Lo que no se puede decir

Se puede decir… que la fuga de capitales siempre ha «existido»

Pero no se puede decir… que a veces baja y otras «sube». Este fenómeno de la economía nacional, se debe a la falta de confianza de los inversionistas tanto nacionales como internacionales, sobre todo a la inseguridad que recientemente se ha visto en las tasas de interés que suben y bajan, y eso pone nerviosos a los capitalistas, que prefieren y buscan estabilidad y seguridad para sus inversiones, por eso se ha acentuado en los recientes días la fuga exagerada de capitales que, al ser tan intensa, hace que su fuerza trastoque la situación del país.

Se puede decir… que están por concluir las «precampañas»

Pero no se puede decir… que seguirán las «campañas». Después de tantos despilfarros, vendrán los escandalosos gastos de las campañas, donde veremos la madre de todos los gastos, y no habrá el más mínimo ahorro, sino todo lo contrario, ya que cada candidata, vendrá cortando caña, y ahora sí irán con todo, sin reparar en gastos para nada, ya que estará en juego ganar la presidencia de México, que por primera vez en la historia política mexicana disputarán dos mujeres, y cada una tiene lo suyo, y la pelearán a calzón quitado, por lo que seremos testigos de un «match» sin cuartel.

Se puede decir… que se ha destapado la «cloaca»

Pero no se puede decir… que tenía que «suceder». Tarde o temprano lo que ha venido haciendo la 4T a escondidas o descaradamente, aparecería y se daría a conocer a la luz del día, y a esta hora ya corrió como reguero de pólvora, que a la precampaña de la corcholata preferida de AMLO se le han metido sumas que en este espacio no caben por ser tan enormes y multimillonarias, y eso tenía que ser, ya que el sol no se puede tapar con un dedo, porque todo eso está claro y a la vista con la publicidad apabullante a favor de ella, y a los «recursos» derramados.

Se puede decir… que México para nada «crece»

Pero no se puede decir… que los esfuerzos que se han hecho son en «vano». AMLO, desde el primer momento en que tomó posesión como presidente de la república mexicana, predijo, afirmó y hasta presumió que durante su mandato crecería alrededor del seis por ciento, pero la triste realidad fue, es y será otra, ya que ese dígito ni en sueños se hará realidad, en pocas palabras todo ha sido un amargo espejismo, por no decir un rotundo fracaso, y a los mexicanos no les queda más que hacer de tripas corazón, y desde este momento, por fuerza tienen que «apretarse» el cinturón.

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