PARTE V
Debo comentar que aplicar o ajustar a todos los pacientes a un protocolo o guía médica preestablecida del diagnóstico y tratamiento para tal o cual enfermedad, es relativamente sencillo, pero no es recomendable porque las guías son fijas y se refieren a una enfermedad no a un enfermo en especial. Además, los enfermos no son fijos, la vida y la enfermedad son dinámicas, están en constante cambio, por lo anterior, lo razonable, o de sentido común o lógico es ajustar las guías preestablecidas a cada enfermo individual y ajustar también esas guías a nuestra experiencia personal, porque muchas veces nos vamos a encontrar fenómenos o hechos que no aparecen en las guías ni en nuestra pasada experiencia y que son propias de cada individuo.
La enfermedad en las guías y libros es la misma, pero la enfermedad en un mismo individuo o en Chano y Chon, cambian de un momento a otro, en diversas entrevistas clínicas los enfermos ya no son los mismos, han cambiado, para bien o para mal, aunque siempre tienen semejanzas y diferencias. No tomar en cuenta los principios comentados nos conduce a cometer errores de diagnóstico y tratamiento por omisión o por comisión que pueden conducir a la invalidez física y mental e incluso a la muerte.
Lo digo porque me consta.
Continuando con el análisis del contenido de la guía sobre hipertensión, tenemos el siguiente texto:
Acuerdo: «Es importante aclarar que esta guía al igual que las últimas guías europeas recomiendan hacer el diagnóstico con tensiómetros digitales calibrados pues son los que la evidencian más recomienda actualmente, superando al método clásico auscultatorio el cual quedaría como alternativa, pero ya no es primera línea». Esto es lo que sugieren las guías médicas elaboradas por expertos… en guías. ¿Ejercerán medicina clínica o de trinchera o serán médicos de oficina expertos en mercadotecnia?
Desacuerdo: Allá por 1993, surgieron los primeros tensiómetros digitales de muñeca, los laboratorios los regalaban como promoción. Lo que se me ocurrió hacer es cotejar la presión auscultatoria que yo hago en cada paciente, con la digital automatizada; encontré que la mayoría de las veces el tensiómetro digital de muñeca me daba elevaciones considerables de la presión arterial sistólica «la de arriba» que al compararlas con la medición que yo hacía, eran normales, por lo que decidí confiar más en mi experiencia personal que en la digital. Yo ya tenía más de 20 años midiendo la presión arterial a miles de pacientes, y los nuevos aparatos, estaban «recién nacidos, sin experiencia».
Hasta el momento actual, me consta, sigo observando que las mediciones digitales proporcionan muchas cifras altas de la presión sistólica, que, al compararlas con mi medición personal, son normales.
Por cierto, he visto pacientes «esclavizados» del aparato digital pues se miden la presión arterial muchas veces al día aunque esta sea normal, ya porque están tomando tratamiento para la presión, la mayoría de las veces y muchas personas sanas, en forma obsesiva se miden la presión sin necesidad con el terror emocional en cada medición esa ansiedad por medir la presión arterial proporciona cifras elevadas falsas, y digo falsas porque esas elevaciones retornan a lo normal sin medicamentos.
Pero la propaganda comercial se ha apoderado de las mentes de médicos y la sociedad y «los programan» para medirse la presión sin necesidad, obviamente para comprar tensiómetros digitales. Mercadotecnia cibernética que produce pingües ganancias a la industria farmacéutica. ¡Y el colmo de los colmos, muchos médicos, incluyendo cardiólogos, no miden personalmente la presión! Esta es la vox populi, la voz de los pacientes, afirma este hecho de omisión en el quehacer médico.
Concluyendo, no concuerdo con la afirmación de que es mejor medir la presión con aparatos digitales en vez de hacerlo personalmente con los «viejitos» aparatos auscultatorios. Nos están programando para aceptar y comprar (consumir) la llamada «inteligencia artificial» que es superior a la inteligencia humana, dicen, y ya se está pregonando que los médicos serán sustituidos por robots humanos, mejores que cualquier viejito médico clínico.
Yo a esto le llamo «computación inteligente» porque las computadoras y robots serán elaborados por la inteligencia natural y humana y nunca jamás en un robot podrá imitar al supermaravilloso cerebro humano, el grado máximo de evolución al que ha llegado la naturaleza, y el robot más perfecto siempre dependerá del ser humano para su mantenimiento y supervisión y corrección de sus imperfecciones y errores, es decir siempre será artificial, imposible «clonar» el cerebro natural en un robot.
Pero supongamos que se logre un robot con un cerebro muy aproximado al humano, obviamente programado por un humano imperfecto. ¿Qué pasaría si desaparece la especie humana, a ese robot no se le da mantenimiento, obviamente por un ser humano imperfecto o que ya no existe? Por el momento, y con todo respeto, yo no me siento inferior a cualquiera al medir la presión en comparación a las mediciones que hace un simple tensiómetro digital. Confiar ciegamente en los tensiómetros digitales nos lleva a cometer errores por comisión u omisión al establecer falsos diagnósticos de hipertensión y prescribir medicamentos innecesarios con disminuciones graves y peligrosas de la presión que pueden poner en peligro la salud y la vida de los enfermos.
El enlace siguiente comenta la esencia comercial, política y social de la llamada inteligencia artificial, a la que yo llamo computación inteligente.
https://www.jornada.com.mx/2023/10/22/economia/022n1eco
Y en el siguiente enlace se comentan estas controversias que estoy planteando desde hace 20 años cuando salieron al comercio los tensiómetros digitales automáticos.
He aquí un texto del enlace previo:
«Las limitaciones y errores de medición del tensiómetro: ¿qué tan confiable es realmente?
»Los tensiómetros pueden ser inexactos debido a una variedad de factores, incluyendo la técnica del operador, el tamaño del brazalete y la calidad del dispositivo en sí.
»La medición inexacta de la presión arterial puede llevar a un diagnóstico erróneo de hipertensión o subestimación del riesgo cardiovascular de un paciente.
»Es importante asegurarse de que los tensiómetros se calibren regularmente y se usen correctamente para garantizar la precisión de las lecturas de la presión arterial».
Al paso que vamos con los avances tecnológicos, parece que el cerebro será el órgano que tenemos para pensar lo que pensamos… continuará.
Lea Yatrogenia