. «En vez de estar lucrando políticamente con su imagen, debería usted pedirle una disculpa a la familia Colosio», replicó el priista. Zedillo perdió la confrontación, pero ganó las elecciones por un margen suficiente para conjurar las sospechas de fraude.

En el tercer mes de su Gobierno, Zedillo rompió de manera irrefutable con su predecesor al encarcelar a Raúl Salinas de Gortari por los delitos de enriquecimiento ilícito y la autoría intelectual del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu, secretario general del PRI, en septiembre del funesto 1994. El exgobernador de Guerrero había sido cuñado del clan. Carlos Salinas respondió con una huelga de hambre en un barrio pobre de Monterrey. Frente al repudio mayoritario y la crisis económica causada por el error de diciembre, Salinas terminó por exiliarse en Irlanda. El salinato duró solo un sexenio, pero además acabó demonizado. El deslinde de Zedillo con Salinas cambió el curso de la historia.

Bajo la guía del dictador

Los Moreira pueden ser tachados de venales, perversos y alguno incluso de lunático, pero no de tontos (tampoco son genios, sino astutos). Para organizar un mandato transexenal, que podría durar 24 años o más, Humberto y Rubén Moreira y muñidores del clan como David Aguillón, recurrieron al dictador Fidel Castro. El grupo visitó Cuba en abril de 2006, recién iniciado el Gobierno de la megadeuda. Castro, quien permaneció en el poder casi medio siglo, los adoctrinó más de 10 horas. «(Moreira) expresó el agradecimiento del pueblo y el Gobierno de Coahuila al comandante Fidel Castro y a los habitantes de Cuba por los grandes apoyos que han llevado al Estado en beneficio de los más necesitados» (“Da cuentas gobernador a cubanos”, Palabra, 24.04.07).

Cuba, sin embargo, no estaba ni está para dar, sino para recibir. Los Moreira intentaron «cubanizar» Coahuila con maestros, médicos, asesores y espías. En otro frente, abrieron centros oftalmológicos supuestamente donados por la dictadura y diseñaron un programa de intercambio cultural. La Habana se convirtió por años en destino de cuadros del PRI, funcionarios públicos y estudiantes. El aparato pudo haber servido de fachada para ocultar el activismo de operadores cubanos en colonias. La estructura electoral y de control del moreirato, adaptada a la circunstancia, sigue vigente.

Después de reunirse con el comandante Castro, los Moreira invitaron al expresidente Carlos Salinas a la Comarca Lagunera donde se reunieron con empresarios, recorrieron el ejido Batopilas y celebraron juntas privadas. ¿Por qué o para qué? Quizá para recibir consejo de cómo implantar en Coahuila el Gobierno transexenal que Salinas no pudo. El exmandatario introdujo a los Moreira en su grupo, uno de cuyos acólitos era el entonces gobernador de Estado de México, Enrique Peña Nieto. De acuerdo con un cable filtrado por WikiLeaks, en Washington existía preocupación porque Peña pagaba a medios de comunicación por la cobertura que le permitía encabezar las encuestas para ganar la candidatura presidencial.

Humberto Moreira viajó a Nicaragua el 13 de febrero de 2010 para quemarle incienso a otro dictador: Daniel Ortega. El pretexto en este caso fue la inauguración de una planta maquiladora del Grupo Denim. «(Es) el primer paso» para fortalecer el intercambio, dijo el gobernador frente a empresarios. El exguerrillero y líder del Partido Frente Sandinista de Liberación Nacional que derrocó la tiranía de Anastasio Somoza, se eternizó en el poder. Ortega ha ocupado la presidencia en cinco periodos (26 años) a base de nepotismo, fraudes y terror. Como parte de su «agenda presidencial», Moreira se retrató también con Barack Obama, entonces presidente electo de Estados Unidos, y con Shimon Peres, viceprimer ministro de Israel donde se hallaba refugiado Alonso Ancira, dueño de Altos Hornos de México.

Preocupado por el calentamiento global, mas no por el deterioro político ni la asfixia de las finanzas estatales, el Gobierno de Moreira contrató al exvicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, para dictar la conferencia Una verdad incómoda el 31 de julio de 2007 en el Teatro de la Ciudad de Saltillo. El clímax llegó cuando el invitado llamó «Beto» el gobernador. Gore cobra 240 mil euros por plática, 4.7 millones de pesos al tipo de cambio actual. El joven maravilla escaló las cumbres para caer desde lo más alto por el escándalo de la megadeuda de 43 mil millones de pesos. España lo detuvo una semana bajo cargos de lavado de dinero. El PRI lo expulsó y ahora el presidente Andrés Manuel López Obrador voltea a Coahuila para denunciar «la robadera» durante el moreirato. El clan se acorazó contra todo, menos contra la 4T.

De Atlacomulco a Coahuila

Al moreirato se le identifica ya en algunas columnas políticas nacionales como «Grupo Coahuila». La denominación remite a Estado de México (Edomex) e Hidalgo donde los grupos Atlacomulco y Rojo han ocupado la gubernatura en ocho y seis ocasiones, respectivamente. La fundación del primero se atribuye al historiador y diplomático Isidro Fabela, aliado de Francisco I. Madero en la Revolución y colaborador del presidente Venustiano Carranza. Alfredo del Mazo le sucedió en 1945. El cargo lo ejercieron después Alfredo del Mazo González, Salvador Sánchez Colín, Carlos Hank González —último líder fuerte—, Arturo Montiel, Enrique Peña Nieto y Alfredo del Mazo Maza (en funciones).

Si en Coahuila se niega la prevalencia del moreirato, en Edomex se desmiente que el Grupo Atlacomulco sea una organización estructurada, con normas, dirigencia y mandos formales. Es, se dice, un invento de la prensa. La versión la echa por tierra un sinnúmero de investigaciones, artículos académicos, periodísticos e incluso libros. En El Grupo Atlacomulco, revelaciones 1915-2006, el investigador Jorge Toribio Cruz Montiel «demuestra la existencia del Grupo Atlacomulco con base en la construcción de una teoría política». Establece, además, que «la agrupación está unida, tiene liderazgo y jerarquías formales» (Wikipedia).

Pese a su fuerza política y económica, el Grupo Atlacomulco tardó más de 60 años en colocar a uno de los suyos en la presidencia: Peña Nieto, sobrino de Montiel y primo de los Del Mazo. Edomex y Coahuila son los únicos estados donde no ha habido alternancia. La hegemonía podría terminar el 4 de junio cuando ambas entidades elijan gobernador. El riesgo mayor es en Edomex. Delfina Gómez, candidata de Morena, parece ser la némesis del grupo con más años en el poder.

México ha tenido otros clanes políticos estatales, como el de los Ávila Camacho en Puebla o los Pacheco en Yucatán, pero el Grupo Hidalgo, fue, junto con el de Edomex, uno de los más longevos e influyentes. Javier Rojo Gómez, reconocido como hombre discreto y honrado, lo fundó durante el cardenismo, cuando era gobernador y también presidenciable. Bartolomé Vargas Lugo, José Lugo Guerrero, Jorge Rojo Lugo, Adolfo Lugo Verduzco y Humberto Lugo Gil, de la misma familia, también han ocupado el poder. El grupo influyó en otras candidaturas y Gobiernos, pero no logró ascender a la presidencia de la república.

En Coahuila, antes de los Moreira, los gobernadores no trascendieron su sexenio ni consolidaron un grupo, pues ninguno nombró heredero. Además, quienes les sucedieron eran contrarios y jamás aceptaron intromisiones. No había alternancia, pero cada Gobierno daba oportunidad a nuevos cuadros en la administración, el Congreso y el Tribunal de Justicia. El Grupo Coahuila nació con Humberto Moreira, pero quien le dio forma fue su hermano Rubén, quien tomó de modelo al Grupo Hidalgo. Paradójicamente, su esposa Carolina Viggiano perdió la gubernatura el año pasado con Julio Menchaca, de Morena.

El moreirato no se ha ido y cada vez le pesa más al PRI. El enfado social por la megadeuda y otros abusos impunes pende cual espada de Damocles. El Grupo Coahuila ha tenido tres gobernadores y va por el cuarto, pero el escenario luce complicado. El presidente Andrés Manuel López Obrador se ha referido a la corrupción en el estado y los candidatos a la gubernatura han apuntado al elefante en la habitación. Manolo Jiménez (PRI-PAN-PRD) para negarlo; y Ricardo Mejía (PT), Armando Guadiana (Morena) y Evaristo Lenin Pérez (PVEM-UDC) para demostrar que el moreirato sigue vivo y goza de cabal salud. E4


Estados con alternancia, tres exgobernadores presos

Javier Duarte, Roberto Borge y César Duarte cayeron en desgracia cuando el PRI perdió las elecciones. Endeudamiento, escándalos y venalidad, causas de la derrota

Tres gobernadores del PRI, sucedidos por opositores, están hoy entre rejas. Javier Duarte (Veracruz) purga una condena de nueve años tras declararse culpable de los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita y delincuencia organizada. La Auditoría Superior de la Federación denunció a Duarte por el desvío de 60 mil millones de pesos ante la Procuraduría General de la República. Por su parte, la fiscalía estatal le atribuyó un desfalco por 16 mil 175 millones de pesos. El portal Animal Político y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad descubrieron una red de 69 empresas fantasma operadas durante la misma administración. El priista dejó una deuda por 44 mil 941 millones de pesos.

Fidel Herrera —uno de los «10 mexicanos más corruptos de 2013» de acuerdo con la revista Forbes— impuso a Duarte para cuidarle las espaldas. Duarte no pudo nombrar sucesor, pues el PRI se decantó por Héctor Yunes Landa, crítico de su Gobierno. El PAN ganó las elecciones de 2016 con Miguel Ángel Yunes. La alternancia alcanzó también a la esposa de Duarte, Karime Macías, detenida en Londres el 29 de octubre de 2019 por el presunto desvío de 112 millones de pesos como presidenta del Desarrollo Integral de la Familia (DIF) a través de empresas fachada. La ex primera dama era vecina de la reina Isabel. Yunes acusó a los Duarte de acumular «miles de millones de pesos (…) en inmuebles en Estados Unidos, Tucson, Miami, Nueva York y otros países» (Aristegui Noticias, 29.05.18). La extradición de Macías, ya divorciada de Duarte, está en proceso.

El exgobernador de Quintana Roo, Roberto Borge, estaba a punto de abordar un vuelo con destino a París cuando la policía de Panamá lo detuvo en el aeropuerto de Tocumén, el 5 de junio de 2017. Borge se habría ahorrado el apuro si su delfín, Mauricio Góngora, hubiera ganado las elecciones, pero perdió con Carlos Joaquín González, de la alianza PAN-PRD. Medios de comunicación locales exhibieron irregularidades en las finanzas públicas, y el equipo de transición de Joaquín lo acusó de distraer dos mil millones de pesos. La organización «Somos tus ojos» denunció la venta de más de 40 predios entre amigos del gobernador a un precio de ganga a efectos de lavar dinero. Uno de los beneficiarios resultó ser Mauricio Góngora, excandidato de la gubernatura. Un juez vinculó a proceso a Borge el mes pasado por el delito de delincuencia organizada, penalizado hasta con 40 años de cárcel.

El exgobernador de Chihuahua, César Duarte, también disfrutaría hoy de su fortuna, sus negocios y sus ranchos, sin ser importunado, pero se equivocó de candidato. El dedazo por exalcalde de Ciudad Juárez, Enrique Serrano, lo pagó en las urnas. Javier Corral (PAN) impidió la implantación del duartismo en el estado. Prófugo en Estados Unidos durante varios años, el exgobernador fue extraditado a México donde será sentenciado por enriquecimiento ilícito, peculado, soborno y corrupción. Duarte desvió cientos de millones de pesos para financiar campañas políticas del PRI a través de la operación Safiro.

¿Qué tienen en común estos tres casos? La escandalosa corrupción en los Gobiernos de Javier Duarte, Roberto Borge y César Duarte; el desmesurado aumento de la deuda pública; el papel de los medios de comunicación, cuyas investigaciones incitaron el repudio ciudadano; pero, sobre todo, la alternancia política. En este contexto, Coahuila llama la atención, pues los gobernadores, en su mayoría, no han podido imponer sucesor, y algunos pagan las consecuencias. El PRI ha conservado el poder a pesar de los escándalos del moreirato, revividos por la oposición en los debates de Torreón y Saltillo. E4


La seguridad está prendida con alfileres: Armando Guadiana

Ricardo Mejía, candidato del PT a la gubernatura, ofrece crear una comisión para investigar el moreirazo y enjuiciar a los culpables. La corrupción duele, dice Evaristo Lenin Pérez

«El moreirato ya no existe». El mentís de Manolo Jiménez, candidato del PRI a la gubernatura, en la controversia del 16 de abril en Torreón, cayó en el vacío. Máxime en Torreón donde a esa corriente política se atribuyen los peores años de violencia y abandono en La Laguna, región históricamente confrontada con la capital del estado por la falta de atención. El exalcalde de Saltillo ha dado por muerto al grupo Moreira varias veces, por tóxico, pero no convence a nadie. La marca representa un lastre para el PRI dentro y fuera de las casillas. En las elecciones para gobernador de 2017 perdió 220 mil votos con respecto al proceso anterior.

El tema de la deuda es recurrente y cobra fuerza en las campañas. Cuando Miguel Riquelme ocupaba la Secretaría de Gobierno en la administración de Rubén Moreira, pidió pasar página. Ya como candidato a gobernador, refutó los señalamientos sobre su dependencia del clan. Riquelme no ha sido piedra de escándalo, pero la sombra del moreirato lo acosa y persigue a todas partes. También a Manolo Jiménez. La megadeuda paseó sus dientes afilados y su apetito voraz por el Teatro Nazas de Torreón y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) Campus Saltillo donde Armando Guadiana (Morena), Ricardo Mejía (PT) y Evaristo Lenin Pérez (PVEM-UDC) sentaron en el banquillo a los Moreira.

¿Por qué el moreirato no deja de ser un estigma para el Gobierno y una amenaza para el PRI, ni de estar presente en los medios de comunicación, en las sobremesas y en las conversaciones políticas si, en teoría, los Moreira dejaron el poder hace casi seis años? Es por las secuelas del docenio y su cauda de escándalos. Coahuila ha pagado 40 mil millones de pesos de intereses, monto equivalente a la deuda bancaria adquirida por la administración de Humberto Moreira a espaldas del Congreso. Doce años después, el nivel del pasivo es el mismo: 39 mil millones de pesos.

Guadiana, Mejía y Pérez se han centrado en los debates en el talón de Aquiles del PRI y su candidato: la corrupción y la deuda, temas inexistentes para Jiménez. El aspirante de Morena ofreció ratificar la denuncia por el moreirazo, ahora ante la Fiscalía General de la República. La denuncia la presentó el 9 de noviembre de 2012, pero en vez de investigarla, la PGR se dedicó a perseguirlo, dijo en el debate del ITESM. Reestructurar pasivos no es la solución, advierte el candidato del PT, pues solo beneficia a banqueros y funcionarios venales. En su lugar, propone negociar quitas para liberar recursos, y crear una comisión para investigar la deuda y procesar a los responsables del quebranto. «La corrupción duele», dijo el abanderado de la coalición Verde-UDC, quien atribuye el deterioro de los servicios y la infraestructura a la precariedad de las finanzas estatales.

El PRI ostenta la seguridad pública como la joya de la corona. Para Jiménez, la escalada de violencia en los estados gobernados por Morena (Zacatecas, Guerrero, Michoacán, Veracruz, Tamaulipas…) vino después de la alternancia. En la polémica del ITESM, organizada por la Coparmex —institución abiertamente contraria al presidente Andrés Manuel López Obrador y a Morena—, varios panelistas reconocieron una menor incidencia en cierto tipo de delitos (homicidios dolosos), pero en otros (patrimoniales, violencia contra las mujeres y adicciones), advirtieron, el incremento es alarmante. Guadiana desmiente el triunfalismo del candidato oficialista: «La seguridad está (prendida) con alfileres (…) Jóvenes perdidos en el cristal y en el fentanilo. ¿Cuál seguridad?». E4

Torreón, 1955. Se inició en los talleres de La Opinión y después recorrió el escalafón en la redacción del mismo diario. Corresponsal de Televisa y del periódico Uno más Uno (1974-81). Dirigió el programa “Última hora” en el Canal 2 de Torreón. Director del diario Noticias (1983-1988). De 1988 a 1993 fue director de Comunicación Social del gobierno del estado. Cofundador del catorcenario Espacio 4, en 1995. Ha publicado en Vanguardia y El Sol del Norte de Saltillo, La Opinión Milenio y Zócalo; y participa en el Canal 9 y en el Grupo Radio Estéreo Mayrán de Torreón. Es director de Espacio 4 desde 1998.

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