Hipatia: el feminicidio de una científica

La muerte de la filósofa y matemática Hipatia de Alejandría a manos de una turba de cristianos, es quizás el feminicidio más conocido de la historia, ocurrido en una época de transición de los valores «paganos» de la antigüedad a los de la nueva religión oficial de Roma: el cristianismo. Un momento en que los símbolos de las creencias más antiguas fueron destruidos para dar cabida a los nuevos, Hipatia entre ellos.

Hipatia, hija de Teón, profesor de la Universidad de Alejandría, fue una mujer destacada en una cultura dominada por escritores y pensadores masculinos —al igual que ahora—, que despertó el recelo de Cirilo, arzobispo de Alejandría, quien la consideró un obstáculo para la aceptación del cristianismo en esa parte de Egipto. Los primeros escritores sugieren que fue él quien alentó a la turba que eventualmente atacaría y asesinaría a Hipatia, eliminando, con ello, una poderosa influencia pagana de la ciudad.

Alejandría había sido durante mucho tiempo (desde su fundación por Alejandro Magno) una sede de aprendizaje y lugar de peregrinaje para filósofos y pensadores de todo el mundo conocido. La gran Biblioteca, que albergaba más de 20 mil pergaminos y libros, era una gran atracción para los intelectuales, pero al mismo tiempo, era una ciudad dividida con nueva religión del imperio y con paganos y cristianos librando sus propias batallas ideológicas.

Apenas unos años antes, bajo el reinado de Teodosio I, se habían prohibido las prácticas paganas y los antiguos templos debían ser convertidos en iglesias o destruidos. La tensión aumentaba en las calles de Alejandría. Estas tensiones se ejemplificaron en la relación entre el prefecto pagano Orestes y el arzobispo cristiano Cirilo. Orestes trató de mantener la paz en la ciudad mientras Cirilo alentaba a las turbas cristianas contra los judíos de Alejandría, saqueaba sus sinagogas y finalmente, cuando los judíos se marcharon, los cristianos dirigieron su atención a los paganos.

Pero Orestes mantuvo su paganismo frente al cristianismo y cultivó una estrecha relación con Hipatia, a la que Cirilo, quizás, culpó de la negativa de Orestes a someterse a la «verdadera» fe. Ambos estaban convencidos de su verdad. La diferencia entre ellos era que Orestes no tenía ningún interés en dañar o matar a otros para promover su fe religiosa, mientras que Cirilo sintió que la violencia estaba justificada para establecer el reino de Dios en la tierra.

El fanatismo de Cirilo, reflejado por sus seguidores, finalmente resultaría en la tragedia de la muerte de Hipatia, una mujer popular entre paganos y cristianos, pero cuya insistencia en aplicar la razón y lo que hoy se llamaría el «método científico» a todas las cosas, alentó la creencia de Cirilo de que ella era una influencia peligrosa y una amenaza para el cristianismo. Hipatia fue una mujer extraordinaria, filósofa virtuosa, sabia y noble que lo mismo discutía sobre Platón, Aristóteles y ciencias.

Pero eso no importó al extremismo religioso cristiano que la acusó de practicar la magia y artimañas y un 15 de marzo del año 415, cuando regresaba a casa, una turba cristiana la atacó, sacó de su carruaje y la arrastró a una iglesia, donde la desnudaron y fue golpeada hasta su muerte última. Se dice que mientras todavía estaba temblando débilmente, le sacaron los ojos a golpes. Luego, sacaron sus restos destrozados de la iglesia y los quemaron.

Algunos historiadores insinúan que le pidieron que besara la cruz, se hiciera cristiana y se uniera al convento, así le perdonarían la vida. Hipatia fue desnudada vergonzosamente y allí, cerca del altar y la cruz, rasparon la carne temblorosa de sus huesos con conchas de ostra.

El piso de mármol de la iglesia fue salpicado con su sangre. El altar, la cruz y el cristianismo estaban manchados por la violencia feminicida.

Orestes, mientras tanto, se reconcilió con Cirilo y se convirtió al cristianismo, poniendo así fin a la lucha en las calles de Alejandría. El propio Cirilo nunca fue acusado del crimen de Hipatia y fue convertido en santo. Tomando prestada la frase del filósofo William James Durant: «El paso de la filosofía a la religión, de Platón a Cristo» estaba completo.

Es editorialista de diversos medios de comunicación, entre ellos Espacio 4, Vanguardia y las revistas Metrópoli y Proyección Empresarial, donde escribe sobres temas culturales, religiosos y de ciencia, tecnología e innovación. Es comentarista del noticiero “Al 100” de la estación de Radio La Reina de FM en Saltillo.

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