Guerra de firmas «por la libertad»

Los intereses políticos detrás de los desplegados a favor y en contra de López Obrador desdibujan la «defensa» de la libertad de expresión que hacen ambos bandos. La 4T castiga a Nexos y endurece ataques contra Krauze

«Relaciones soterradas o vergonzantes entre los intelectuales y el poder», así describió el fundador de Proceso, Julio Scherer, el caso de los cheques por más de 3 mil millones de pesos que recibió el periodista Héctor Aguilar Camín en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994).

Lo menciona en su libro La Terca Memoria —Random House Mondadori, 2007— cuando rememora la portada de la edición 1268 de Proceso (18.02.01) bajo el título «Dolorosa situación de Aguilar Camín. La ronda al príncipe, degradante y a veces mortal: Poniatowska». En ese momento, Scherer dirigía la revista y Aguilar era su amigo y colaborador.

El reportaje —firmado por Rafael Rodríguez Castañeda— se basó en un artículo publicado días antes por el periodista Miguel Badillo en El Universal (09.02.01) donde exhibió facturas, recibos e incluso cartas que comprobaban los pagos y atenciones de «Don Carlos» al entonces director de la revista Nexos. Badillo recibió los documentos —emanados de la «partida secreta» de la Presidencia— de un ayudante de Salinas, lo que supone una venganza del exmandatario luego de que Aguilar se deslindara de él en entrevistas y columnas.

Tanto Badillo como Scherer y Rodríguez revelan los intentos de Aguilar de detener los reportajes. «Muy enojado, Aguilar Camín buscó primero negociar con el dueño del periódico para impedir la publicación; y de principio lo había logrado (…) porque había hablado con el licenciado (…) Días después, el mismo subdirector llamó para decirme que habían cambiado de opinión», cuenta Badillo.

Por su parte, Scherer recuerda el diálogo «violento» con el director de Nexos. Aguilar no solo le recordó que eran amigos, sino que le dijo que se «arrepentiría» de «perjudicarlo». Con Castañeda, la conversación devino en amenaza: «Órale, publícalo (…) Ponle ventilador a la mierda (…). Y vaya que el ventilador de Proceso es poderoso (…)», dijo Aguilar.

La porquería manchó la reputación del escritor, pero Nexos no dejó de recibir contratos millonarios del gobierno federal hasta la llegada de la 4T, tal como lo reveló el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en mayo de 2019.

«Lo anterior ayuda a explicar por qué este intelectual orgánico (Aguilar) está tan enojado con López Obrador, no por sus cambios en las políticas públicas, económicas y sociales, sino porque ya no hay contratos ni cheques que cobrar en Presidencia, como ya tampoco el presidente despacha en Los Pinos», escribe Badillo (Contralínea, 09.06.20).

La firma de Aguilar Camín encabeza la lista de los 30 intelectuales que el pasado 15 de julio publicaron el documento «Contra la deriva autoritaria y por defensa de la democracia», en el cual denuncian la concentración de poder en manos de AMLO y llaman a crear una alianza opositora para las elecciones de 2021 (Espacio 4, 640).

Entre los «abajofirmantes» destaca también el historiador Enrique Krauze, cuyo nombre vuelve a aparecer con los de 650 intelectuales (dos se deslindaron) en un desplegado similar, ahora titulado «En defensa de la libertad de expresión» (18.09.20). En el documento, aseguran que la libertad de prensa está bajo asedio y le advierten a AMLO que el «odio» que alimenta podría llegar al río.

El 20 de septiembre, el cartonista Rafael Barajas «El Fisgón» encabezó la réplica en un texto titulado «Por la libertad, contra los privatizadores de la palabra», que recolectó más de 40 mil firmas de apoyo.

«En los más de 21 meses transcurridos desde el 1 de diciembre de 2018 nadie ha sido presionado al silencio por el Ejecutivo Federal, ningún informador u opinador ha sido hostigado, despedido, detenido, procesado, torturado, desaparecido o asesinado por consigna de la Presidencia», señala el desplegado.

«Estamos, pues, ante un exhorto que supuestamente llama a defender la libertad de expresión y que es, en realidad, un llamado a amordazar al mandatario más legítimo que ha tenido México desde hace muchas décadas», concluye.

¿Temor o venganza?

El presidente atiza el fuego desde sus conferencias mañaneras. «Deberían ofrecer disculpas porque se quedaron callados cuando se saqueó al país», «deberían dar clases y vivir de forma austera», «se dedicaron a aplaudir y a quemarle incienso a los gobiernos neoliberales», son algunas de sus expresiones.

AMLO dijo el 8 de septiembre que como Krauze dejó de recibir «subsidios» ahora «está enojado». Destacó que entre 2006 y 2018, su revista Letras Libres acumuló 90 millones de pesos, no solo por contratos de publicidad, sino por la compra mensual de revistas, libros y «servicios de todo tipo». Clío, otra empresa de Krauze, recibió 185 millones de pesos en el mismo período por la producción de documentales y adquisición de libros.

El mandatario informó además que en el mismo lapso Nexos recibió 87 millones de pesos por publicidad, pero sus ingresos generales sumaron más de 140 millones por subscripciones de 7 mil ejemplares y «contratos de capacitación», entre otros servicios.

El 25 de septiembre AMLO elevó la apuesta: expuso con nombres y apellidos a los articulistas que opinaron de manera «positiva», «neutral» y «negativa» sobre su gobierno el día anterior. Según la medición, el 66% del contenido publicado en los ocho periódicos analizados fue «negativo», con Reforma a la cabeza —ningún artículo positivo–. Sin incluir La Jornada —que «nos trata bien», destaca AMLO—, el contenido «negativo» sube a 75%.

En este sentido, el periódico británico The Economist —el mismo que dijo de Peña: «no entiende que no entiende»—, se pregunta «por qué el presidente mexicano le teme a un par de diarios de poca circulación» (24.09.20).

«Hay dos razones aparentes. Una es que es temperamentalmente alérgico a las críticas. La otra es que está siguiendo una estrategia populista de dividir a su país entre el pueblo y los reaccionarios. No importa que tanto Krauze como Aguilar Camín hayan sido feroces críticos de gobiernos anteriores», señala la nota titulada «La guerra de AMLO contra la intelectualidad».

Pero la reacción de AMLO ha ido más allá de las palabras. El pasado 20 de agosto, la Secretaría de la Función Pública (SFP) inhabilitó a la editorial Nexos Sociedad, Ciencia y Literatura, a la cual pertenece la revista Nexos, por «falsear información» en un contrato de publicidad con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) hace dos años.

La revista acusó que la sanción «es sintomática de la atmósfera de hostilidad contra los medios críticos que impera en el gobierno».

La 4T también ha endurecido los ataques contra Krauze, quien según una investigación de Eje Central (14.03.19) fue la mente maestra de la «Operación Berlín», una campaña de desprestigio contra AMLO en las elecciones de 2006. La habrían financiado empresarios como Francisco Agustín Coppel Luken (Coppel), Alejandro Ramírez Magaña (Cinépolis) y Ricardo Rojo (Expertia), entro otros.

El 10 de septiembre, Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica, aconsejó a Krauze y Aguilar guardar silencio o irse del país. «Sugeriría a los hijos de la Operación Berlín y el baile interminable de la lana, que más les vale que se queden en su esquina o que vayan cambiando de país», dijo en el programa radial «Los Periodistas». «No me iré nunca», respondió Krauze en Twitter. La novela continúa. E4

Argentina, 1977. Periodista, editor y corrector de periódicos mexicanos y argentinos. Estudió Comunicación Social y Corrección Periodística y Editorial en Santa Fe, Argentina. Actualmente es jefe de Redacción de Espacio 4, donde trabaja desde hace más de diez años.

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