Gramsci y L’Ordine Nuovo

«Decir la verdad es revolucionario».

Gramsci

La libertad de expresión es el derecho que se tiene a pensar y sobretodo, compartir con otras personas mis ideas, reflexiones y opiniones. Es el derecho a razonar y dar a conocer lo que pienso y lo que conozco. Por otra parte, este derecho incluye la libertad de buscar, recibir y difundir opiniones e información por cualquier medio y hacía cualquier persona (inclusive de cualquier otro país). La primera vez que se celebró en México fue en el año de 1951.

Antonio Gramsci (1891-1937) fue intelectual, activista revolucionario y dirigente comunista que siempre tuvo pasión por contribuir a la libertad de expresión y lo hizo de diversas formas y en diferentes momentos. Por ejemplo, fue fundador del periódico L Unità, periódico oficial del Partido Comunista de Italia, en donde fungió como jefe de redacción.

En su corta vida, su primer texto lo público en L’Unione Sarda; de hecho, su capacidad intelectual y de abstracción lo llevaron a escribir alrededor de 1700 artículos, hasta que fue detenido por el fascismo en 1926. Mucho de lo que escribió, se ve reflejado en su obra máxima: Cuadernos de la cárcel.

La pluma de Gramsci se centraba principalmente, en el compromiso con las luchas sociales y la renovación política y la cultura. Como buen periodista, fue absolutamente libre y nunca vendió su pluma a quien paga mejor. Como parte de la organización de la cultura en sus cuadernos de la cárcel, realizó tácticas de acción para la lucha de clases y proponía rechazar la alienación y el conformismo. Por medio de la cultura se rompe ese ciclo, en la búsqueda de la libertad y la humanización de la vida.

En sus etapas de madurez periodística y en su lucha por la libertad de expresión, Gramsci afirmaba que el proceso revolucionario debe de ir más allá de las dimensiones económicas y políticas. Por ejemplo, expandir a la cultura dentro de la lucha de clases, a través de medios de difusión y de acciones pedagógicas que fueran tan fuertes, que pudieran denunciar lo excluyente que es, la sociedad capitalista.

En suma, en su apartado de la organización de la cultura en los cuadernos de la cárcel pretendía profundizar —por medio de la cultura— la conciencia de la sociedad (de los trabajadores en particular) para exigir una transformación radical de las relaciones sociales de producción.

Pues bien, desafortunadamente hoy en México se siguen dando agresiones y asesinatos a periodistas. Asesinato también a la información, a las ideas y a la cultura. Los periodistas y los defensores de la libertad de expresión deben trabajar en un entorno seguro. En ocasiones la gente tiene miedo de culturizar y ser culturizado, tiene miedo de la verdad y de difundirla. No seamos alienados. Finalmente, recuerdo una parte de los cuadernos de la cárcel en donde Gramsci decía que es, con una férrea paciencia, como se puede soportar el dolor que produce decir la verdad.

Aguascalientes, 1982. Cursó sus estudios de Licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma de Coahuila, posteriormente hizo sus estudios de maestría en Gobierno y Gestión Pública en la Universidad Complutense de Madrid. Labora en la administración pública estatal desde el año 2005. Es maestro de Teoría Política en la Facultad de Economía de la UA de C desde el año 2009. Ha sido observador electoral de la Organización de los Estados Americanos en misiones para Sudamérica, en la que participa como miembro de observadores para temas electorales.

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