ITS: transgresión y resaca política; protesta estudiantil logra su objetivo

El plantón del Tecnológico de Saltillo puso límites al abuso de poder y desenmascaró intereses políticos y económicos en el sector educativo. Los estudiantes tomaron fuerza de una sociedad agraviada por décadas de saqueo y despotismo. La soberbia de las autoridades atizó la hoguera

Historia y logros de los estudiantes en pie de lucha

Puede que Coahuila sea el último reducto del PRI. Puede que la mayoría de los coahuilenses voten más con el bolsillo que con la cabeza. Que la sociedad aguante saqueos, corrupción y abusos de poder a cambio de un poco de seguridad y que los empresarios locales impongan agenda por su oferta de empleos mal pagados.

Puede que el conservadurismo y la doble moral sean un dique para las denuncias de acoso sexual en el trabajo y en las escuelas del estado. Que las autoridades, en complicidad con algunos medios de comunicación, columnistas y secuaces del moreirato disfrazados de periodistas, intenten tapar los intereses políticos y económicos en las instituciones educativas bajo una montaña de comunicados y reportajes adulatorios.

«El Tecnológico de Saltillo merece las disculpas de todos quienes acudimos ese día, pero repito, no pasó a mayores (…). Yo andaba con Chema (Fraustro Siller)».

Miguel Riquelme,gobernador de Coahuila

Puede que no siempre los habitantes de esta tierra de dinosaurios (reptiles fósiles y políticos) hagan honor a su espíritu bravo y revolucionario que tanto ha aportado a la historia nacional.

Pero de cuando en cuando basta una sola chispa para encender la mecha de la indignación. Ha sucedido ante los abusos laborales y las tragedias mineras (1950, 2005); las condiciones de trabajo en el sector metalúrgico (1974); la defensa del agua (2001); los desaparecidos (2010); la contratación ilegal de la deuda (2011) y los fraudes electorales (2017).

En el sector educativo de Coahuila, que generalmente es botín de líderes sindicales y caja chica de los Gobiernos de turno, hay antecedentes de protestas que captaron los reflectores nacionales. El más renombrado es el movimiento estudiantil de 1984, en defensa de la autonomía de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC).

«Si nosotros nos equivocamos en algo (…), les pedimos una disculpa por situaciones que a lo mejor no cuidamos bien (…), estamos dispuestos a apoyarlos en todo lo que requieran».

José María Fraustro Siller, alcalde de Saltillo

Esta vez fue el turno de los estudiantes del Tecnológico de Saltillo (ITS). La gota que colmó el vaso fue el uso de las instalaciones como «cantina vip» para que funcionarios, diputados, magistrados e invitados vieran al Grupo Frontera, el pasado 14 de septiembre. El deplorable estado en que dejaron el plantel prendió la mecha y la arrogancia de las autoridades atizó el fuego. Primero escondieron la cabeza como el avestruz y luego ofrecieron disculpas a medias —sin dar importancia al asunto— y repartieron culpas.

Con el paro del Tec y el cierre de un tramo del bulevar Venustiano Carranza, que llevó casi dos semanas, los estudiantes no solo plantaron cara al autoritarismo, también dieron ejemplo a la comunidad coahuilense de cómo defender una causa legítima de manera pacífica.

«Les digo como empresarios: todos aquellos revoltosos que están haciendo esto, ya los tenemos en la lista, amiguitos, no los van a contratar aquí. (…) No queremos burros ni retrasados mentales».

Héctor Horacio Dávila, empresario

La fuerza moral de la protesta procedió de una sociedad agraviada por décadas de abuso de poder y despotismo. La renuncia de la directora María Gloria Hinojosa no era suficiente, pues el pliego petitorio, además de exigir garantías para los alumnos y respeto para la institución, apunta a elevar la calidad académica y mejorar la infraestructura educativa.

Y aunque corresponde al Gobierno federal atender gran parte de las demandas, las autoridades locales deben cuidar uno de los tecnológicos más reconocidos del país, el cual aporta talento a la industria de la región. En este sentido, el movimiento del ITS ha desenmascarado a autoridades, empresarios y analistas (como el moreirista Luis García Abusaid, jefe de facto del Instituto de Acceso a la Información) que exigían el desalojo de los «revoltosos», en el nombre de la economía, pero que miraron para otro lado cuando el estado era endeudado y saqueado.

El Tec no es cantina

¿Quiénes fueron los responsables del mal uso de las instalaciones del ITS durante el concierto del 14 de septiembre? La directora del plantel Gloria Hinojosa se deslindó del asunto en un principio, con el pretexto de que las autoridades locales le solicitaron el lugar, pero la presión la obligó a renunciar seis días más tarde. Lo hizo a través de una carta de apenas un párrafo en la que atribuye su decisión a «los acontecimientos que se han estado presentando en las instalaciones». El cargo lo ocupó temporalmente Ramón Jiménez López, director general del Tecnológico Nacional de México.

Cinco días después de la dimisión de Hinojosa —y en virtud de que el paro continuaba—, el gobernador Miguel Riquelme hizo una declaración: «Sin lugar a dudas, el Tecnológico de Saltillo merece las disculpas de todos (…) quienes acudimos ese día, pero repito, no pasó a mayores», dijo en referencia al alcalde de Saltillo, José María Fraustro Siller, quien fue captado en «estado inconveniente» en el escenario.

«Yo andaba con Chema (Fraustro Siller). (…) ¿Sí? Pero lo que pasó es que andaba alguien ahí muy acomedido que lo traía de la presilla», dijo entre risas el gobernador. «(El asunto) tiene que ver con los festejos de la ciudad, que detonó los problemas externos que tenía el Tecnológico. Hemos estado atentos de manera muy respetuosa para que en las próximas horas se puedan remediar y puedan terminar ya con el movimiento y permitan seguir con las clases (…) que es lo más importante», agregó.

Sin embargo, atender los «problemas» no acabará con el movimiento. En todo caso, se pudo terminar con el plantón. Lo importante no era que los estudiantes regresaran a clases, sino que lo hicieran en mejores condiciones.

El alcalde de Saltillo se refirió al caso 12 días después de estallado el escándalo. «Si nosotros nos equivocamos en algo, ya lo dijo el gobernador Riquelme, y lo repito también, les pedimos una disculpa por situaciones que a lo mejor no cuidamos bien». En sus actividades anteriores, para promocionar eventos (Rodeo Saltillo), inaugurar obras (centros de cómputos, asilos, recarpeteos, empresas, paseos) y asistir al informe de su homólogo de Monterrey, había hecho mutis.

La otra fiesta (y los aguafiestas)

El eco del zapateo en el concreto del bulevar Carranza rompió el silencio. Entre música, baile y solidaridad transcurrió una fiesta diferente a la del «patriótico» 14 de septiembre que dejó un reguero de basura, botellas y mal olor en el Instituto Tecnológico de Saltillo.

La algarabía, la excitación y el apoyo que recibieron los estudiantes plantados en un tramo de una de las arterias más emblemáticas y transitadas de Saltillo aplacó las voces que intentaron desacreditar la manifestación y esperaban desmanes.

El ánimo y las risas juveniles no le restaron seriedad a la protesta. Pese a lo inesperado del movimiento y a los constantes cambios del pliego petitorio, los Burros Pardos entendieron desde un principio tres cosas: 1) algunos medios son aliados del poder, 2) la violencia no lleva a ningún lado y 3) la manifestación representaba algo mucho más grande.

De ahí el recelo con los periodistas, la decisión de no provocar a las fuerzas de seguridad y las disculpas ofrecidas a los ciudadanos afectados por el cierre de la circulación. El bloqueo se abrió para dar paso a «La Caravana por Leo» (niño saltillense con síndrome de Leigh Sulphut) o para no afectar el recorrido de la Ruta Recreativa.

En vez de buscar apoyo político, se acercaron a una institución confiable y reconocida internacionalmente, la Asociación «Fray Juan de Larios», para obtener asesoría jurídica. Esto les permitió encauzar el diálogo con representantes del Tecnológico Nacional, que se hizo a puertas abiertas.

Talleres, asesorías, programas especializados e incluso el montaje de un MercadoTec —donde los estudiantes vendieron comida, juguetes, artículos de computación y ropa— fueron ejemplos de organización que inspiraron protestas en tecnológicos de otras partes del país, como Pachuca, San Luis Potosí y Chihuahua.

La convicción de que sus demandas son las de muchos otros estudiantes de México les hace mantenerse firmes, pacientes, decididos.

Y es justamente esa actitud la que saca de juicio a quienes se sienten dueños del estado. El representante de la Asociación de Hoteles y Moteles de Coahuila, Héctor Horacio Dávila, no solo pidió al Gobierno hacer uso de la fuerza para desalojar el plantón. También advirtió a los «sediciosos» que están en una lista negra.

«Les digo como empresarios: todos aquellos revoltosos que están haciendo esto, ya los tenemos en la lista, amiguitos, no los van a contratar aquí, yo creo se tienen que ir a México, a Guadalajara, a otro lado. ¿Cómo vamos a tener chichos revoltosos dentro de las empresas o negocios? (…) No queremos burros ni retrasados mentales (…)», dijo en una declaración con tufo a guerra sucia.

El «ya estuvo» del hotelero es por la supuesta pérdida de 12 millones de pesos —sin fuentes ni datos concretos—. Una bicoca comparada con los miles de millones de pesos del moreirazo, las empresas fantasma y los contratos inflados.

Finalmente, el 27 de septiembre, tras 10 días de plantón, asesores jurídicos, líderes del movimiento y autoridades del Tecnológico Nacional llegaron a un acuerdo para cumplir las demandas de los estudiantes, por lo que se levantó el bloqueo del bulevar Carranza.

De los 22 puntos del pliego petitorio, que las autoridades se comprometieron a atender en su totalidad, fueron desahogados cuatro: 1) la renuncia de la directora, 2) el nombramiento de un encargado (Ania Guadalupe Sánchez Ruiz, quien fungía como subdirectora), 3) la renuncia del Comité Ejecutivo de la Sociedad de Alumnos (CESA) y 4) una evaluación integral o auditoría.

El apoyo recibido por los estudiantes dentro y fuera del estado no solo desmintió a quienes denunciaban infiltraciones y financiamientos partidistas, también les quitó el antifaz. E4

Los puntos del pliego petitorio

1. Renuncia de la directora del ITS X

2. Reestructuración de la mesa directiva      X

3. Carta de no represalias X

4. Destitución del Comité Ejecutivo de la Sociedad de Alumnos           X

5. Seguimiento del cumplimiento de los puntos         X

6. Libre mercadeo para los estudiantes        

7. Garantizar el semestre Agosto-Diciembre 2023    

8. Auditoría para docentes que enfrentan quejas       

9. Investigación de docentes con evaluaciones imparciales    

10. Mejora de áreas de descanso y alimento

11. Transparencia de recursos y auditoría a la Comisión Integral (CI)  X

12. Establecer un protocolo de género         

13. Mejoramiento en el departamento de aseo e higiene         

14. Mejora y mantenimiento en el área de salud       

15. Reacondicionamiento o renovación de mobiliario (en aulas)          

16. Reacondicionamiento o renovación de mobiliario (laboratorios y centros de cómputo)           

17.Apoyo a clubes culturales y deportivos  

18. Mejora en las áreas (gimnasio, estadio y áreas de descanso)           

19. Notificación pública en los cambios de lineamientos de la institución          

20. Anulación de la escuela externa de inglés e incorporación gratuita

21. Aumento de plazas y docentes capacitados         

22. Aprovechamiento de espacios en todos los campus           

23. Cancelar listas negras como medio de opresión  


Historia y logros de los estudiantes en pie de lucha

No es la primera vez que un movimiento estudiantil de Coahuila acapara los reflectores nacionales. La Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC) nació en 1957 y durante 16 años el gobernador de turno nombró al rector. En 1973, la presión de una protesta impulsada principalmente por estudiantes logró la autonomía.

Sin embargo, los procesos para elegir rector se dirigían desde el poder. En 1984, lo que inició como una manifestación de estudiantes liderados por los entonces maestros Armando Fuentes Aguirre «Catón» y Jaime Martínez Veloz «el Jimmy», para impugnar la elección fraudulenta de Valeriano Valdés, detonó una de las movilizaciones más multitudinarias de Coahuila.

El movimiento «Pro-dignificación de la Universidad» reunió a legiones frente al Palacio de Gobierno para iniciar una marcha rumbo a la rectoría. «Sucede que la ciudad se une al movimiento, hizo suyo el movimiento, hicimos un mitin en la Plaza de Armas, los periódicos registraron una asistencia entre 15 mil y 20 mil personas, no sólo la plaza sino las calles adyacentes, no sólo había estudiantes, amas de casa, profesionistas, el movimiento se agravó, tuvimos que realizar una marcha a la Ciudad de México», recuerda Fuentes Aguirre (Zócalo, 14.10.14).

En el imaginario colectivo estaba aún presente la masacre de la Plaza de las Culturas de Tlatelolco de 1968, en la que la intervención del Ejército, durante la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), dejó un saldo de entre 50 (cifra oficial) y 300 muertos.

«Yo pienso que esta época que siguió aquí (en Saltillo), fue una consecuencia de lo que se vivió en los años 60 y 70, a nivel internacional inclusive, la Primavera de Praga (1968), los conflictos en París (1968), en la masacre de la Universidad de Kent (1970), y en el mismo México en octubre del 68, como que aún había ese movimiento», señala el historiador Cirilo Recio.

Tampoco es la primera vez que los Burros Pardos defenestran a un directivo. El 17 de marzo 1976, tras ocho días de negociaciones y paro de actividades de los talleres de fundición, el director del entonces Instituto Tecnológico Regional de Saltillo (ITRS), Rodolfo Rosales Morales, renunció al cargo en Ciudad de México.

Pese a que el periódico El Sol de Norte dioseguimiento puntual al tema, la nota principal del 18 de marzo de ese año no fue la renuncia de Rosales, sino el acuerdo alcanzado entre la UAdeC y la sección 38 de Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) para poner fin a un conflicto laboral de varios meses.

En 2020, el Movimiento Estudiantil Coahuilense (Moesco), integrado por alumnos de diversas facultades de la UAdeC, también logró apoyo popular a su inconformidad por el aumento de cuotas en inscripción y reinscripción.

Entre otros movimientos estudiantiles que han tenido repercusión en Coahuila, se puede mencionar al de Yosoy132, en 2012, en apoyo los estudiantes Universidad Iberoamericana ninguneados por el entonces candidato a la presidencia Enrique Peña Nieto.

Así como las manifestaciones estudiantiles por la desaparición de los alumnos de la Escuela Normal Ayotzinapa en Iguala, Guerrero, en septiembre de 2014. Las disculpas que ofreció en 2020 el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador por este caso contrastan con las que fallaron en ofrecer los Gobiernos de Saltillo y de Coahuila por el uso indebido de las instalaciones del ITS el pasado 14 de septiembre. E4

Argentina, 1977. Periodista, editor y corrector de periódicos mexicanos y argentinos. Estudió Comunicación Social y Corrección Periodística y Editorial en Santa Fe, Argentina. Actualmente es jefe de Redacción de Espacio 4, donde trabaja desde hace más de diez años.

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