Inflación arrasa con la carta de buenas intenciones

El paquete contra la inflación y la carestía (Pacic), se ha visto superado por el alza de precios generalizada que indiscutiblemente ha afectado a productos de uso o consumo; inclusive a los que se encuentran dentro del mismo programa. Muchos analistas en materia económica cuestionan él porque no ha habido un programa que dinamice la economía en donde también se fortalezca el consumo local y qué, como una consecuencia, eleve el poder de compra de la gente.

La inflación que a mediados del mes de septiembre coqueteaba el 9%, merma los bolsillos de los mexicanos, donde muchos destinan la mayor parte de sus ingresos a los alimentos y ante el aumento de estos, su consumo en los hechos se ha vuelto más precario. Ya vemos la pobreza alimentaria en donde la compra de productos se ha ido al granel y han abandonado marcas por falta de solvencia.

Vemos como las familias mexicanas han pasado al consumo diario de lo esencial, la racionalización y la cancelación de otros productos y marcas de su preferencia. Ahora se busca la compra genérica, de medio kilo, por unidad y/o a granel. Observamos como ha aumentado el consumo en las tiendas de conveniencia, disminuyendo el consumo en grandes centros de abasto. La gente compra medios kilos (el ejemplo de la tortilla) y no solo eso, el huevo, la leche y el tomate se adquieren por unidades. Algunos como los embutidos y la carne de cualquier tipo ya se adquieren hasta por menos del medio kilo.

El acuerdo o paquete Pacic incluye 24 productos que son: aceite, arroz, atún, azúcar, carne de cerdo, carne de pollo, carne de res, cebolla, chile fresco, frijol, huevo, jabón de tocador, jitomate, leche, limón, manzana, naranja, pande caja, papa, papel higiénico, pasta para sopa, sardina, tortilla de maíz y zanahoria. Lejos del compromiso y firma de los grandes agroindustriales, productores, tiendas de autoservicio y cadenas distribuidoras la situación no cede. Ejemplos de la situación tenemos, el huevo con una variación anual del 35% o el aceite vegetal con una variación del 26%.

Tomando como punto de referencia a la ciudad de México, ha habido aumento considerable en la cebolla con un 50.8%, la papa con un 101%, el papel higiénico con un 24.6%, el aceite vegetal con un 14% o el huevo con un 11.2% por mencionar solo algunos… además de ello, se sabe que la gran mayoría del recurso presupuestal asignado al Pacic, se concentra principalmente en el subsidio a las gasolinas y esto, beneficia solamente a los hogares con mayores ingresos que, concediendo, tiene un impacto en la inflación general, pero no existe evidencia formal de que tenga un impacto en la contención de los precios de los alimentos.

Concediendo, gracias al Pacic se ha podido contener -según los especialistas en la materia- 7.5 puntos porcentuales de inflación en los productos contenidos en el Pacic, además, dice la respuesta Institucional y oficial que “gracias al estimulo en los combustibles, se evitó que la inflación alcanzara 14% en los pasados meses, con la política de no permitir incremento en los precios de los combustibles más allá del nivel de inflación”.

Por otra parte, hubo un aumento al salario mínimo como no lo había habido desde hace mucho; sin embargo, la inflación se ha comido ese aumento y volvemos a la situación de carestía en la que ya se encontraban muchos hogares mexicanos. También, resulta necesario mencionar que el alza de muchos productos se debe a otros factores que van de la mano con el desarrollo, el factor seguridad, la extorsión y el cobro de otro tipo de «impuestos» en los productos o materia.

Dicho de otra manera, las buenas intenciones valen, pero también corregir es de una buena gestión pública, así que desde estas líneas el Pacic pudiese mejorar mejor sí:

1. No se ejecuta de manera general, sino buscando características de grupo como acciones en grupos focalizados como los de situación en pobreza extrema”.

2. Se deben integrar programas que dinamicen la microeconomía como los pequeños comercios y fortalezcan el consumo local para elevar el poder de compra de la gente y;

3. Regionalizar la implementación del paquete por regiones. Lo que sucede en el Norte no es igual a lo que sucede en el sur.

No soy economista, pero leo que en el siguiente presupuesto de Egresos se contemplan aumentos muy importantes a programas universales como la pensión de adultos, pero no se deja ver presupuesto para programas u estrategias de corto plazo para las familias más vulnerables. Como dijo la amiga de un amigo «falta mucho por hacer».

Aguascalientes, 1982. Cursó sus estudios de Licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma de Coahuila, posteriormente hizo sus estudios de maestría en Gobierno y Gestión Pública en la Universidad Complutense de Madrid. Labora en la administración pública estatal desde el año 2005. Es maestro de Teoría Política en la Facultad de Economía de la UA de C desde el año 2009. Ha sido observador electoral de la Organización de los Estados Americanos en misiones para Sudamérica, en la que participa como miembro de observadores para temas electorales.

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